La historia de los censos dominicanos con carácter moderno se inició en el año 1920, cuando mediante la Orden Ejecutiva número 505 de fecha 1o. de julio de 1920, el gobierno de ocupación ordenó la realización del Censo de la República Dominicana. A partir de ese evento estadístico, en el país se han levantado otros ocho censos nacionales de población y vivienda, el último de los cuales se levantó en diciembre del año recién pasado.
La variedad de episodios subyacentes en cada uno de estos acontecimientos estadísticos permiten inferir que la trayectoria seguida por los distintos procesos censales no ha estado libre de escollos de naturaleza diversa. Tal vez la más importante de esas dificultades es resultante de que, a pesar que gobernantes como el preclaro Emperador Yao, en la antigua China, concibiera esta fuente de información como una potente herramienta para la gestión pública hace 4,249 años, históricamente los actores de primera línea en la conducción de la cosa pública en esta media isla, no han dimensionado la importancia del censo para pautar y evaluar su gestión, y vía de consecuencia, no han llegado a concebirlo como proyecto que debe desarrollarse en un momento específico, cada diez años, y que por lo tanto requiere del apoyo político y del aseguramiento de los recursos financieros que permitan su realización sin retrasos y sin traumas.
Irónicamente, y para beneficio del país, la población dominicana profesa un profundo respeto por el censo. Durante los días de levantamiento del mismo, las personas esperan en los hogares, casi con devoción, la llegada del empadronador para ser censadas. No obstante, dado el escaso esfuerzo que a lo largo del tiempo ha desplegado la entidad responsable del censo para en informar a la población en relación al mismo, cuando a la gente se le menciona esta operación estadística es común que haga las dos preguntas siguientes: ¿Para qué hacen los censos si nunca se conocen los resultados? y, ¿para qué sirven los censos si se hacen cada diez años y sin embargo no se ve cómo eso beneficia a la gente?
La primera interrogante se origina en las dificultades que en el pasado ha enfrentado la Oficina Nacional de Estadística para procesar los datos y divulgar los resultados censales en tiempos razonables. No obstante, este tipo de problema empezó a superarse a partir del censo del 2002 con la introducción de tecnologías avanzadas para la captura y procesamiento de los datos, lo cual permitió ofrecer los resultados finales en un período razonablemente corto. Y segundo, porque una vez publicados los datos del censo, tanto el conjunto de tabulaciones elaboradas sobre los diferentes temas investigados, como la base de datos, se pusieron en línea para el uso libre por parte de los usuarios, con lo cual se inició una fase de democratización de la información censal, el cual se ha ampliado y profundizado en los años siguientes.
Mientras tanto, en la respuesta a la segunda pregunta se impone decir que el censo de población y vivienda constituye la principal y mayor operación estadística que se desarrolla en un país, por lo que se constituye en la principal fuente de información a nivel nacional para diferentes propósitos.
En primer lugar, el censo proporciona datos que permiten derivar el volumen poblacional y sus principales atributos geográficos, demográficos y socioeconómicos, los cuales son de utilidad para la elaboración, implementación y evaluación de políticas públicas y para la orientación de estrategias conducidas, tanto por el gobierno nacional y gobiernos locales, como por entidades no gubernamentales. Estas aplicaciones son posibles, en la medida que el censo proporciona datos sobre la población nacional y de las divisiones geográficas del país con propósitos políticos, de programación y administrativos.
En segundo lugar, los censos proporcionan información acerca de las tres entidades jerárquicas relacionadas con las personas y su entorno: a) la población y sus características geográficas, socioeconómicas y demográficas básicas; b) el hogar donde gravitan las personas y c) la vivienda en la cual residen los individuos. A su vez, estos grupos se constituyen en tres universos de especial interés para los emprendimientos en el campo empresarial.
En tercer lugar, la información censal acerca de la población tiene importantes aplicaciones en la investigación acerca de diversos tópicos relacionados con la población y su entorno. Es el caso en que los resultados sobre cualquiera de las tres entidades censales (persona, hogar y vivienda) son estudiados en el contexto de variables geográficas, demográficas y socioeconómicas en búsqueda de asociaciones tendentes a la explicación de su comportamiento.
No obstante, los esfuerzos tendentes a satisfacer los requerimientos implícitos en las dos preguntas en cuestión, pasa por el diseño de una estrategia de información y comunicación deliberada y de caracter permanente en dos direcciones. Primero para desarrollar un proceso continuo tendente a la alfabetización de las autoridades, a todos los niveles, en asuntos relacionados con los censos y sus potencialidades como herramientas para la administración. Y segundo, debe mantener informada a la población de manera continua en relación al destino y usos de la información estadística, en particular la derivada de los censos.