Con George Meliès, se produjo el fenómeno práctico en lo tocante al cine y su relación en aquel entonces con la incipiente técnica  que habían producido los hermanos Auguste y Louis Lumière. Con la decisión de Meliès de vincular el descubrimiento del ojo mágico a la puesta en escena y al relato cinematográfico comenzó a instruir y a revelar fórmulas ópticas y físicas para desarrollar algunos proyectos precinematográficos, narrativos y sobre todo cualitativamente técnicos y artísticos.

Con Meliès aparece el oficio de adaptador, director, montador y ajustador  cinematográfico, debido a que este ingenioso artista y director quiso llevar a la pantalla obras literarias con el fin de entretener de manera visual y dinámica al espectador deseoso de descubrir aspectos imaginarios de la vida cotidiana y de la vida profunda que se desarrollaba en la luna o en el fondo del mar. Para ello tomó como ejemplo las obras de Julio Verne y otros escritores. El nuevo invento que servía de entretenimiento desarrollando una ficción exploradora de mundos fantásticos y lejanos fue acogido y asumido por este visionario del séptimo arte y otros que le siguieron los pasos en las tres primeras décadas del siglo XX.

Más tarde, los trabajos de Kulechov, Eisenstein, Dovchenko, Tziga Vertov y algunos documentalistas británicos y americanos se impusieron una búsqueda reproductora, desde la cámara tomavistas, de paisajes naturales, de historias dramáticas, del mundo de los viajes, las guerras entre pueblos y otros fenómenos que presentaban la llamada “realidad real”.

De esta manera, los inventos que por los años 20 y 30 se hicieron a partir de la fotogenia y con la inventiva de los primeros cineastas franceses, surgieron prácticas técnicas que influyeron en países como Alemania, Italia, España, China y otros países que utilizaron los  primeros recursos para captar formas y costumbres culturales de “pueblos lejanos” utilizando los rústicos aparatos de filmar que partían del invento Edison-Lumière.

Un capítulo importante de la técnica fue el relativo a la evolución fotográfica y a los cambios estructurales que sufrió el primitivo aparato de registrar imágenes en movimiento; pero también la misma evolución de la fotografía fija contribuyó a la calidad de las primeras películas químicas, hecho este que aprovechó la industria alemana, norteamericana e inglesa, para crear toda una infraestructura técnica que se utilizaba para recuperar aspectos y formas de la ciudad y del campo, así como del tesoro mineral, vegetal, geográfico, geológico y antropológicos de los distintos lugares de oriente: América, China, los países árabes, entre otros.

Con la creación de la UFA y más tarde con la industria Kodak, AGFA y otras, el cine empezó a desarrollar formas técnicas que contribuyeron a establecer mejores soluciones,  calidad de las películas de diversos formatos y posibilidades.

Empezaron a surgir las maquinarias para desarrollar la industria cinematográfica en Europa y ser trasladas a los países orientales, del Medio Oriente, América y otros lugares donde fueron llegando las nuevas imágenes y las nuevas técnicas audiovisuales.

Es importante destacar la gran importancia que tuvieron las grabaciones de audio que empezaron a ensayarse más tarde con el nacimiento del sonido experimental, de la música  vanguardista y de las entonces salas de grabación que eran utilizadas para registrar sonidos especiales que se utilizaban a comienzos del cine sonoro. Empezó a tener relevancia el llamado sincronismo en moviola utilizado para montar sonido, música e imagen.

De ahí que Eisenstein pudiera utilizar sus propuestas técnicas y procedimientos de montaje en su obra Alexander Nevsky, con lo cual otros directores británicos, norteamericanos y alemanes ponían a prueba lo que era la revolución del sonido cinematográfico como parte del desarrollo de la industria audiovisual de los años 30, 40 y 50.

Más tarde, con la revolución cognitiva y digital las nuevas invenciones semiográficas e hipermedias que ponen a prueba la percepción estético-sensible sugieren acciones creadoras experimentales tendentes a crear nuevos paradigmas en cuanto a las nuevas prácticas audiovisuales. Infografías, arquitecturas oníricas, fábulas digitales, construcciones de nuevos archivos fantásticos e hipermundos ficcionales inciden en las nuevas cinematografías del presente.