La industria de la belleza se ha convertido en  una fuente de feminicidios.  Los medios de comunicación difunden la muerte de la Miss Argentina en 1994 Solange Magnano, fallecida por inyectarse una solución para aumentar los glúteos, la cual le produjo una embolia pulmonar.   Alicia Ortega nos presenta mujeres con secuelas irreversibles consecuencias de cirugías estéticas practicadas por manos no acreditadas.  Otras mujeres con complicaciones no llegan a los medios de comunicación, pero  ponen en riesgo su vida o mueren por una necesidad creada por el mercado.  "Ser bellas como nos dicta la industria de la belleza" 

 La cirugía plástica, en cualquiera de sus variantes, no es una operación banal porque puede provocar la muerte de personas en perfecto estado de salud. Los médicos muestran fotografías de los resultados positivos de la cirugía estéticas, pero pocos invierten el tiempo suficiente para dejar bien clara la información sobre los riesgos,  de manera que la mujer tome una decisión sopesada y esté prevenida para una eventual complicación.  

Algunas de las posibles complicaciones de cualquier procedimiento quirúrgico dentro de ellos la estética son: riesgos de anestesia; riesgos propios de la cirugía, como infecciones o seromas de la herida, cicatrización fea o queloides, embolia grasa -una parte de la grasa va a parar al torrente sanguíneo causando la muerte-,  hematomas,  shock por pérdida de sangre y otros fluidos corporales, lesiones de las coronarias y del músculo cardíaco que pueden llevar a paro cardíaco y por lo tanto a la muerte. 

Aún en manos de profesionales calificados las complicaciones están descritas, pero son infrecuentes.   La incongruencia se da porque la mujer que se expone a una cirugía estética es una persona que entra  al quirófano sana, llena de ilusiones y en el procedimiento puede desgraciarse la vida con una complicación que ella no conocía o no comprendía, o por el contrario, morir. 

Una sola muerte por cirugía estética justifica que sea imprescindible advertir a las candidatas a cirugías de las complicaciones ya descritas en esta intervención. Sugiero a la Sociedad de Cirugía Plástica presentar un informe donde se expongan los riesgos y exigir una reglamentación sobre topes de riesgos en estos procedimientos. A las mujeres que aspiran a  una cirugía estética, recuerden que el cuerpo es el instrumento con que tocamos la vida, debe estar en manos de profesionales calificados. 

Simone de Beauvior decía: "perder la confianza en su propio cuerpo es perder la confianza en sí misma".  A las mujeres nos quieren mantener entretenidas con el cuerpo, quitándonos y poniéndonos, mientras los hombres van detrás del poder.