A continuación se perfilan algunos grandes problemas que lastran nuestro desarrollo económico, tomando prestado citas y gráficos de varias fuentes. En esta entrega se cubren los temas de Presión Fiscal, Gasto Publico en Elecciones y Subsidios Estatales.

PRESION FISCAL (Isa Contreras, P., ¿Presión Fiscal o Problema de Deuda?, El Caribe, 08-07-17)
¨Entre los países de la región, la República Dominicana destaca como uno de los que tiene menor presión tributaria. Recauda menos del 14% del PIB. En contraste, el promedio en América Latina y el Caribe es de poco más de 20%, y en los países de mayor nivel de ingreso, los de la OCDE, es de cerca de 35%. La presión tributaria en el país es apenas superior a la de algunos países de la región como Paraguay, Venezuela y Guatemala.

También tiene razón el ministro en que la evasión fiscal es un factor de peso en la explicación de las bajas recaudaciones. De hecho, entre los de la región, el país destaca como uno de los que exhibe un mayor incumplimiento tributario. Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2017 de la CEPAL revela que, después de Panamá, la República Dominicana es el país de la región con mayor incidencia en la evasión del Impuesto al Valor Agregado (IVA), al cual en el país le llamamos ITBIS. En 2014, el incumplimiento de la obligación de este impuesto fue de 38.6%, siendo el promedio en la región de 28%.

Igual que en el caso del ITBIS, en el Impuesto sobre la Renta (IR), el país es el segundo en evasión tributaria entre todos los de la región para los que se pudo obtener información. La CEPAL informó que de cada 100 pesos de obligación del IR, dejamos de pagar 65. Solo nos gana Costa Rica con 66. El incumplimiento tributario es particularmente elevado, dice la CEPAL, en el caso del IR de personas jurídicas (principalmente empresas), con casi 69 de cada 100 pesos dejados de pagar. En el caso de las personas físicas, llega a casi 52%.¨
GASTO PUBLICO EN ELECCIONES (Isa Contreras, P., Gasto Publico en Tiempos Electorales, El Caribe, 13-04-17)

¨En otras palabras, en años electorales los gobiernos desguañangan las finanzas públicas antes del día de las elecciones para luego componer la situación después de las elecciones. La clara excepción fue 2012, año en que la desalineación fiscal fue brutal por dos razones. La primera es que el incremento de la inversión antes de las elecciones fue muchísimo más elevado que lo usual. La segunda es que el desguañangue se prolongó más allá del día de las elecciones y hasta el traspaso de mando. Esto imposibilitó “recoger” el desastre en los meses restantes, haciendo que el año haya cerrado con un déficit más de cinco veces y media más elevado que lo estipulado en la ley de presupuesto.

En síntesis, la teoría del desguañangue, entendida como el descarrilamiento de las finanzas públicas para la totalidad del año como resultado del esfuerzo electoral, es un mito. Sin embargo, la teoría parece funcionar cuando se acota para los meses antes de las elecciones. Por eso, no sólo hay que ver las cifras agregadas sino también lo que hay dentro de ellas. Hay que prestar atención a cosas como en qué se gasta y cómo se gasta. Probablemente, encontremos que antes que económico, el desguañangue es institucional.¨
SUBSIDIOS ESTATALES (Collado, M., Desarrollo Sostenible en República Dominicana: Las Reformas de los 90, CREES, 1407-17)

¨La Tabla No. 2 resume los programas que mantiene el gobierno dominicano, el monto total transferido en forma de subsidios en 2016, y el número de personas inscritas como perceptoras directas en la Administradora de Subsidios Sociales (ADESS); organismo que se encarga de la administración y ejecución financiera de las transferencias.

Además del problema anteriormente mencionado, la sostenibilidad de este tipo de programas, los mismos ponen de relieve incoherencias de políticas públicas que son el resultado de la ausencia de un conjunto de reformas enfocadas a mejorar las estructuras de la economía. Por ejemplo, el programa más viejo de subsidios es Comer es Primero, y es el que canaliza la mayor cantidad de recursos, RD$7,448.1 millones en 2016. Sin embargo, este programa opera dentro de un marco institucional que no favorece a los ciudadanos dominicanos. Tanto las políticas comerciales como las agropecuarias imperantes en República Dominicana no están diseñadas para el beneficio de los más pobres, ya que mantienen la protección en productos agropecuarios de alto peso en el consumo de los hogares, además de que muchos de estos productos presentan estancamiento o disminución en la productividad de la producción y el cultivo de los mismos.

En adición, en República Dominicana existe una política impositiva y de formación de precios dentro de la industria que se relaciona con el segundo programa que más recursos destina en forma de subsidios. Nos referimos a la industria de hidrocarburos y al programa Bonogás Hogar, que destinó RD$2,442.1 millones en 2016. Junto con Bonogás Chofer, el subsidio combinado en 2016 fue de RD$3,046.5 millones. La política pública de subsidios es incoherente con otras políticas, en el sentido de que el GLP y los demás hidrocarburos comercializados en Republica Dominicana mantienen precios altos como resultado de los impuestos y de los márgenes prevalecientes por ley. Una comparación con los países pertenecientes al acuerdo DR-CAFTA y Panamá, muestra en que en la actualidad somos el país que exhibe el segundo mayor precio del GLP entre esos países.

El tercer programa en monto otorgado es Bonoluz, para el que fueron destinados RD$2,100.2 millones en 2016. Junto a este subsidio existe otro adicional destinado a la tarifa eléctrica; junto con las transferencias que reciben las distribuidoras para cubrir sus pérdidas operativas, ambos subsidios forman parte del gasto público destinado a mantener las ineficiencias que caracterizan al sector eléctrico dominicano[3]. Los 463,351 beneficiarios de Bonoluz del año 2016 se encontraban consumiendo en el rango tarifario más bajo, BTS1, o Baja tensión simple 1. Todos los usuarios de BTS1 recibieron un subsidio proveniente del Fondo para la Estabilización de la Tarifa Eléctrica (FETE) ascendente RD$5,806.8 en 2016. Este subsidio tarifario tiene su explicación en que en 2016 parte de un tramo de la tarifa de BTS1 no logró cubrir el costo al que compraron la electricidad las distribuidoras. De hecho, los 1.5 millones de clientes que se encuentran dentro de la tarifa BTS1 recibieron un subsidio por los primeros 200kwh consumidos mensualmente. En resumen, como consecuencia de las distorsiones e incoherencias en la comercialización del sector eléctrico, los subsidios a los consumidores por los dos conceptos detallados, Bonoluz y FETE, ascendieron a RD$7,907 millones en 2016.¨