Los dominicanos nos sentimos muy orgullosos de nuestros compatriotas y sus descendientes cuando se destacan en los países. Y no solo de nuestros peloteros y bachateros, aunque por ellos es que más se nos conoce y celebra en el extranjero.

Los anfitriones también sienten un gran orgullo de las hazañas de los criollos a los que reclaman con propiedad como suyos, siempre reconociendo y respetando la herencia cultural exótica como aporte que enriquece a la comunidad.  Celebran las raíces extranjeras de los ciudadanos estadounidenses, sin celos de que se destaque sus orígenes al homenajearlos.  Ellos son los primeros en indicar la procedencia de sus héroes, sin cuestionar su lealtad o patriotismo por el solo hecho de reconocer y cultivar las costumbres y tradiciones de sus progenitores.

Shirley Collado con David Ortiz

Con la comunidad universitaria de Ithaca College compartimos ese orgullo por la Dra. Shirley Collado, primera persona de ascendencia dominicana en alcanzar la presidencia de una institución de educación superior en Estados Unidos. Gracias a sus méritos profesionales fue reconocida la semana pasada en Washington por nuestra Cámara de Comercio Americana en las actividades de la “Semana Dominicana en Estados Unidos”, en compañía de David Ortiz (Big Papi no necesita introducción ni aquí ni allá ni acullá), Adriano Espaillat como primer dominico-americano en ser congresista federal, y el experto en política fiscal, Donald Lubick. Ese acto de reconocimiento fue también celebrado orgullosamente por la institución que se precia de tener como máxima  líder educativa a la primera dominico-americana en presidir una universidad norteamericana. Su ascendencia dominicana es explicitada hasta en la cápsula de Wikipedia sobre la notable educadora.

Shirley Collado nació en Brooklyn. Sus padres, Andrés y Carmen, guamearon en Nueva York durante años, conduciendo taxis seis o siete días a la semana y trabajando en factorías, respectivamente.  Shirley empezó a trabajar en un restaurante a los catorce años para ayudar a costear su propia educación. La abnegada entrega de sus padres al trabajo honesto evidentemente fue esencial en la formación de la joven estudiante. Shirley ganó una beca para estudiar en una de las mejores universidades de Estados Unidos, Vanderblit, en el Sur y muy lejos de sus padres, destacándose por su desempeño académico así como por su liderazgo. Continuó sus estudios de maestría y doctorado en psicología clínica en la prestigiosa Duke University. Hoy es además regente de la Junta de su alma mater, Vanderbilt University.

Shirley Collado y sus padres.

Su vida personal y su carrera profesional no han transcurrido exentas de obstáculos, pero ha sabido enfrentarlos con valentía y entrega. El aprecio de sus colaboradores y  amigos es elocuente testimonio de su valor como persona y profesional comprometida, y explica con creces su ascenso en las diferentes instituciones en las que ha servido como docente y líder.  En su escalada se ha caracterizado por siempre considerar a los que requieren de las oportunidades que ella supo aprovechar como primera de su familia en ir a la universidad, en dar una mano para que otros se levanten por sus méritos. Por eso fue escogida como noveno presidente de la centenaria universidad en el estado de Nueva York, y hoy es muy apreciada por la comunidad de Ithaca College al concluir el primer año lectivo completo bajo su liderazgo.

En ocasión  de su inauguración como presidente de la universidad, la experiencia de sus padres inmigrantes fue recalcada y festejada, incluyendo en las palabras pronunciadas por su amiga y otrora colega en Middlebury College, Julia Álvarez. De nuevo en ocasión del reconocimiento recibido en Washington la semana pasada, la universidad se regocija acentuando su origen. Su dominicanidad es un motivo de orgullo, no solo para los dominicanos, sino también para los estadounidenses. Ellos generosamente comparten con nosotros la gloria de esta excepcional mujer, nacida y educada en Estados Unidos en el seno de una familia que reconoce y conserva su dominicanidad.

Luisito Pie cuenta otra historia. Casi le negamos el derecho y la oportunidad de representar a su patria en competencias internacionales, a pesar de que él no solo nació y se crió aquí, sino que su madre también. Finalmente cuando ganó la gloria en representación de los dominicanos, la Junta Central Electoral se pronuncia públicamente defendiendo su dominicanidad.  Después de obtener la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro en 2016, la prensa lo califica de dominicano sin mencionar el origen de sus antepasados. Con honrosas excepciones, no celebramos sus raíces, o pretendemos obviarlas; en algunos casos peor aún, le negamos la dominicanidad e insistimos en que es haitiano porque sus antecesores vinieron de Haití a guamear en nuestros cañaverales y él ha conservado el apellido de ellos.  Actuamos con mezquindad al no tomar en cuenta todos sus esfuerzos y sentimientos, coartando su derecho a sentirse profundamente orgulloso de sus logros, de ser dominicano y de reconocer sus raíces haitianas, lo que no compromete su dominicanidad.  Ni siquiera la entrada en Wikipedia sobre el medallista olímpico menciona sus ascendientes haitianos.

Luisito Pie

La carrera profesional de Shirley Collado es como un cuento de hadas, la de nuestro Luisito Pie es un relato de terror que él ha soportado con gallardía.  Imagínese a Luisito Pie homenajeado en la Embajada Haitiana en Santo Domingo por la Cámara de Comercio Dominico-Haitiana: las patrioteras protestas por la intervención haitiana en nuestros asuntos por un lado y alegatos de que eso solo confirma la no dominicanidad del atleta de parte de los que se dicen patriotas y guardianes de la dominicanidad; la seguridad necesaria para prevenir cualquier brote de escándalo y violencia. Luisito es magnánimo al minimizar sus penurias, diciendo que son unos pocos los que discriminan contra él; nosotros decimos que son demasiados los que se rebajan a sí mismos con esa actitud deleznable. Él es un dominicano auténtico, y tiene todo el derecho, y hasta la responsabilidad, de sentirse orgulloso de su padre y sus antepasados haitianos.

En Estados Unidos celebramos juntos y en armonía el gran triunfo de Shirley Collado en la vida académica de esa nación; aquí martirizamos a Luisito Pie reconociendo solo su dominicanidad, o peor aún, negando su dominicanidad porque “hijo de haitiano es siempre haitiano”.

Recapacitemos sobre nuestra actitud hacia la dominicanidad.

Lecturas:

https://www.ithaca.edu/news/president-shirley-m-collado-honored-dominican-embassy-washington-dc

https://www.ithaca.edu/ic-news/releases/inauguration-a-day-of-pride-for-president-collados-parents-48142/

https://acento.com.do/2017/actualidad/8506473-eligen-la-dominicana-shirley-collado-presidente-ithaca-college/

https://www.diariolibre.com/deportes/olimpismo/luisito-pie-sobre-el-racismo-he-sido-discriminado-en-mi-pais-FN9539546

https://www.google.com/amp/s/acento.com.do/2016/deportes/8375669-la-polemica-origen-luisito-pie-heroe-olimpico-dominicanohaitiano/amp/

http://www.elcaribe.com.do/2014/11/21/luis-pie-ldquo-hago-caso-negativordquo/

https://www.listindiario.com/la-republica/2016/08/20/431921/jce-dice-nacionalidad-de-luisito-pie-y-su-madre-no-debe-ser-cuestionada

http://sentinel.ht/2016/08/23/dominican-media-luisito-pie-black-foreign/

http://remezcla.com/sports/luisito-pie-bronze-medal-rio-2016-haitian-dominican/