Uno de los grandes desafíos que tenemos que enfrentar como sociedad es la visión de desarrollo que se refiere al “crecimiento económico” como la panacea. A pesar de ser un elemento necesario para lograr un desarrollo sostenible en el tiempo, ha demostrado ser insuficiente como para garantizar bienestar colectivo. Aun cuando el mismo sea robusto, tiene que distribuirse de manera equitativa, cosa que hoy no sucede. No obstante haya quienes pudieran estar comenzando a reconocer esta gran verdad, tenemos que hacerla parte de nuestro diario vivir. Esto requeriría cambiar nuestras actitudes frente a la educación.

Idealmente, el sector público comenzaría a dar el ejemplo, promoviendo mayores y mejores inversiones en educación. Digo “mayores” pues queda claro que el 4% no resolverá nuestros problemas. Si bien es cierto que no existe una relación causal entre inversión en educación y mejoras en la calidad de la educación ofertada, nuestro sistema hoy es el producto de largas décadas de mínima inversión. Digo “mejores”, pues parece estamos tan falta de enfoque que pudiésemos llamarlo “tiro al negro” en vez de “tiro al blanco”, cuando aumentamos la inversión al 4% sin contar con un plan formal para formar a nuestros docentes y dignificar su profesión, antes de iniciar esa “inversión.”

Dicho esto, educar con el único propósito de lograr mayor productividad y potencializar el crecimiento económico se torna un tanto contradictorio. Por esto propongo desarrollemos una cultura de ciencias sociales dentro de nuestras universidades y el mercado laboral. Las ciencias sociales instruyen en pensamiento social y crítico. No menos importante, instruyen en el contexto de las relaciones humanas respecto a las estructuras sociales que las definen. Con mucha frecuencia, damos por hecho las estructuras sociales, que son además económicas. Las ciencias sociales nos permitirían ahondar sobre conceptos como el de “clase social,” que está muy marcado en nuestra sociedad y que hoy por hoy no es parte del discurso de cambio.

Decir que tenemos que crear una cultura de ciencias sociales es afirmar que no existe. Para demostrar dicha aseveración, haré uso de la economía como carrera universitaria en la República Dominicana. La economía es ciencia social por excelencia. Actualmente, es una carrera pequeña, pero en constante crecimiento dentro de la oferta académica universitaria. No obstante eso, una gran mayoría de nuestras instituciones de educación superior la catalogan como ciencia administrativa. Por eso no debe ser sorpresa que una mayoría de sus egresados se emplean en el sector financiero. La pregunta importante es: ¿por qué pocas personas calificadas quieren trabajar en sectores sociales como el de la educación o la salud pública?

La carrera de economía dedica poco tiempo a su rama social, que se preocupa por entender las causas estructurales de la pobreza, realidad que está altamente ligada a la distribución del crecimiento anteriormente problematizado. Dedica poco tiempo a entender las distintas funciones de bienestar social y sus implicaciones sobre los niveles de desigualdad que pudieran generar. Como consecuencia, hemos sido incapaces de desarrollar políticas sociales coherentes en beneficio del colectivo de dominicanos. Es esta rama social la que hoy necesitamos con urgencia. Por eso propongo inversiones planificadas en carreras sociales como la economía (pero incluyendo su rama social), sociología, historia, antropología, psicología, y geografía, entre otras. Estas nos permitirían crear conciencia alrededor de los principales males que hoy atentan contra el futuro desarrollo de nuestra nación.

Actualmente, muchas de estas carreras son ofertadas por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Lamentablemente, la UASD sufre de una crisis política y educativa, que mientras no se resuelva, impacta negativamente su oferta educacional. Por esto, como dije anteriormente, necesitamos de grandes esfuerzos por crear esta cultura de pensamiento social. Las ciencias sociales son fundamentales para el desarrollo equitativo de cualquier sociedad. ¡Son fundamentales para desarrollar una visión de nación más justa! Y es esa nación más justa la que todo estamos necesitando y algunos estamos buscando.