El que en el informe del Foro Económico Mundial 2012-2013 la República Dominicana apareciera en el penúltimo lugar en  calidad de la educación primaria, entre 144 naciones; y que la hermana República de Haití aun con sus grandes adversidades la  superara por seis  puntos, evidencia que el país se encuentra, sin que al parecer se perciba, ante una verdadera tragedia de la educación nacional.

El 4% del PIB como inversión en la educación preuniversitaria, aun con las heredadas dificultades para su plena ejecución, es un gran paso de avance. Las consultas que se realizan, sus temas y metodologías  contribuyen a  la identificación de los problemas y sus soluciones. Pero sin un gran giro estratégico que remueva en sus cimientos la naturaleza del centro educativo actual –público y privado- difícilmente los resultados en los próximos 20 años sean muy diferentes a los que al presente golpean el alma nacional.

Es imprescindible otro tipo de  centro educativo. Que transforme  en su esencia el cómo se concibe actualmente la labor educativa. Y la oportunidad  la brindan las Tecnologías de Información y Comunicación-TIC- que impactan la calidad del aprendizaje de forma nunca  vista en la historia de la humanidad.

Los centros educativos deben ser muy distintos a los que se están construyendo, lo que equivale a decir que con proyección hacia el futuro como actualmente se hacen no es buena inversión.

La actividad educativa debe realizarse – aquí y ahora– y a partir del sexto grado, en centros comunitarios con “tables” disponibles como su principal medio de aprendizaje, con acceso a  programas para las distintas disciplinas los cuales abundan, hasta para experimentos de laboratorio.

Tales centros educativos  no requerirían de  aulas, sino de salones preparados para las actividades de puesta en común; no para “dar clases”, pues se fundamentarían en el autoaprendizaje y de ahí que la profesora o el profesor serían  facilitadores que gestionan el proceso. Los centros educativos deben ser muy confortables, con aire acondicionado y energía permanente; comedor-cafetería, áreas para deporte y  arte. Deben tener controles y vigilancia estricta y sobre todo con una exigente gerencia para su funcionamiento general y principalmente para cumplir los objetivos de aprendizaje.

De seguro que si se comparasen los costos versus resultados respecto a lo que se hace actualmente, son económicamente ventajosos.

Su implementación debería  ser gradual pero acelerada, por lo que se puede iniciar por  tres o cuatro municipios una vez se creen en los mismos  las condiciones apropiadas.