Para la semiótica del arte y la cultura el texto etnográfico posee un valor antropológico, literario y artístico. Dicho texto es ordenado por signos, imágenes, locuciones, frases, diálogos, llamados expresivos, invocaciones, ritualemas y otros documentos que le acuerdan valor de texto mixto o sincrético de base cultural.

Lo artístico de un texto etnográfico está en su mediación vocalizadora y representacional, esto es, el texto se ve y es mirado por un sujeto social, en un contexto de producción oral y receptora; el mismo se expresa desde un espacio imaginario revelador de imágenes, trayectos culturales, mitos, mitemas y escenarios de creación.

Tanto el orden de los signos, el significado de las imágenes-signos, el valor potencial y formal de las imágenes-signos ayudan a co-producir la semiosis artística y cultural, el contexto del lenguaje y creación en proceso y en movimiento. Lo que implica todo u diálogo de instancias críticas motivadoras, orientadas hacia una comprensión de la lectura de mundos sociales reconocidos como objetos y fuerzas significantes agentivas.

El adjetivo “etnográfico” remite a comunidad, origen, raza, pueblo, tendencia creadora de una comunidad y población de base;  de ahí que el llamado texto etnográfico esté conformado por imágenes, signos verbales mixtos, imágenes o íconos y figuras relacionadas o sujetos creadores, activados por capacidades de creación, comunicación, productividad y construcción de formas socioculturales. Este fenómeno da lugar a un intercontacto, interproductividad e intercomunicabilidad en un determinado proceso de producción artístico, literario y cultural. Lo artístico en este caso surge del decir y lo dicho, de lo icónico y lo estético, de los datos y signos que sugieren formas y atributos de creación; lo que dará lugar a la intersignificación e interproducción de formas, sistemas artísticos y culturales. (Véase Claude Lévi-Strauss: Antropología  estructural dos, Siglo XX1, 1987); y también, La mirada distante, Argos-Vergara, Barcelona, 1984).

Véanse pues, los siguientes casos y variables del texto etnográfico:

  • Espacio poético indígena y espacio poético-cultural hispánico.
  • Espacio comunitario afroamericano y espacio comunitario insular.
  • Espacio comunitario afroamericano y espacio sociocultural dominicano.
  • Espacio artístico- árabe y espacio artístico-cultural judío.
  • Espacio  artístico chino y espacio artístico -etnográfico japonés.
  • Espacio etnoartístico balinés y espacio artístico indonesio.
  • Espacio artístico palestino y espacio artístico judío.
  • Espacio etnoartístico africano y espacio artístico subcontinental árabe.
  • Espacio etnoartístico indígena y espacio artístico fronterizo  norteamericano.

Estos espacios, expresiones y variables de creación engendran productividades textuales socioetnográficas y psicoetnográficas que ayudan a producir un texto cultural mixto o sincretizado; de donde podemos colegir que la textualidad cultural o más bien, la textualidad etnográfica se fundamenta en el movimiento o movilidad de la cultura y de las diversas historias del sujeto semiótico y cultural.

Una tendencia a la investigación del arte verbal y visual desde el conocimiento semiótico, aspira a considerar y pensar los signos en el marco de una experiencia estética y cultural. La semiótica del arte u la cultura busca, interpreta, recoge y reconoce las diversas formas y técnicas de arte en comunidades originarias pasadas o presentes, pero que cobran valor en un proceso de mimesis o poiesis artísticos, literarios y culturales.

El manejo de experiencias, técnicas, laboratorios de creación trabajos especiales, creaciones individuales y colectivas se enmarcan en una producción imaginaria, articulante, articuladora y particularizadora de actos artísticos y significantes en espacios reales, comunitarios, imaginarios, míticos, legendarios y creacionales.

La perspectiva de este tipo de conocimiento, reconocimiento y memoria artístico-cultural incide en lo que es el espacio de producción de signos y obras artísticas que refieren a modelos visuales y textuales mixtos en base a la determinación de discursos artísticos y culturales. En Suramérica, el Caribe, América central, en muchas comunidades del Pacífico, en África, en Australia y en el Medio Oriente se reconocen expresiones productoras de mundos reales e imaginarios, donde se pueden destacar y advertir experiencias productoras de mensajes, formas artísticas híbridas y funcionales donde el sujeto cultural y artístico se reconoce como actor productivo de experiencias concentradas en tiempo, espacio, actitud, visión y transformación.

Se reconoce en este contexto un espacio o teatro de la memoria, motivado de manera expresiva en el orden de las visiones creacionales artísticas, sociales, tradicionales, modernas y contemporáneas. ( Ver, Claude Lévi-Strauss: Historia de Lince, Ed. Anagrama, Barcelona, 1992).