La estrategia del proyecto reeleccionista de los danilistas logró imponerse al leonelismo y a la oposición política para el periodo 2016-2020, pero necesariamente no podrá hacer lo mismo en otro período futuro.

El juego con Odebrecht se mueve entre el mallete de la justicia y el Movimiento Verde, que se ha construido en la era del cibermundo, donde la ciberpolítica como ejercicio de participación social se mueve entre el espacio y el ciberespacio, sin dejarse atrapar por el mero flujo de información y de herramientas digitales contenido en las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).

El Movimiento Verde se coloca en las Tecnologías del Empoderamiento y la Participación (TEP), junto a los intelectuales y profesionales, se han articulado a las Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento (TAC).  Estas redes virtuales de TIC, TAC, TEP están estremeciendo el escenario real dominicano, que ha comenzado a vivir en la infoguerra (guerra de información) e infointoxicación (saturación de información imposible de dirigir) y los linchamientos cibernéticos, de carácter político y justiciero.

En tal sentido, no se trata de un movimiento tradicional, sino de una construcción  horizontal y de participación de diversos sectores sociales, los cuales han encendido de verde los escenarios reales y virtuales. Su futuro es abierto e impregnado de indignación social contra la impunidad.  En cualquier escenario que se ubique al Movimiento Verde, su huella histórica, sobre la sociedad dominicana, no se podrá borrar jamás. El derrumbe político que se ha estado produciendo en este 2017 tiene color verde, no gris, por lo que nada será igual en estos tiempos cibernéticos y de redes sociales.  Los que van a las marchas verdes son apenas una representación de los cientos de miles de sujetos cibernéticos dominicanos que se han ido empoderando del ciberespacio como construcción de espacio social.

Por eso, desde que estalló el escándalo de Odebrecht, en el plano internacional (Estados Unidos y Brasil) y de manera particular en la República Dominicana, con los 92 millones de dólares pagados por Ángel Rondón Rijo en sobornos entre 2001 y 2014, lo transido y la indignación social no ha dejado de sentirse en los dominicanos, en marchas nacionales e internacionales que comenzaron a pintar de verde el panorama gris que nos ha arropado.

Los involucrados pertenecen al Partido Revolucionario Moderno (PRM) y al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), encabezados por los gobiernos de Hipólito Mejía (2000-2004), los de Leonel Fernández (2004-2008 y 2008-2012) y el del actual presidente Danilo Medina, el cual encuentra resistencia del Movimiento Verde, que dice no a la impunidad y que se siga profundizando el proceso de Odebrecht.  Sabemos que en la sociedad dominicana el  mallete como mazo es frágil en la aplicación de la justicia, sobre todo cuando sus principales dirigentes políticos  justifican la corrupción, como si fuese endémica en el país y sistémica en el mundo.

  En ese aspecto el expresidente Leonel Fernández, llegó a decir en su artículo “Odebrecht y el combate contra la corrupción”(1) que no se puede pensar que esta es un mal dominicano o de  América Latina y el Caribe, sino que es universal y que su experiencia política a lo largo del tiempo ha comprobado que tal flagelo constituye un “elemento intrínseco de la vida pública en la República Dominicana, así como, en mayor o menor medida, en la generalidad de los países de América Latina”.

Esta justificación de Fernández en cuanto a que la corrupción es universal y se extiende a todo el planeta, excluye el régimen de consecuencias que existe en la mayoría de los países que él menciona, países en donde no hay impunidad y quien roba o soborna va preso o lo fusilan, como en China. Su discurso es un no al mallete de la justicia y un espaldarazo a sus aliados corruptos, Félix Bautista, Diandino Peña y Víctor Díaz Rúa, quienes han acumulado en pocos años inmensas fortunas, lo que no podrían hacer decenas de empresarios en toda su vida.

El discurso de Fernández fortalece al presidente Danilo para que siga jugando a la reelección y busque la manera de continuar en el poder más allá del 2020. Esto así, porque, el expresidente Fernández, no tiene manera de sacar la cabeza en la sociedad y cada vez que lo hace, le linchan cibernéticamente, como ahora, que con ese discurso,  justificando la corrupción y la impunidad, se hunde más y más. Además, que con el caso de Odebrecht en el candelero, el danilismo sacó de debajo de la manga una lista que le carga el dado al leonelismo y a la oposición encabezada por el PRM.

Según, el ex subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental de los Estados Unidos en la administración Bush, Roger Noriega, el presidente Danilo Medinas seleccionó una lista de políticos tanto del sector de Leonel Fernández en el Partido de la Liberación Dominicano como del Partido Revolucionario Moderno (PRM). En un artículo en The Miami Herald(2), dice que el fiscal nacional es un cercano colaborador del presidente y que los arrestos están relacionados con los adversarios políticos internos y externos de su gobierno y que, además, ha excluido de la investigación la planta termoeléctrica Punta Catalina, la cual está sobreevaluada en casi $1,000 millones dólares.

Los movimientos del danilismo con el caso de Odebrecht van del mallete a lo verde del movimiento contra la impunidad, pero su único problema es que el color verde es tan inmenso que su indignación sigue su curso, como un tsunami que intenta cortar de raíz la corrupción y la impunidad dominicanas y que el presidente Medina pretende escamotear cuando desea hacer creer que se detienen, no en la puerta de su despacho, sino en la puerta de afuera del Palacio.

Es bueno puntualizar que las medidas de coerción dictadas por el juez Francisco Ortega Polanco el 7 de junio de 2017 a los implicados en el caso Odebrecht debilitan, aún más, a los leonelistas en el PLD, diezmados de por sí desde que el presidente Medina se impuso con el proyecto reeleccionista en el 2015. Por eso, en este caso, el danilismo intenta moverse entre el verde y el mallete, aunque estratégicamente la lista contiene sesgo político en relación a la distribución de responsabilidades. En dicha lista esta se encuentran los senadores peledeístas Tommy Galán, Julio César Valentíny el diputado del PRM, Alfredo Pacheco, a quienes se les impusieron fianza de 5 millones de pesos e impedimento de salida, mientras que al miembro del comité político del PLD, Radhamés Segura y al dirigente del PRM, Roberto Rodríguez, arresto domiciliario por nueve meses.

A los demás imputados se les impuso prisión preventiva: un año de prisión en la cárcel la Victoria para el empresario Ángel Rondón, llamado el Hombre del Maletín, que sobornaba políticos y empresarios en el caso Odebrecht, desde el 2001-2014. Los demás guardan, por nueve meses, prisión preventiva en la cárcel deNajayo. Estos son: el secretario de finanza del PLD y hombre clave de Leonel, Víctor Díaz Rúa y para el abogado Conrad Pittaluga, quien forma parte de los entramados de Odebrecht.

Los siguientes dirigentes políticos permanecerán seis meses: Temístocles Montás, ex ministro de Industria y Comercio y miembro del Comité Político, quien fue sacrificado por ambas corrientes,  pues pasó del leonelismo al danilismo y quedó atrapado en el limbo, como les sucede a menudo a quienes son portadores de malas nuevas, Andrés Bautista, el presidente del PRM y Ruddy González , dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) . Los dirigentes del PRM, César Sánchez, quien es miembro de la comisión de investigación de la planta termoeléctrica de Punta Catalina y el ingeniero Máximo de Oleo Ramírez, tres meses de prisión. El dirigente del PRM, Bernardo Castellanos de Moya, anda huyendo por Panamá, por lo que no se sabe cuándo será capturado.

El caso Odebrecht, como hipercorrupción, apenas comienza. La complejidad de los intereses políticos que se encuentran involucrados nos dice que tal caso se asemeja a una guerra, la cual se sabe cómo empieza, pero nunca se sabe cómo termina. Esto así, porque según Participación Ciudadana (3), hay un sesgo político en la distribución de responsabilidades por igual entre los imputados, donde la Procuraduría General de la República (PGR), presidida por Jean Alain Rodríguez Sánchez, ha tendido un manto de impunidad al gobierno del presidente Medina.

Notas:

1.Fernandez,Leonel(207).http://www.listindiario.com/la-republica/2017/06/05/468889/odebrecht-y-el-combate-contra-la-corrupcion

2.(Noriega, Roger (2017).http://acento.com.do/2017/actualidad/8464101-roger-noriega-dice-gobierno-rd-selecciono-opositores-internos-externos-caso-odebrecht-pide-brasil-entregar-toda-la-informacion/

3. Participación Ciudadanas (2017).http://hoy.com.do/los-planteamientos-de-participacion-ciudadana-ante-las-actuaciones-del-ministerio-publico-en-caso-odebrecht/