A propósito de lo ya dado a conocer, que el presidente Danilo Medina va a comenzar a implementar a partir del “Presupuesto de 2013”,  lo que establece la Ley General de Educación No.66-97 en su artículo 197, que el gasto público anual en educación debe ser, como mínimo, de un cuatro por ciento (4%) del PIB, quiero enfatizar lo que el periodista Andrés Oppenheimer, en su libro titulado “Basta de historias”, demuestra: que la principal clave del éxito de Japón, China, Corea del Sur, Singapur, India e Israel y otros países asiáticos es  la educación oportuna y de calidad.

Si bien Oppenheimer se refiere a la inversión pública en educación, a la importancia que tiene el porcentaje del PIB que se destina, lo que supone cantidad, su mayor enfoque está en la calidad de la educación, a la prioridad que se otorga a la ciencia, la tecnología y producción de conocimientos. Mientras los países latinoamericanos, sobre todo Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Honduras, El Salvador, dedican su mayor esfuerzo a recordar sus líderes fundadores, desenterrar muertos, echar la culpa de todas sus desgracias al “Imperio del Norte” y seguir atrapados en la discusión estéril de los ismos, o sea, comunismo, socialismo, capitalismo, neoliberalismo, los países asiáticos han descubierto un ismo que les ha aconsejado apoyarse en la educación oportuna y de calidad para ser exitosos: el pragmatismo.

Corea del Sur, que para 1965 tenía un per cápita 10 veces menor que el de Argentina y Venezuela, hoy supera con creces, no sólo a esos dos países, sino a todos los de América Latina, porque se enfocó en educación primaria de calidad y sus universidades en investigación, lo que ha permitido al país crear, diseñar, pensar en nuevos productos que recorren todo el planeta. Son muchos los dominicanos que tienen  un vehículo Hyundai o Kía, un electrodoméstico o teléfono Samsung, por sólo mencionar algunas marcas. Un dato que Oppenheimer cita en su libro, con respecto a Corea del Sur y Latinoamérica, es que mientras el país asiático registró 80,000 patentes en todo el mundo, en el 2008, Brasil que fue el país más productivo de la región en este sentido, sólo registró 582. Es más, de acuerdo al informe, titulado “Indicadores Mundiales de Propiedad Intelectual 2012”, con China a la cabeza porque ya es primero en el mundo, Asia es la región de mayor crecimiento y que más patentes ha registrado en los últimos años, y eso, sin lugar a dudas se debe a la cantidad, pero sobre todo a la calidad, de la inversión en Educación. En ese mismo informe, se reitera la pobre participación de América Latina y de República Dominicana, ni hablar.

Para muestra un botón, ahí radica la razón fundamental del éxito de ellos y del fracaso de nosotros. ¿Si la clave del éxito de los países asiáticos que han logrado salir de la nada para convertirse en países desarrollados o en ascenso, es la educación de calidad, qué esperamos para abordar ese tren?

La responsabilidad de las autoridades dominicanas, con Josefina Pimentel como Ministra de Educación, es mirar ese modelo, no para adoptarlo, sino para adaptarlo  a nuestra realidad y circunstancias. Los países asiático lo hicieron, ¿por qué nosotros no? Es tiempo de dar el paso, ya se asignó la cantidad, que es el 4% del PIB, ahora debemos lograr la calidad, invirtiendo adecuadamente esos recursos.