Cada gobierno es un parlamento

De putas. En la democracia, las

Putas, somos nosotros

Pa. O´Rourke.-

La época del pos-verdad llegó, y lo hizo para quedarse, principalmente por la increíble capacidad de los principales protagonistas para mentir, embaucar y hacer creer que es, lo que en realidad no es. Quizás solo sea un trabalenguas pero, cierto y doloroso. El día a día nos presenta nuevas argucias para encubrir los intereses particulares que mueven el quehacer político nuestro y, como siempre, na´e´na.

Aún están confeccionando la nueva ley de Partidos y de Reforma, cuando no obstante haber prohibido el aborto en las mujeres sin tomar en consideración ninguna atenuante, ellos, los hacedores e incumplidores de las leyes, son los primeros que asesinan ese feto en su propio y distinguido escenario, creado por ellos mismos, solo para los “honorables”. Cámaras donde se han aprobado las mayores atrocidades e indelicadezas ante las cuales hemos sido, simplemente, espectadores sumisos. Esta será sin lugar a dudas, otra ley que nacerá nati-muerta, algo así como aquella de las Fuerzas Armadas y la de la Policía Nacional, demostrándose, en todos los casos, que no es la falta de leyes, como el caso que nos ocupa, sino, la falta de cumplimiento de las existentes.

El reducir la cantidad de votos emitidos para mantener el reconocimiento de los partidos políticos, no es más que aupar la creación de organismos parásitos que crecerán como la verdolaga pero, que les darán a ellos las herramientas para participar del festín en el desguace de las riquezas del Estado Dominicano. Tal y como sucede en la actualidad, donde hasta lo que era un partido mayoritario ha pasado a ser un fiel, leal y sumiso compromisario con el partido gobernante. Siendo lo más curioso, que muchos de estos “apoyadores” o “aliados”, no están en busca de ambición material o económica, sino, solo para satisfacer su ego de tener poder político, porque el dinero que poseen, la cantidad total, les he difícil dar una cifra.

La mala fe resalta, es inocultable el aprovechamiento que van hacer los políticos con esta “nueva ley de partidos”, llamada supuestamente a poner orden en sus casas pero no, no es así, es todo lo contrario. Porque en vez de disminuir el porcentaje… ¡No, lo aumentan!, porque no les interesa ponerle coto a esta diarrea de chinchorros políticos; ¿por qué no exigirles que en su primera participación dentro de los comicios electorales, vayan solos, con sus propias candidaturas y de esta manera demostrar su incipiente liderazgo y por demás, exhibir ante la ciudadanía que la cantidad de afiliados presentados a la Junta para su reconocimiento no son inventos sino, reales seguidores de su “partido”?

Esa “ley” que van aprobar los “honorables”, sin importar las exigencias que grupo alguno puede presentar, solo contribuirá al deterioro de los grandes partidos y, ya lo verán. En estos momentos, en los cuales se está produciendo por la bajo, muy soterradamente pero, inocultable campaña proselitista dentro de los “emblemáticos” grupos “emergentes” e inclusive dentro del partido gobernante, explotará de tal manera que sacudirá los cimientos hasta de los que se creen infalibles, debido a que el “negocio” de “apollar” –aunque no exista esta palabra-, no lo podrán detener los lideres tradicionales, porque cada quien querrá negociar “lo suyo” de  manera independiente. Así nomás. ¡Sí señor!