Lamentablemente, tenía que suicidarse el arquitecto Rodríguez para que todo el país girará la cabeza  y recordará por enésima vez de la mafia existente en OISOE.  Incomprensible institución creada en aquellos tiempos de Balaguer bajo el nombre de Oficina Coordinadora y Fiscalizadora de Obras del Estado con el objetivo de supervisar las obras de construcción del gobierno dominicano bajo el decreto 1261-86.   En el año 1987  con el decreto 590 se crea la Oficina de Ingenieros Supervisoras de obras del Estado inscrita al poder Ejecutivo y años después con el decreto 446-00 del año 2000 se dispuso que todas las construcciones a la oficina coordinadora y fiscalizadora de obras del Estado quedaban bajo la supervisión de lo que hoy conocemos como OISOE. Es decir, viene cambiando de nombre desde sus inicios pero no en esencia corrupta.

Institución creada para su única e importante función: corrupción.  A sabiendas de esto todos los gobiernos sin excepción han dado continuidad a la fiesta de impunidad, corrupción y líos en esta institución siendo cómplices en su accionar en estos años. Cuando fue dirigida por el "distinguido" servidor pública Félix Bautista, incrementaron sus escándalos, acusado de sobre evaluación de construcciones. Él continúa ejerciendo su posición de funcionario como tantos otros.

En ese sentido, uno de los últimos escándalos de la OISOE antes del suicidio del arquitecto fue:  la remodelación del hospital Darío Contreras, sobrevaluado hasta más no poder,  gracias a su ex director Pimentel Kareth.  La mayoría de sus ex directores son reclamados por una justicia dominicana opaca e inexistente.

El caso del fallecido arquitecto Rodríguez no es el primero ni el último caso de los centenares de contratistas que no pueden sostener sus deudas bajo la sombrilla de la OISOE y que lo han perdido todo tratando de ser pagados.

Si tuviéramos un gobierno que se respete, lo primero que haría a raíz de esta última desgracia sería cerrar sin miramientos esa institución que no aporta nada y permite que otros conocidos se llenen los bolsillos de millones de pesos. Dinero del pueblo!

En definitiva,  la OISOE siempre ha sido un nido podrido de serpientes corruptas que nada aportan al país.  Al igual que otras tantas instituciones gubernamentales inservibles que deberían ser clausuradas.   Debe aplicarse la justicia a los ex directores acusados de corrupción y silenciar la ironía utilizada por el actual director de la OISOE,  Francisco Pagán que no sabe cómo justificar tanta corruptela en esa institución.

Ahora, ¿quién indemniza a la familia del arquitecto fallecido?, ¿dónde está la ayuda gubernamental?! Tenemos un sistema fallido que debemos cambiar.