Para continuar con el tema, retomaremos la pregunta que dejamos sobre la mesa y que planteaba la diferencia entre soluciones aplicables a un mismo edificio pero colocado en dos espacios geográficos diferentes, y que era: ¿un edificio puede ser EECN lo mismo en el Distrito Municipal de Pescadería que en Álftanes (Reykjavík)?

La respuesta era un sí condicionado – pero muy condicionado- que dejaba la puerta abierta de manera tácita a la integración de energías renovables en la trama arquitectónica.

En el congreso sobre edificios de energía casi nula, recién celebrado en noviembre, en Madrid, y sobre el que hicimos referencia la semana pasada, presentamos el trabajo “Eficiencia energética en la construcción industrializada ligera y sus contextos geográficos: Un caso de estudio” en el que poníamos en valor investigaciones realizadas con anterioridad sobre el tema de la construcción industrializada asociada a la eficiencia energética, y cómo un modelo o prototipo con este tipo de tecnología conjunta,  sí podía llegar a ser una célula de consumo casi nulo, e incluso de energía plus, es decir que produjera más energía que la necesaria para su propio funcionamiento; y aunque esto último ya ha quedado demostrado en todos los concursos del reconocido certamen Solar Decathlon, nuestro aporte original para nuestra investigación consistía en la “reubicación geográfica”, tantas veces fuera necesaria,  de una célula habitacional y asumiendo las condicionantes del lugar de emplazamiento para implementar las medidas de mejora necesarias para alcanzar el nivel de eficiencia energética deseado. La introducción para este trabajo, disponible en el libro de publicaciones científicas del congreso recogía un resumen de nuestra investigación; a continuación lo reproducimos:

“En función del contexto geográfico y las tecnologías de generación energética por medios renovables (incorporadas a la trama arquitectónica del edificio y en sus elementos constructivos), la construcción industrializada y ligera, se presenta como una alternativa favorable para alcanzar altas prestaciones energéticas, hasta superar los niveles de un Edificio de Energía Casi Nula (EECN). En esta comunicación se presentan los resultados de una investigación sobre un prototipo existente que demuestran que es posible  alcanzar estas altas cotas de eficiencia. Para esto, se desarrolla un método empírico, práctico, simplificado y fiable, basado en estudios geográficos, ensayos, caracterizaciones y simulaciones energéticas con programas informáticos de referencia.”

No siendo la intención del autor realizar una comercialización de sus publicaciones por este medio, Acento, que nos honra con transmitir nuestras opiniones todos los domingos; nos resulta casi de obligación recomendar al lector interesado en estos temas,  la adquisición, por los medios que le sean posibles,  de un material científico y de divulgación tecnológica  que de seguro le será de mucha utilidad. Esta recomendación la hacemos con la sinceridad que nos caracteriza – a veces una sinceridad equivocada-  como otras veces, también,  hemos recomendado a autores como Javier Neila, Victor Olgyay o Ian McHarg o incluso el dominicano Rafael Arvelo.

Seguiremos con el tema, hasta la próxima…