No creo incurrir en atrevimiento alguno al expresar, que dentro de los actuales miembros del gabinete del Sr. Presidente de la República Lic. Danilo Medina, el titular de agricultura es el menos almidonado, el más despojado de protocolares actitudes y en consecuencia, uno de los que facilita por su sencillo comportamiento el acceso de quienes le procuran. El cargo que ocupa no lo ha engreído.
Aquellos que sin poseer un particular desarrollo de la indiscreción o carecer de un agudo espíritu crítico cultivan por razones de trabajo la proximidad del actual Ministro de Agricultura Osmar Benítez, de seguro habrán advertido en su tratamiento con él y con los demás actitudes que muchas veces oscilan entre lo verosímil y lo irreal, y no pocas parecen avecindadas al campo de lo inimaginable.
Una de ellas es su extravagante horario de trabajo cuyo cumplimiento requiere de sus asistentes una dedicación en exclusividad. A veces cita un visitante a las 6:30 de la mañana y a un subalterno o funcionario a las 10 o 10:30 de la noche para después empezar a firmar hasta la medianoche. En estos casos su Oficial Mayor y el personal del Despacho se apersonan a primeras horas del día siguiente con semblante de no haber dormido en absoluto.
El personal que a diario arriba antes de las 7 de la mañana podrá testimoniar verle sentado en la portería o en los escalones de acceso al lobby esperando a sus acompañantes para viajar al interior. Todos confirman además que sin el menor asomo de populismo o hipocresía saluda y hasta conversa brevemente con el colectivo de base – chóferes, conserjes, mensajeros etc – que llegan a tempranas horas del día y en ocasiones hasta se permite bromear con ellos.
En ocasiones, al avistar en los sofás de ingreso al ministerio a una persona espatarrada, dormitando o mal sentada, se le aproxima invitándole adoptar una postura mas correcta. Al ser por lo general visitantes se asombran de esta advertencia disciplinaria, recordando ahora a un amonestado preguntarme ¿Y quién es éste? . Al decirle que era el ministro, con las manos en la cabeza me dijo ¡Ay Carajo, y yo que vengo a verle!. Le contesté: despreocúpate, no ha pasado nada. Y así fue.
Como ocurre con la mayoría de los líderes – vocativo amistoso que gusta aplicarle a los demás – hay días que por diversas motivaciones muestra ratos de irritación, asaltos de mal humor y episodios de enojo, a pesar de estar generalmente buenhumorado y casi siempre dominado por la calma y la serenidad. Durante estos arrebatamientos lo mas aconsejable es distanciarse lo mas posible de su entorno demorando para más luego cualquier intento de abordaje. Al desconocer la hipocresía, no disimula su desagrado.
Por indolencia, descuido o pereza puede abochornar con razón a un funcionario o técnico del sector aunque esté en presencia de otros. No olvido el reproche dirigido a uno que él bien conocía y que en ese momento me provocó un sentido disgusto. Con el propósito de atenuar su angustia al final del encuentro hice un aparte con el agraviado para expresarle mi contrariedad al respecto. Su respuesta fue: No, no, yo lo admiro – a Benítez – y por decirme siempre la verdad somos amigos de long time.
En una próxima entrega pienso reseñar sus viajes al interior del país, pero me parece que quienes llevan su agenda, por lo frecuentes y diversos que son, no pueden contabilizarlos. Hoy en Dajabón, mañana en Maimón, pasado mañana en Nisibón y luego en Pontón, una agenda para enloquecer. En una oportunidad me expresó no apreciar mucho las actividades de Cancillería, calificativo que reserva para designar la protocolar asistencia a eventos de representación o figuración.
Al adquirir la flamante flotilla de vehículos – camiones, camionetas, motocicletas – palas mecánicas, tractores, arados, rastras y bulldozers que por semanas ocuparon el parqueo frontal del MARD, y aprovechando una reunión con técnicos y funcionarios en el Multiusos de la institución, les dijo a éstos: Tengo malas noticias para mis amigos. Las camionetas que van a asignarse tendrán sus logos y además no podrán ser usadas fuera del horario de trabajo. Me recordó lo que dicen los ingleses: Inglaterra no tiene amigos ni enemigos, sólo intereses.
Lleva un control semanal y estricto de todos los proyectos y programas que está desarrollando desde su nombramiento en el MARD, debiendo cada uno de los responsables darle cuenta de lo hecho, lo que realiza y pretende ejecutar para así evaluar, tanto el nivel de involucramiento de éstos como la evolución de una programación cuyo logro contribuirá, a su juicio, mejorar sensiblemente el estado actual de la agropecuaria dominicana.
Por años he asistido en ocasiones a los ministros en sus ponencias orales. Con Osmar esta colaboración es mínima, insignificante, pues su poder de repentización, su caudalosa oratoria y sus conocimientos agropecuarios superan con creces la lectura de cualquier texto. A mi entender la oratoria es una de las facetas más luminosas de este Ministro, y la fascinación que su verbo provoca en el auditorio lo transmuta en un personaje fabuloso, alucinante.
La memoria de elefante que a diario a todos sorprende y los conocimientos adquiridos por un ejecicio que se prolonga ya por más de cuatro décadas, ha reducido el número de aquellos que intentan impresionarlo con datos e informaciones. También, la faceta a veces populachera y a ratos folclórica de su personalidad le ha facilitado eludir la molestosa fauna de políticos, avivatos y parásitos que siempre prosperan en los alrededores de los altos cargos en búsqueda de prebendas.
Creo no ponderar en exceso al Ministro al señalar, que el trato cotidiano y durante años con personas de la más variada catadura le ha permitido desarrollar habilidades sensoriales que otros desconocemos, como percibir por el tono de una voz quien le miente y reconocer con el olfato la tirantez de un ambiente. Tengo la sensación de que recurre a medios extrasensoriales cuando está en espacios desacostumbrados o en presencia de otros, y ello sin lugar a dudas le procura un hechizo que todos en secreto deseamos.
Son estos rasgos atípicos encontrados en la inquieta figura del rector de la política agropecuaria del gobierno, los que despertaron en este artículista la sensación de que su accionar, por su naturalidad, resulta incomprensible al esperarse las actitudes propias de una persona envanecida, presuntuosa, soberbia, o como bien se dice ahora en agroalimentación, llena de aromatizantes, lactosa, colesterol, azúcar añadida y otros nocivos aditamentos.