Tradicionalmente el término de oligarquía se usa relacionado a la concentración cerrada de poder político, económico y social de un sector minoritario de los grupos de poder. Igualmente hemos reducido el término a los proceso de acumulación originados a partir del desarrollo colonial y capitalista.

Casi siempre se entiende que las oligarquías refieren, a aquellos grupos de poder que forman un círculo cerrado y cuya pertenencia le viene bien a través del poder político y sus beneficios, la unión de sangre y su consecuente herencia político-económica y social, como de la formación de clanes dentro de las estructuras de poder, pueden ser estos de tipo familiar o grupos de intereses comprometidos con beneficios y acumulaciones de poder, del grupo oligarca en cuestión.

También se ha estigmatizado a los grupos conservadores y los modelos políticos no liberales como su único engendro, sin embargo, hoy vemos críticamente que también los grupos que se anillan alrededor del poder, de izquierda o derecha, terminan conformando un subgrupo o clan cuyos nortes es la impunidad y el reparto de los beneficios que el poder político genera. Pudiéndose producir choques grupales en el necesario poder que estas oligarquías, exigen para mantener el equilibrio como clan y sus privilegios.

Las izquierdas tienen como vehículo de bienestar y favoritismo, al partido, principal símbolo de la cohesión y correa para obtener posiciones, canonjías y favores e impunidad de todo tipo

Las revoluciones, no importando su naturaleza ideológica, crean grupos de poder y beneficios cerrados, es decir oligarquías, que terminan favoreciendo a quienes las encarnan en su liderazgos, y por decantación terminan favoreciendo a familiares, amigos y allegados. Originalmente estos quienes se alzan con la mayor cuota de poder, pues le favorece su cercanía y control de este.

Las izquierdas tienen como vehículo de bienestar y favoritismo, al partido, principal símbolo de la cohesión y correa para obtener posiciones, canonjías y favores e impunidad de todo tipo. La sanidad absoluta de un proyecto revolucionario cuando se hace una arqueología de su estructura política y de poder, deja mucho que decir.

Por eso hablamos de una oligarquía del poder político que termina beneficiando a unos pocos, en desfavor de muchos que también lucharon y se entregaron a la causa (a la cual le pasan factura luego), pero que al momento de repartir el pastel y los pesos pesados del poder, vienen las preferencias, las cercanías, los arreglos de aposentos y los acuerdos de conveniencia para mantener una impunidad, un silencio cómplice con los beneficios que el poder otorga, siempre guardando la apariencia y por eso estos clanes no pueden ser de mucha gente, pues muy fácil de diluyen, muy poco queda del reparto entre muchos y muy fácil se grieta esa unidad y complicidad.

Cuando idealizamos líderes políticos y vemos cómo terminan aprovechándose personeros desconocidos de los beneficios y familiares amigos y allegados y los principales jefes del clan, no queda más que pensar en un coto cerrado, donde se distribuyen los grandes recursos que el poder genera y que concentrados en uno, dos a tres figuras, que lo administran como si fuera una finca privada, lo reparten bajo ese mismo criterio y al final de esa revolución, al pasar el balance, entendemos como una oligarquía de poder es la gran beneficiaria de esa concentración de poder político, de intríngulis y  estratagemas de poder y concentración de riqueza para su beneficio personal y de grupo, apoyados en esos núcleos sanguíneos, de amigos, allegados y anillos políticos cerrados.

Los cercanos, como en las oligarquías clásicas, se aferran entre ellos para mantener beneficios y poderes en círculos cerrados, incluyendo matrimonios familiares que son al fin y al cabo formas diplomáticas para retener y reproducir el poder, es así como se dan estrategias de concentración del poder entre los revolucionarios que no tiene nada que envidiar a las oligarquías clásicas.

Hoy vemos cómo al revisar el comportamiento de algunos sectores de las izquierda que llegar al poder posiblemente con hambre de mucho tipo, deciden montar un plan de beneficio a dirigentes, familiares y allegados que son los representantes de esas oligarquías atípicas, pero que funcionan bajo el mismo principio de exclusión, impunidad, y  privilegios, como los clanes que se producen en otras esferas sociales, como la mafia.