“La capacidad del Estado para llevar a cabo y dirigir depende del tipo de talento y experiencia que sea capaz de atraer”-Mariana Mazzucato.

En la semana del diez al catorce de junio el ministro de Energía y Minas, doctor Antonio Isa Conde, presentó al Ejecutivo otra iniciativa importante de política: el Anteproyecto de Ley del Sistema Nacional de Gestión de la Renta Estatal Minera (SINAGEREM). Se trata de un magnífico ejercicio de innovación dentro de la Administración en la medida en que se trata de la primera aplicación formal de conocimientos especializados a un proceso genuinamente nuevo de gestión de la renta estatal minera (REM).

Esta importante medida de política está en coherencia con las disposiciones constitucionales y los lineamientos de la Estrategia Nacional de Desarrollo. En ellos se dispone expresamente el diseño y la puesta en marcha de mecanismos para que los municipios participen de los ingresos mineros, a los fines de financiar proyectos que impacten positivamente el desarrollo sostenible de la nación.

Obviamente, además del interés por la modernización productiva y remozamiento infraestructural de los municipios, sobresale la determinación de destinar la REM al financiamiento de obras reproductivas de largo plazo, enfatizando la competitividad dinámica del sistema económico. Sus pilares son la educación de alta calidad y el apoyo a la producción de conocimientos económicamente útiles -innovaciones de productos y procesos-, sin perder de vista la importancia de la difusión tecnológica.

En la elaboración de este anteproyecto hubo que dar respuesta a varias interrogantes.

Primero, ¿cuál sería la estructura impositiva y de contribuciones de la minería más idónea y equilibrada? La respuesta se contiene en el Anteproyecto de Ley de la Minería Nacional, ya presentado al Congreso.

Segundo, ¿cuáles serían los elementos de esta estructura que definirían las fuentes de ingreso del SINAGEREM? Tan importante como la definición de los elementos fue decidir sobre las proporciones más razonables. El Artículo 30 del anteproyecto ofrece la respuesta (está colgado en el Portal Web del MEMRD). Importante es subrayar aquí que, además de los impuestos y contribuciones, se incluyen ocho categorías adicionales de ingresos fuera del sistema impositivo y contribuciones del Estado.

Tercero, ¿cuál resultaría ser el mecanismo de asignación de los fondos mineros? Este asunto fue resuelto mediante la constitución de “un fideicomiso público de administración, inversión, operación y fuente de pago”, denominado Fideicomiso Minero para el Desarrollo (FIMIDE). Su objeto “es la creación de una estructura financiera independiente para la administración del patrimonio fideicomitido, bajo la administración de una fiduciaria, encargada de recibir, conservar y aplicar la renta estatal minera, bajo una escala de prioridades de aplicación de los recursos-establecida por la autoridad- al “desarrollo económico y social sostenible, la competitividad, la innovación y la investigación aplicada al nivel nacional, regional y municipal de la República Dominicana”. En este caso, el fideicomitente estará representado conjuntamente por los ministerios de Hacienda y de Energía y Minas; el fideicomisario por un Comité Técnico de Gestión de la Renta Estatal Minera, siendo la entidad fiduciaria el Banreservas.

Como puede advertirse en el anteproyecto, el FIMIDE estará conformado por cinco fondos bajo su administración exclusiva, cada uno con la misión de apoyar las iniciativas de inversión con mayor capacidad o potencial para impulsar el desarrollo económico sostenible de la bajo la condicionalidad de asegurar resultados e impactos medibles respecto a la diversificación productiva, productividad y sostenibilidad de la economía nacional, regional y municipal.

Los fondos relacionados con este objetivo cardinal son: Fondo Minero para el Desarrollo Regional; Fondo Minero para el Desarrollo Municipal; Fondo Minero de Financiamiento Solidario al Emprendimiento y Fondo Minero para la Innovación Aplicada y Competitividad. Se propone un quinto fondo, el de Ahorro y Estabilización, como mecanismo de retención de un 10% de los recursos de los fondos restantes. Los recursos así captados podrán “ser redestinados para compensar, parcial o totalmente, la disminución de los flujos a los diferentes fondos del SINAGEREM” (mecanismo de compensación o estabilización).

Cada uno de estos instrumentos es caracterizado en detalle de acuerdo a la modalidad de su capitalización, distribución territorial de los recursos; proyectos elegibles; mecanismos de aprobación y priorización de proyectos de inversión; ejecución y contratación de proyectos y asignación de fondos para nuevos proyectos dentro de un mismo municipio.

Una última cuestión que ocupó mucho la atención de los especialistas con el ministro Isa Conde a la cabeza fue la definición del marco institucional del sistema. ¿Crear un órgano autónomo y descentralizado con la función principal de gestionar el sistema? ¿Crear un organismo desconcentrado con esa misma misión? ¿Aprovechar los ministerios existentes competentes en este tema bajo el principio de racionalidad de la estructura administrativa del Estado?

Esta última opción fue la considerada la más apropiada y razonable, lo cual no es para nada habitual en la Administración. Fue así como se creó el Comité Técnico de Gestión de la Renta Estatal Minera (CT-GEREM), ya mencionado: un organismo técnico y administrativo, “que una vez constituido el FIMIDE, ostentará la representación del Fideicomitente”. Su función principal es la de formular y administrar las políticas generales del SINAGEREM respecto “a la captación, asignación y uso productivo de la Renta Estatal Minera (REM), asegurando los resultados e impactos programados”.

El ministerio y el Ejecutivo están ahora ante del desafío de lograr los acuerdos sociales y los consensos políticos necesarios para que el Estado dominicano pueda efectivamente canalizar la REM hacia nuevas inversiones en capital humano, infraestructura, innovación, ciencia y tecnología, y otras inversiones de largo plazo, resistiendo las presiones políticas de consumir estos recursos en el presente, especialmente los extraordinarios resultantes de coyunturas de precios favorables. De nuevo, ¡felicidades al MEMRD por tan oportuna y trascendental iniciativa de política!