Luego de meses de reclamos por la reconstrucción de la carretera Peravia-Valdesia, en Baní, en la primavera del año 2013 el Ministerio de Obras Públicas se comprometió ante cerca de 300 representantes de organizaciones de productores de la zona montañosa a continuar una obra vital para la movilización de los productos agrícolas desde las zonas de producción hasta los mercados.
El 6 de mayo del año 2013 el ingeniero Ramón Pepín, entonces asistente del ministro Gonzalo Castillo y ahora jefe de Gabinete del Ministerio de Obras Públicas, dio su palabra ante la asamblea de que la carretera Peravia-Valdesia sería terminada por voluntad del presidente Danilo Medina.
Sus palabras las escucharon y aplaudieron el senador Wilton Guerrero, la gobernadora Nelly Melo, los diputados Santo Ramírez y Liselot Arias, la general Juana Campusano y cientos de líderes comunitarios de la zona productora de montaña que animados por la Alianza Banileja, expresaron su firme voluntad de luchar por esa vía que es por donde sacan su producción de aguacate, café, frutas, granos, ganado y aves, así como víveres de todo tipo, y sobre todo donde ellos viven en forma permanente en condiciones de cero violencia y escasa delincuencia.
Poco tiempo después –honrando la palabra del ingeniero Pepín- los trabajos se iniciaron con celeridad en El Limonar, que era el punto donde habían quedado y en poco tiempo una vía bien reconstruida fue llevada hasta Los Jobitos, unos seis kilómetros más arriba del punto de inicio. En el otoño de ese año 2013 los trabajos fueron paralizados y jamás se ha hecho nada por esta vital carretera sin dar una explicación a quienes la necesitan para movilizarse y sacar sus productos a los mercados.
Como los reclamantes, agrupados en el Bloque de Productores y Asociaciones de Peravia-Valdesia no tenían ningún otro motivo para su lucha, esperaron pacientemente ante la promesa de que los trabajos consistentes en construir seis puentes y llevar la línea de carretera de unos cinco metros de ancho hasta Valdesia continuarían en 2014 con un nuevo Presupuesto.
Pero como durante este año no se ha hecho absolutamente nada para reconstruir la carretera Los Jobitos-Valdesia y mucho menos se ha iniciado la construcción de seis puentes que son vitales para mantener el tránsito cuando llueve torrencialmente, los productores de la montaña están decididos a que el Ministerio de Obras Públicas cumpla con su compromiso de terminar la carretera Peravia-Valdesia con sus puentes y obras de arte.
Esa fue la decisión adoptada por una asamblea donde participaron 200 representantes de organizaciones de productores y grupos sociales de Peravia-Valdesia celebrada el pasado domingo 12 de octubre, quienes han convocado a una mucho más representativa para el domingo 26 de octubre de 2014 donde se aprobarán las acciones de reclamo que garanticen que esa vital obra sea concluida sin mayores dilaciones.
La alta montaña de Baní está poblada por miles de familias trabajadoras que producen café de alta calidad, los mejores aguacates de exportación, naranjas, gandules, entre otros, pero sobre todo, esos son los que preservan la cuenca alta del río Baní y la cuenca baja del Nizao, que a su vez es la principal fuente de agua para abastecer el sistema de acueducto de Santo Domingo y el regadío de la agropecuaria de las provincia Peravia y San Cristóbal (ahora sometidos a largos períodos de cierre por priorizar el consumo de agua para la Capital).
El Ministerio de Obras Públicas no solo tiene que honrar su compromiso con una amplia región productiva que con cada temporal se queda aislada, pero aun sin lluvias no puede sacar su producción por la mala condición de su camino (lo que fue comprobado por los ingenieros de Obras Públicas y publicado en la prensa nacional), sino porque son los mismos productores quienes están decididos a luchar porque esa carretera se reconstruya.
Los integrantes del Bloque de Productores y Asociaciones Peravia-Valdesia no hacen desórdenes, no amenazan a las autoridades con salir desnudos ante la gobernación de Peravia como sí lo hizo la comunidad de La Montería y mucho menos obstruye vías como hizo la comunidad de Las Barías en la carretera Sánchez. No, ellos usan métodos pacíficos y por eso yo los respaldo siempre, pero todos están unidos y decididos a que esa carretera tiene que reconstruirse y ya no se puede esperar más.
Las autoridades tienen que decidir si la gente que reclama en forma decente algo que ellos mismos reconocen que es una prioridad tiene derecho a que se les escuche o si por el contrario tienen que bloquear autopistas, piquetear ministerios y salir desnudos ante la gobernación para que se atiendan sus reclamos. No es que ellos no saben o no se atreven a hacer ese tipo de manifestaciones, es que quieren respetar a los funcionarios y no quieren que crean que un reclamo es un chantaje. Más aun, creen como yo, que quienes reclaman respetando a las autoridades y a los demás, merecen mayor atención que quienes conminan por la fuerza. Esa debía ser una especie de legitimidad de los reclamos justos.
Les sugiero al ingeniero Pepín y al mismo Gonzalo Castillo que atiendan estos reclamos, que además de justos, los hacen verdaderos productores que tienen derecho a una carretera con puentes para sacar sus productos y mantener vivo el campo. Y que conste que esos productores esperaron un año para ver si la palabra empeñada por esos funcionarios era una realidad.
Metan manos a esta obra o verán el reclamo en cada desayuno, aunque siempre pacíficamente y sin chantajes porque nadie quiere nada particular, absolutamente nadie.