Hace solo unos días, la Unión Europea prohibió cortar las orejas y los rabos de los perros y otros animales a todos sus países miembros, medida que consideramos muy acertada y un paso más, pequeño pero importante, hacia el logro de una civilización un poco mas civilizada, que tanta falta nos hace.
El corte de esas partes suele hacerse por tres motivos principales, para darles un aspecto más fiero e infundan mucho más temor, para que en las peleas haya menos áreas sensibles donde poder ser mordidas o arrancadas, y en losejemplares de caza, para que no se les dañen al pasar por vegetación espesa, con ramas o espinos. Hay que felicitar a la UE por intentar acabar con este tipo de mutilaciones, que no son sino una muestra más de barbarie y atraso que aún arrastramos en este triste asunto de la crueldad animal.
En la dura Edad Media, superada hoy en buena parte, aunque en bastantes cosas seguimos metidos de cabeza en ella, se estilaba eso de desnarigar, deslenguar y desorejar -además de cortar cabezas como el que corta auyamas- a las personas como castigo por robos o fechorías diversas. Por suerte, este tipo de mutilaciones ¨menores¨ quedaron abolidas con el tiempo, si bien aún quedan residuos en algunos países del Medio y Lejano Oriente, dónde cortan manos por robar, sin contar los flagelos y las lapidaciones por adulterio.
Claro que, no hace falta ir tan lejos, en España, y otros países latinoamericanos, se torturan, desangran y matan toros por puro placer y espectáculo, y la Península Ibérica lo consideran, además e irónicamente, un bien cultural que debe ser mantenido y hasta fomentado. Pero, veamos ¿Qué culpa tienen los pobres animales para que les corten las orejas o los rabos que les sirven para oír con mayor agudeza, o guardar el equilibrio al correr, respectivamente. Una brutalidad para facilitar otra aún más grande, que son las salvajes peleas de perros, prohibidas en muchos partes, pero que se hacen con demasiada frecuencia de manera clandestina y en las que se cruzan grandes apuestas.
Con los gallos llamados de pelea, lo mismo, los preparan con alimentos vitamínicos, los traban, y hasta los rocían con ron, para fortalecerlos y desflecarlos después a picotazos para diversión de gentes que les gusta ver la sangre y sufrimiento, sublimando así sus instintos violentos, y al igual que en las peleas de perros, jugando grandes cantidades de dinero.
Parece como si la mutilación en las personas volviera ahora con la fuerza de la moda, y la necesidad de verse diferentes o llamar la atención para decir que son más atrevidas que las otras . Además de tatuarse, se taladran, las narices, lenguas, orejas, ombligos, pezones, cejas, y se cuelgan piezas de metal, los llamados piercing, que es de lo más ¨progre¨. Allá cada uno con su cuerpo y sus necesidades de autoexpresión. Hay plena libertad al respecto.
Pero las mutilaciones en los perros deben irse eliminando, para ver si millones de personas suben un escalón más en el proceso de ser, eso, personas, es decir, individuos con sensibilidad hacia los animales, y de paso y por ósmosis,mejorar también las relaciones con sus semejantes.
Tal vez para evitar de una vez por todas las mutilaciones gratuitas en los animales, tengamos que ser drásticos y volver a la Edad Media, o aún más atrás con la ley del Talión, cortando las orejas a los que lo hagan con los animales, así dueño y mascotas lucirán aspectos aguerridos bastante parecidos, y con los rabos… bueno, si les cortan el único que le queda a la raza humana, el de adelante, seguro que se acabará de una vez por todas con esa perversa costumbre.
Esperemos que la excelente medida tomada por la Unión Europea se extienda rápidamente por todo el mundo. Las orejas y rabos completos son un signo mas de civilización. Que, repetimos, nos hace mucha falta.