Sin querer engendrar pesimismo, a continuación se perfilan, a manera de cursillo ilustrativo, algunos grandes lastres de nuestro desarrollo desprovistos de un orden en su importancia relativa. Se reportan mediante citas tomadas de publicaciones de nuestros economistas, de reportes de prensa y otras fuentes.  En esta primera entrega se desnuda la crudeza de la Pobreza, la Desigualdad y el Hambre. 

POBREZA (Isa Contreras, P., Las Nuevas Cifras de la Pobreza Multidimensional, El Caribe, 01-07-17)

¨Sólo el Ministerio de Economía ha publicado los resultados de su IPM-LA para el país, y éstos indican que entre 2005 y 2016, la pobreza multidimensional (PM) se ha reducido desde 45% hasta 23%. Entre 2005 y 2007, se redujo de forma significativa, desde 45% hasta 37.5%, cuando la economía se recuperaba de la crisis de 2003-2004, le siguió un período de estancamiento entre 2007 y 2012, y entre 2013 y 2016 se verificó un nuevo período de sensible reducción, cuando bajó en 11 puntos porcentuales: desde 34% hasta 23%.

Los resultados no son sorprendentes y son consistentes con los datos oficiales de la evolución de la pobreza monetaria. Entre 2005 y 2016, ambos indicadores de pobreza se movieron de forma muy similar, y cerraron en 2016 en niveles parecidos. De hecho, según el informe oficial, un 30.5% de la reducción de la pobreza multidimensional entre 2012 y 2106 se debió principalmente al comportamiento de los ingresos (y de la pobreza monetaria asociada), mientras los demás elementos como las variables asociadas a la vivienda, los servicios públicos (agua y saneamiento, energía), los logros educativos y el desempleo jugaron, cada una individualmente, un rol menor.

En esta ocasión, lo más importante es advertir el limitado rol que han jugado los factores distintos del ingreso en la reducción de la pobreza multidimensional en los últimos cuatro años, porque eso nos dice precisamente de donde es que cojeamos. Y el informe de MEPyD nos dice que lo hacemos en las cosas que cambian de verdad las vidas de las personas: en agua y saneamiento, vivienda, educación, empleo y protección social. Para muestra, un botón: en estos días, OXFAM ha denunciado que el Estado gasta mucho más en publicidad que en vivienda.¨ 

(Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, Boletín de Estadísticas Oficiales de Pobreza Monetaria, 2016)

¨En el caso de la indigencia o pobreza extrema, que hace referencia a las personas que pertenecen a hogares cuyo ingreso per-cápita se encuentra por debajo de la Línea de Pobreza Extrema (LPE), la tasa para el año 2015 fue del 7.0% de la población, lo que significó una reducción de 1.4 puntos porcentuales con respecto a la tasa observada en el 2014 (8.4%). La persistente tendencia a la baja de la pobreza extrema se observa desde el año 2013, lo que ha permitido que para el 2015 descienda a niveles inferiores al registrado entre el 2000 y el 2002, previo a la crisis financiera interna, cuando alcanzaba niveles de alrededor del 8% de la población.¨

DESIGUALDAD (Guzman, R., El Dilema Económico de la Democracia Dominicana, INTEC, 2016)

¨Todas las evidencias mostradas hasta este punto permiten establecer al menos cinco conclusiones generales.  La primera conclusión es que durante los primeros cincuenta años de vida democrática, la sociedad dominicana redujo sus niveles de pobreza, que se encuentran hoy ligeramente por debajo del nivel imperante en tres o cuatro décadas atrás…..Una segunda conclusión razonable es que, contrario a las apreciaciones frecuentes en la discusión local, tanto los niveles de pobreza como los de desigualdad tienden a reducirse en los momentos de crecimiento y aumentan en los momentos de recesiones o crisis.  Una tercera conclusión se refiere a la clara existencia de una cierta asimetría en la relación de los indicadores de bienestar social con el crecimiento económico, en el sentido de que las crisis macroeconómicas llevan al aumento de la pobreza y la desigualdad de forma rápida y significativa, mientras en los periodos de crecimiento su reducción es muy lenta. La cuarta conclusión es que la velocidad de reducción de la pobreza ha sido muy baja, y  muestra retrocesos frecuentes.  De igual modo, la velocidad de mejora en el Índice de Desarrollo Humano tendió a reducirse a lo largo del tiempo, en comparación con el patrón observado en el mundo y en América Latina.  Y, por último, una quinta conclusión es que el país no fue nada exitoso en reducir sus niveles de desigualdad, pues los datos sugieren que en los últimos anos la distribución de los ingresos podría estar al menos tan concentrada como en cualquier otro momento.¨

(Ceara, M., Desigualdad y pobreza: una respuesta al Banco Central, agosto 2013)

¨Según los datos que publica la CEPAL a nivel de ingreso per cápita de las personas (incluyendo personas que no reciben ingresos) resulta que República Dominicana es:

1) El segundo con la mayor concentración del ingreso de los 16 países de América Latina para los cuales se dispone información.

2) Es el primer país de mayor distancia entre el ingreso de los ricos y el ingreso de los pobres en los 16 de América Latina.

3) Es el tercer país en el que la proporción del ingreso que recibe el 20% más rico es superior a la proporción que recibe el 20% más pobre. En RD, el 20% de la población más pobre recibe el 2.95% del ingreso mientras que el 20% más rico recibe el 60.2% del ingreso.¨

HAMBRE (Isa Contreras, P., El Hambre en la Republica Dominicana, El Caribe, 06-05-17)

¨A inicios de la década de los noventa, la FAO estimó que casi un tercio de toda la población del país estaba subalimentada. Eso significa que ingería un total de calorías por día menor al nivel recomendado. Sin embargo, en años recientes esa proporción se ha reducido hasta poco más de 12%. Por su parte, la desnutrición infantil crónica, que es el porcentaje de niños y niñas que tienen una talla inferior a la esperable para su edad como resultado de una inadecuada alimentación, se redujo desde casi 21% en 1986, hasta poco más de 5% en 2013. Si se mide con la nueva escala de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el porcentaje sería de poco menos de 7%. De cualquier manera, se trata de una reducción notable.

Sin embargo, persisten brechas muy importantes que demandan respuestas específicas. Todavía más de un millón de personas padecen hambre, y más de 66 mil niños y niñas sufren de desnutrición crónica, de los cuales más del 60% son del 40% más pobres de los hogares, mientras la prevalencia entre infantes con madres sin educación o con educación media o menos es un 40% más elevado que la media nacional, y es 2.3 veces la observada en niñas y niños de madres con educación superior.

Hay que impulsar una mayor disponibilidad de alimentos, mejorar el acceso, especialmente de quienes menos pueden, y garantizar la estabilidad de ese acceso.¨