En la tarde que se estaba colocando una nueva emisión en moneda local de bonos soberanos, conversaba con servidores del área financiera de entidades públicas sobre la distribución de la deuda pública por la moneda que se estipulan en los contratos.  Presenté a los participantes del Módulo de Crédito Público un cuadro con los datos para el 31 de marzo del 2019, del archivo descargado del portal de la Dirección General de Crédito Público.

 

En la deuda externa les pedí poner atención a que el Peso Dominicano aparece como una de las monedas.  En la segunda fila, en el medio del Dólar y el Euro, encontramos un saldo de US$793 millones.  Tenemos una deuda externa en pesos que es casi el doble del valor adeudado en Euros. ¿Qué pasa ahí? ¿Un error?  ¿Serán dos préstamos de bancos, el Scotiabank, de la 27 de Febrero, y el Citibank, de la Churchill, que a pesar de ser de capital extranjero son residentes y deben estar como deuda interna? ¡Aquí media docena de mangos banilejos al que adivine!

Lo de error de registro no lo compraron.  Ya les había hablado del SIGADE, o DMFAS, el programa de la UNCTAD donde los técnicos del área han demostrado tanta destreza en su manejo, que estamos entre el grupo de países prueba las nuevas versiones.  Con un “gracias por participar, mejor suerte con la próxima pregunta”, pasé a explicarle que el gobierno dominicano es de los pocos países de la región que ha podido emitir bonos soberanos en su propia moneda.  En el 2018, se emitieron RD$40 mil millones a 5 años, con un cupón de 8.9%.  El país recibió el equivalente en dólares de ese monto, US$821.96, a la tasa representativa del mercado en la fecha de emisión (RD$48.6643).  Los intereses los calcula en pesos, convierte a dólares a la tasa de referencia el día debe hacer el pago, y transfiere para que se acrediten cuenta de los tenedores.

¿Cuál es el monto reportado por Crédito Público de ese bono en el Cuadro No.1?  US$792.9 millones, menos que los US$821.96, porque la devaluación o riesgo cambiario a quien afecte en este caso es al tenedor de los bonos.  A pesar de ese resultado, el gobierno volvió a emitir en pesos. Esta vez RD$50,523 millones, que ingresan US$1,000 millones, y vencerán en siete años, un segundo paso a ir formando una curva de rendimiento de bonos en moneda local en los mercados de capitales. 

Este es un logro que, obviamente, sería imposible de lograr si los acreedores privados internacionales vieran al país como un Titanic o percibieran que ya el país entró en un escenario de Esquema Ponzi.  Ni están viendo grandes bloques de hielo van a reventar una esquina de nuestro pedazo de isla, ni tampoco a un astuto estafador embaucando con la pirámide de moda.

Los críticos ven la deuda como “una segunda base” que destruye el matrimonio debe ser indisoluble y eterno entre la recaudación y el gasto. Quien arriesga sus capitales adquiriendo bonos soberanos, sin embargo, ven el matrimonio trial, legítimo y constitucional, que se consagra en el 233, entre recaudación, gasto y una deuda que, en el cursillo para unir al trío, asumió el compromiso de mantener una estabilidad.

Mañana continuamos con otros comentarios, motivados por esta facilitación que imparto para el Centro de Capacitación en Política y Gestión Fiscal, CAPGEFI, del Ministerio de Hacienda, en el Diplomado de Hacienda Pública.  En este portal pueden ver tablas y gráficos dinámicos, como el del Cuadro No.2, para la deuda pública.

https://www.josealfredoguerrerob.com/deudapublicard 

Tal vez no sea necesario, pero aclaro que estos comentarios son propios, no comprometen a la entidad que organiza estos diplomados y otras actividades educativas para servidores públicos.