En medio de la guerra de encuestas presentadas en el presente torneo electoral, resaltan los resultados de la encuesta Mark Penn/Stagwell que sitúa la criminalidad e inseguridad como el principal problema en la República Dominicana. La opinión de los encuestados es un llamado de atención al diseño de estrategias que contribuyan en mejorar la situación que preocupa a la gente; estrategias que se deriven del estudio y análisis de nuestras ciudades.

Un referente en estos temas fue publicado en año 1961 por la urbanista y activista sociopolítica de origen canadiense, Jane Jacobs, en una de sus obras más renombradas: “The Death and Life of Great American Cities” (Muerte y Vida de las Grandes Ciudades Americanas), donde se analizan los componentes de la ciudad estableciendo criterios para el desarrollo de estas. Uno de los postulados con mayor repercusión en el libro se encuentra cuando Jacobs expone las tres principales cualidades de una ciudad exitosa; destacando que las ciudades deben tener “ojos en las calles”.

Postulado que apunta a señalar la importancia de mantener los ojos de los dolientes mirando hacia el espacio público, de manera que los edificios puedan estar diseñados observando hacia la calle en lugar de estar de espaldas a ella. Esto con el fin de que los residentes en una comunidad tengan el contacto visual sobre su entorno y de esta forma puedan advertir la presencia de cualquier extraño.

Este postulado es el punto de partida para el diseño de una política de seguridad urbana coordinada por los Ayuntamientos del país con el apoyo de una serie de instituciones públicas y privadas con el fin de mejorar las condiciones de nuestras ciudades y contribuir en la disminución de los niveles de inseguridad, tensión y ansiedad que embargan a la ciudadanía. Una política de seguridad urbana municipal basada en el principio de “ojos en las calles” podría estar sustentada en las siguientes líneas de acción: (1) espacios públicos atractivos, (2) aceras para la circulación universal, (3) iluminación para todo el territorio, (4) prevención 2.0 e (5) innovación para la regulación urbana.

En primer lugar, la atracción de un mayor número de personas al espacio público contribuye en que más ojos estén en las calles, para lo cual el diseño urbano y paisajístico debe acompañar todas las iniciativas que se implementan en la ciudad, para elevar la calidad del espacio público. En segundo lugar, se debe mejorar la calidad de las aceras por donde circulamos, con el fin de conectar los espacios públicos y privados de la demarcación; esta calidad debe garantizar que cualquier persona pueda transitar con seguridad por cualquier acera de la ciudad.

En tercer lugar, necesitamos que nuestras vías estén iluminadas con tecnología que permita reducir los costos de esta iluminación, impulsar una gestión de mantenimiento de esta infraestructura y expandir esta iluminación a cualquier rincón de la ciudad. En cuarto lugar la prevención debe avanzar hacia la incorporación de un sistema de monitoreo que conecte el universo de las cámaras en la ciudad, para aumentar los ojos que vigilan todos los espacios públicos. Finalmente, se requiere fomentar un cambio en la localización de nuestras edificaciones con relacion al entorno urbano, para lo cual se requiere innovar en regulaciones para que las edificaciones puedan ver a las calles cambiando la localización de los parqueos para que se ubiquen en el soterrado, en el primer nivel o detrás de la edificación, en lugar de generar mantener estas grandes superficies de parqueo en la parte frontal que desconectan las actividades privadas de lo que sucede en la calle.

Estas acciones contribuirán en aumentar la cantidad de ojos en las calles y por ende mejorara la seguridad en nuestras ciudades.