De nuevo enfatizo que lo que voy a escribir está insertado dentro de la esfera de los sueños y no de la realidad. Solo repito los mismos conceptos de escritos anteriores.
Era solo un niño cuando fui al Parque Independencia a ver los adultos de la clase alta, media y “baja” (odio el término) sacar sus pañuelos blancos y ondearlos con todas su fuerzas y esperanzas bajo el lema de “Balaguer, Balaguer muñequito de papel” “vete ya, vete ya…”. Esto sucedió poco después de la muerte de Trujillo. Balaguer salió del país en un viaje sin retorno. Por lo menos eso se pensaba en ese momento. Solo pocos años más tarde, Balaguer retornaba al país y era elegido como el Presidente de la Republica Dominicana. Gobernó tantos años a nuestro país que ya perdí la cuenta.
Los dominicanos de menos de 35 años de edad desconocen un país que existió solo unas décadas atrás. Quizás un poco más. Y no me refiero al plano político. Por el momento no me interesa hablar de quien gobernaba la nación. Sino hablar de quienes éramos “los gobernados”.
Ese país, unas décadas atrás se había zafado de la bota de una agria tiranía, inmoral y asesina. Recuerdo de niño las conversaciones llenas de esperanzas de mi padre con los demás exiliados en España, con aquellos que no se habían conformado con un plato de migajas de la tiranía, con aquellos que soñaban con hacer un país digno de vivir en el mismo. Con aquellos que no soñaban, en el lenguaje de hoy, con ser políticos-empresarios, con villas en Casa de Campo o Jarabacoa, aviones propios, yates, súper-carros y relojes a costa de un pueblo. Aquellos eran verdaderos hombres en el sentido total del término. Sus valores eran otros. Su moral era inquebrantable. Eran hombres sin precio.
En ese país, que ya se esfumó de la historia, era más valioso Ser que Tener. Esos “gobernados” de esa época supieron ir a las calles muchas veces hasta la revolución de Abril a defender lo que ellos consideran la esencia de su Ser: su nación, su hogar, la constitución, la Democracia.
Hoy, nuestro país es una nación bizarra y llena de peligros por doquier donde un inescrupuloso grupo la gobierna a su antojo e intenta decidir nuestro futuro al lado de un campo de golf. Hay que ser ciego, inepto o imbécil para no darse cuenta que estamos al borde de un abismo donde la constitucionalidad esta ahogada en medio de bachatas y merengues y al borde de un peligroso límite donde ya no habrá posibilidad de retorno sino que traerá desgracias de magnitudes indecibles.
Nuestro pueblo está ya harto de corrupción y payasadas. De las mismas caras bandidas, corruptas e inescrupulosas que nos han gobernado en la últimas décadas. De aquellos que nos que nos han saqueado, que han desfalcado el estado, que han permitido que una narco-economía aterrice y atraque en cualquier puerto de nuestro país y que han gozado los beneficios económicos derivados de la misma. Sobretodo en los últimos 30 años. Nuestro pueblo, manso y encadenado en su voluntad y libertad sueña con otro país.
Pero, me parece que eso no va a suceder.
La manipulación política hará que las caras sucias y gastadas marchen al frente de las nuevas generaciones de las caras limpias. Que los usen como guantes quirúrgicos y luego los echen en la letrina del olvido. Espero de corazón y con los ojos húmedos mientras escribo, el estar equivocado.
Por ello, quiero imaginar que lo siguiente podría pasar… Y esto, sin ninguna cordura de mi parte.
- Autoridades competentes y el Congreso reformarán la ley electoral y la ley de los partidos. No se permitirá que un Presidente de turno sea candidato presidencial y que pueda volver jamás a ser Presidente. ¡Y jamás volverla a alterar para beneficio de un partido o un mesías! (En otra coyuntura histórica hubiese apoyado el “dos periodos consecutivos y el nunca más, pero no hoy, no ahora). Por igual limitarán los fondos estatales para los partidos y se llevarán a la justicia los que usen los fondos del estado para hacer campaña política. ¡El “vuelve y vuelve” no debe volver jamás!
- Pero mientras eso sucede, las próximas manifestaciones espontaneas del pueblo contra el robo y la corrupción deberán ser con taquillas y requisitos de entrada: No son bienvenidas las caras viejas ni sucias de muchos de los líderes de los partidos actuales. En ella se podrá hablar con libertad y sin mordazas a la libre expresión. A la libertad de prensa.
- Antes de una próxima manifestación masiva de nuestro pueblo, el libro mas vendido de la Republica Dominicana será Su Constitución. Más de un millón de jóvenes la leerán y algún día marcharan por las calles con ella en la mano y en lugar de un pañuelo blanco ondearan con orgullo ¡Viva la Constitución!!! ¡No a la dictadura de la corrupción y el engaño!!! Sin malas palabras, sin carteles que atentan contra la moral de un pueblo digno, sin obscenidades. Sin vulgaridad. Con clase, que a los dominicanos, pobres o ricos, nos sobra cuando queremos.
- En estos próximos meses y años si es necesario, por la presión de un pueblo que no ya no es ni esclavo ni servil, veremos a muchos políticos de poca monta, corruptos y enajenados con el poder, poco a poco escondiéndose, mudándose a su “Miami”, empacando sus Porches, McLarens y Roll Royces y saliendo despavoridos del país. Su mayor problema será a cual de las queridas dejan, a cuales se llevan y como se las esconden a sus fieles esposas.
- Quizás veamos a los todavía lideres serios y honestos del partido de turno en el poder subirse los pantalones que ya se les cayeron, rebelarse contra la crápula que los han engañado estos años y tratar de terminar este periodo con gracia y decencia. Sin atropellar más a nuestro sufrido pueblo. Y quien sabe, quizás impulsen una merecida cárcel y no “Miami” para algunos de sus “compañeros”.
- Quizás también veamos surgir partidos nuevos, ya que no nos queda de otra y sin reservas que ser democráticos, financiados en su totalidad por el mismo pueblo y por una clase empresarial que ya no le daría un centavo mas a los partidos actuales para seguir el juego de la corrupción que muchos hasta ahora han sabido jugar solo para su propio beneficio. La casa debemos ponerla en orden antes de pintarla por afuera.
- Y quienes dirijan esos nuevos partidos sean hombres y mujeres, jóvenes quizás pero maduros y brillantes, educados en las mejores escuelas del país y de ser posible del mundo, insertados en el complejo entorno global que nos rodea, a quienes el dinero ya no le es un zanahoria delante del conejo, que no les interesa la arrogancia del poder”. Servidores a quienes el pueblo le podrá leer en sus caras su honradez y la ausencia de arrogancia y prepotencia; y no me refiero a una falsa sencillez que es arrogante en si misma. Lideres que quieran pasar a la historia como algunos de los hombres del pasado reciente de la Republica Dominicana. Los nuevos héroes de nuestra nación.
A mas de uno de los presidentes de los últimos 30 años les he estrechado sus manos con palabras como estas: “Señor Presidente, cuanto me alegro que usted es hoy el Presidente de mi país, me tranquiliza saber que mis hijos tendrán mejor futuro”.
Esas palabras, todas la veces, me las he tenido que tragar después con ajenjo y con aceite de ricino de postre. Pero no pierdo las esperanzas que se las estrecharé a un futuro Presidente sin tener que tragármelas después.
Claro, como expresé al inicio, escribo, sin ninguna cordura. Solo con las vagos recuerdos de nuestros bravos constitucionalistas del ‘65 en mi memoria infantil.