Por lo que está sucediendo actualmente en los Estados Unidos, en los hechos, más allá de teorías y sobretodo de discursos, la gestión democrática de los Estados es muy deficiente, por las que pueden ser sus contradictorias consecuencias. Principalmente si se asume la democracia como opciones de elección y por tanto de dirección del Estado.
Hablar de democracia en los Estados Unidos se remite a sólo dos partidos con real vocación de poder, Republicano y Demócrata; pero sin ánimo de faltar al rigor o el respeto, en China, por ejemplo, existe un solo partido, generalmente con por lo menos dos opciones o corrientes a su interior y alternabilidad probada cada 10 años de los liderazgos; pero en los Estados Unidos no se prohíbe que un grupo de ciudadanos o ciudadanas pueda formar una organización política lo que significa que se pueden crear otros partidos. Aun con sus problemas y defectos la democracia electoral, es una tendencia predominante después de tantos inventos y ensayos fallidos de organización social en la larga historia del género humano. Mas no parece ser aun la solución que se corresponda con un auténtico, efectivo y por tanto verdadero Desarrollo humano.
Cuanto se analiza el ritmo del Desarrollo Humano en las democracias electorales que ya tanto predominan , cuántos sufrimientos innecesarios persisten, cuánta inequidad, cuántos cientos hasta miles de millones de personas están excluidos, marginados del progreso material producto del desarrollo científico y tecnológico que ha alcanzado la humanidad.
Esa un tanto prolongada introducción viene al caso ante el hecho de que en la democracia norteamericana, Donald Trump como presidente electo esté próximo a eliminar la cobertura de salud para 30 millones de estadounidenses que se había logrado en la administración de Obama-Obamacare-.
¿Argumentos para revertir el Obamacare?
¡Ningún argumento convincente!
Paul Krugman, premio Nobel de Economía, en varios artículos publicados en el periódico New York Times y cuyas versiones en español se pueden leer en el periódico El País, ha demostrado los grandes desaciertos económicos y sociales que implica la eliminación del Obamacare.
Con todas las razones que contra Donald Trump en esas u otras decisiones se puedan esgrimir, existe una innegable verdad: fue electo en el marco de la democracia electoral por los estadounidenses, así como a Chávez y a Maduro lo eligieron en Venezuela.
Excluir de manera tan simple del seguro médico a 30 millones de estadounidenses mediante el voto de no más de 300 legisladores, cuestiona la democracia electoral en sus esencias, pues significa que no está en capacidad de proteger a las personas, la que debería ser su razón de ser.