Ese “ojalá” que tanto usamos tiene un origen árabe, Insha’ Allah, y significa “lo que Dios quiera”. Allah Taala se traduce como “el supremo creador” como afirma el islam y es para ellos lo que es el Dios cristiano para nosotros.
La presencia árabe en la península Ibérica en los siglos VIII hasta el XV distorsiona la expresión Insha’ Allah hasta “castellanizarla” al actual “ojalá”, diariamente utilizado por todos, constantemente…
Sin embargo, el significado cambió también con los años y ya nada tiene que ver con “la posibilidad” de lo que Dios quiera, sino con algo más “incierto”. Ahora lo aplicamos con un propósito o deseo específico de que “algo” suceda o se “de” sin la intervención divina…
Ojalá llegues a tiempo, ojalá no se den cuenta, ojalá pase “algo” …que te borre de pronto, como canta Silvio.
Si bien la expresión tiene un origen divino, el paso del tiempo ha provocado que “la gente” no le eche tanta carga a los dioses o bien por cansarse de que “estos le fallen” o por “asumir” ellos mismos las incertidumbres de sus destinos.
En nuestro ajetreo diario de vivir, vivimos en unos “ojalás” constantes o, como solíamos decir de niños, al jugar a las canicas y soltar la bola a lo que esta alcanzara, ¡A lo que alcance, mi bon!”. Así salía disparada la bola tropezando con unas y con otras en un azar inevitable ya que “apostar” a la puntería era asunto de valientes.
Ojalá que te vaya bonito, ojalá que se acaben tus penas…de José Alfredo Jiménez, quien falleció a los 47 años de una dolorosa enfermedad. Se dice que al enterarse que le quedaban tres meses de vida se fue tres noches de parranda con la Chávela Vargas. Al funeral acudió esta, borracha y llorando. Intentaron sacarla, pero la esposa de José Alfredo, Alicia Juárez, lo impidió pronunciando; “déjenla, está sufriendo igual que yo”.
“Ojalá que mi amor no te duela…y te olvides de mi para siempre”.
Este ojalá ya ha rondado muchos siglos intentando dar consuelo a los inevitables de la vida. Ojalá no existiera el dolor, ojalá fuéramos eternos y felices, ojalá existiera uno, de los tantos dioses, que escuchara.
Los italianos no tienen un ojalá. La palabra similar seria “magari” y significa “esperemos” o “aupica”…con suerte.
En Inglés, “I wish”, deseo. Francés, “je souhaite que”, deseo “que … En zulú. “ngethemba”, esperanza, y en chino, 我希望 buee’ eso mimo…¿?
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española solo dice, secamente, de la palabra ojalá; “denota vivo deseo que suceda algo”.
Para ir concluyendo con “ojalá” podemos decir entonces que es una palabra abstracta que denota “un deseo”, una esperanza, un “tal vez” …palabras tan “especulativas” como el ojalá mismo.
No podía ser de otra manera surgiendo de la entrega del destino a un “algo” que solo se manifiesta de la creación de nuestras mentes. إن شاء الله in sah Allah, lo que Dios quiera y como venga…
Ojalá hayan entendido este sancocho de escrito. Ojalá “algo” hayan aprendido, ojalá que alguno de ustedes me ponga en su testamento y por supuesto, ojalá que se muera primero que yo…
Gustavo Adolfo Bécquer, ya nos recitaba en el siglo XIX: “es un sueño la vida, pero un sueño febril que dura un punto; cuando de él se despierta, ¡se ve que todo es vanidad y humo…! ¡Ojalá fuera un sueño!" ¡salud!