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Miércoles de literatura

Inauguramos un capítulo nuevo en mis Revelaciones. Trataré de mostrar cada miércoles algún detalle interesante, sea un comentario de algún o algunos textos publicados recientemente o muy viejos, o, como en el caso de hoy, recreando a L…, que fue la forma de burlar al invasor que había prohibido a Letras por mostrar en su portada las torturas de Cayo Báez propinadas por ellos en los campos de Salcedo. Escogí el número 78, del 14 de noviembre de 1920, todavía bajo la dirección de Horacio Blanco Fombona (1889-1950). Siendo oportuno destacar que no es de ahora el hecho de que cuando hay dictaduras en nuestros países, dominicanos emigren a Venezuela y venezolanos a nuestro país. Literariamente hablando el primero importante fue el poeta Andrés Mata (1870-1931), que llegó a ser jefe de redacción del Listín Diario, que por ser modernista, su presencia debió animar a nuestros jóvenes escritores en las tertulias; luego está Manuel Flores Cabrera (¿……?), director de Renacimiento, otra revista importante, quien, igual que Horacio Blanco Fombona, se fue del país expulsado por los yankees después del segundo presidir el Primer Congreso de la Prensa Dominicana contra los ocupantes. Creo que, en honor a él, como a los valientes periodistas criollos que asistieron al evento, bien merece que iniciemos estos rescates de arqueología literaria con su revista. Agregando este detalle: esta ciudad se ha honrado con calles que llevan los nombres de estos dos venezolanos, falta solo Andrés Mata.

Ofrecemos la desgarradora foto de Cayo Báez que inspiró a Andrés Avelino a escribir su poema Irrupción que concluye: El mártir sonríe y calla. Ni siquiera/ la protesta de un nervio en contracción.

Agregando la de Blanco Fombona y al final, la que ilustró la portada de esa L.

Cayo Báez

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Contenido de la revista L… citada

Aunque estas revistas de principios de siglo pasado eran muy literarias, se entremezclan bien con lo político y lo social. En el número que escogimos se destaca en la portada mi pueblo natal, aquel Pimentel pujante que fundó el ferrocarril mostrando la Calle de los Rieles o del Comercio, como originalmente se llamó, lo que era tan cierto, que Domingo Moreno Jimenes cuando nos visitó en 1971 dijo que la imagen que tuvo en 1918, es decir dos años antes de la toma de la foto, era de un pueblo largo, largo, lleno de comercios. Desorienta que ese lugar tan mercurial produjera luego un gran número de artistas y escritores. La foto irá al final.

En cuanto a las colaboraciones literarias, en poesía, el único criollo es Ricardo Pérez Alfonseca (1892-1950) con su breve poema:

Crepúsculo

El cielo se imprecisa; la arboleda

se torna inmóvil, negligentemente.

Un pájaro se posa, temeroso

de ofender con su vuelo imperceptible

este sosiego unánime. Parece

que sobre el césped está orando el viento…

El mar allá a lo lejos, se extasía.

Y yo, con la cabeza entre las manos,

desorientado. Y he aquí la noche.

Sin duda alguno es uno de los mejores poemas cortos de poetas dominicanos de todos los tiempos.

Los otros son Seno de reina de José Santos Chocano (1875-1964); La casa de Eduardo Marquina (1979-1946( y Deidad de Amado Nervo (1970-1919), de los cuales copiaremos al final el primero y el último.

Nos interesan otras cosas en ese número. Estábamos en momentos duros de la intervención gringa y aunque hay colaboraciones de Federico García Godoy (1857-1924) comentando el libro Retratos reales e imaginarios de Alfonso Reyes (1889-1959) que este le había enviado; un artículo y una carta de M. Márquez Sterling (1872-1934). Nos interesan, una nota de prensa del director titulada “La llegada de Emilio Morel” (1887-1958)”, que dice escuetamente:

“En la mañana del 23 del corriente llegó a esa ciudad nuestro distinguido amigo Don Emilio Morel, Director de el «Baluarte», de La Romana.

Morel viene a formar parte de las deliberaciones del Congreso de la Prensa representando a su periódico.

Nos alegramos de ello, porque «El Baluarte,» reflejo de las opiniones de Morel, ha externado siempre ideas del más depurado nacionalismo, renunciando a cuanto trasluzca pugna u hostilidad inter–dominicana.

Damos la bienvenida al íntegro periodista y dilecto amigo.”

Además, dos artículos de uno de nuestros escritores más rebeldes: me refiero a José Ramón López (1866-1927), uno titulado El Empréstito y el otro Del Via-Crucis, ambos contra la invasión, que copiaremos por considerarlos documentos importantes de aquellos años y de qué manera los periodistas y escritores nuestros demostraron que tenían realmente algo pesado en el hueco de las piernas.

El empréstito"

Los diarios han recogido en la calle la versión de que se trata de contratar un empréstito extranjero. El contratante sería la Ocupación. El deudor la República dominicana.

Dudamos que esa propaganda tenga el más remoto asomo de razón.

No es el personal del gobierno un personal de economistas; pero aún los militares saben bastante de Economía Política para desechar una operación semejante.

La deuda actual de la República gana cinco por ciento anual de interés. ¿El nuevo empréstito, para amortizar esa deuda antigua, se contrataría por ventura, a menos del cinco por ciento anual?

El empréstito a Haití ha sido al ocho por ciento anual. Para Santo Domingo la operación equivaldría a una conversión con pérdida del tres por ciento anual.

Por otra parte, el dinero que nos entregarán ahora sería dólares de a treintidós centavos cada uno, para pagarlo en dólares a cien centavos cada uno, que es el verdadero valor que tendrán cuando ocurra la amortización.

Estas –según las personas que estudian Economía y Finanzas– no es época de tomar prestado. Es época de amortizar deudas para beneficiarse con la diferencia de valor de la moneda.

Es una lástima que no prevalezca criterio de Economía en nuestros asuntos económicos sino que, por todas partes asome el espíritu del simple Contable. No es un Tenedor de Libros lo que se necesita, sino un Estadista.

Por otra parte, ¿quién contratará el empréstito? Una dependencia del Ministerio de Marina no puede contraer compromisos a nombre la República Dominicana, y si los contrae, no es ésta la obligada, sino el referido ministerio.”

                                          José R. López

Del vía-crucis"

Nuestro Director Don Horacio Blanco Fombona no ha querido sentar plaza de mártir, de víctima, de nada de lo que conlleva junto a los padecimientos de la carne la más alta nobilización del espíritu. En su espontánea modestia jamás pensó en obtener, anexo a la pena, el más fino galardón que pueda alcanzar un alma no encenegada en la vulgaridad.

Latinoamericano de origen y de nacimiento, no se considera simplemente ciudadano de una de las patrias que alumbró la fecunda Madre España. Cada una de estas patrias es una provincia de la gran patria de la lengua de española y religión católica que cubre, como un manto amoroso al par que heroicamente fuerte, estos soleados territorios de la América Latina. Venezolanos, Uruguayos, Argentinos, Colombianos, en el corazón de los buenos herederos de Colón, somos uno mismo, amando y sirviendo al ideal colectivo que justifica, que es razón predominante de cada uno.

Llegó aquí Horacio Blanco Fombona, y ¿cómo –sin renunciar a su propia nacionalidad– podía dejar de ser dominicano a la hora en que no había provechos que compartir, sino hondas, intensas, dolorosas penas? Quizás habría pasado casi indiferente ante un pueblo dominicano gozoso, satisfecho de la vida. Pero ante un pueblo dominicano que sufre: ¡un abrazo y la parte alícuota del dolor colectivo!

Se han producido documentos oficiales probatorios de la tortura a que fue sometido el infeliz Cayo Báez, y el Sr. Fombona en la revista «Letras» publicó el fotograbado de Cayo Báez, con la cicatrices en el pecho y en el vientre que le fueron inferidas con un hierro ardiente.

Por ese delito Blanco Fombona fue sometido a seis penas: 1° Allanamiento. 2° Confiscación de la edición de «Letras». 3°Prisión. 4° Multa. 5° Suspensión de la publicación de la revista «Letras.»

Esas cinco primeras penas fueron establecidas en la sentencia pronunciada sin que el acusado, que se considera inocente, se defendiera.

Posteriormente sin que el reo fuera acusado de nueva contravención, delito o crimen, y después de electo por los delegados de los periódicos “Presidente del Primer Congreso de la Prensa Dominicana, reunido en esta capital la noche del 20 del corriente, el Poder Militar le ha notificado una nueva pena:

6° Expulsión del país debiendo salir de él a más tardar, el 4 de diciembre próximo.

Como la sentencia no prohíbe la publicación de una nueva Revista, e incurre en olvido de dejar al Sr. Blanco Fombona en el ejercicio del periodismo en el país hasta el 4 de diciembre, y fuera del país cuando le plazca, desde hoy se inicia la publicación de otra Revista, la Revista «L» la cual tratará de cumplir todos los compromisos que quedaron pendientes por la suspensión de fuente militar.

La Revista «L» da las más cordiales gracias a cuantos se interesaron, que fueron la unanimidad  de los dominicanos, por la suerte del Director de la periodicidada Revisa «Letras».

José R. López

Nota: Aparte de la descripción de las torturas del valiente campesino de Salcedo, cuyo nombre no sé si lo lleva el sitio donde fue torturado o una calle de la ciudad capital de la provincia Hermanas Mirabal para que su martirio y la de todo un pueblo, no sea olvidada, nos fijamos que la fecha supuesta de la revista es el 14 de noviembre en la mancheta, pero en el cuerpo de la misma se citan hechos acaecidos el 20, como lo del Congreso y el dato de diciembre respecto al director de la misma, lo que hace suponer que su impresión ocurrió a principios de diciembre, pero mantuvieron la inicial por temor a las represalias gringas. 

Horacio Blanco Fombona el 3 de diciembre de 1920

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Los dos poemas de poetas extranjeros

Deidad

Como duerme la chispa en el guijarro

y la estatua en el barro,

en ti duerme la divinidad.

Tan solo de un dolor constante y fuerte

al choque, brota de la piedra inerte

el relámpago de la deidad.

No te quejes por tanto del destino,

pues lo que en tu interior hay de divino

solo surgen merced a él.

Soporte, si es posible, sonriendo

la vida que el Artista va esculpiendo,

el duro choque del cincel.

¿Qué impartan para ti las horas malas

si cada hora en tus nacientes alas

pone una pluma bella más?

Ya verás al cóndor en plena altura,

ya verás concluida la escultura,

ya verás, alma, ya verás.

Amado Nervo

 

Seno de Reina

Era una reina hispana…. No sé ni quién sería.

ni cuál su egregio nombre, ni como su linaje:

sé apenas la elegancia con que de su carruaje

salió, al oír a un niño que en un rincón gemía.

Y dijo: ¿Por qué lloras? La tarde estaba fría,

y el niño estaba hambriento: La reina abrióse el traje,

y le dio el seno blanco, por entre el blanco encaje,

como lo hubiera hecho Santa Isabel de Hungría.

Esa gloria de la estirpe a la que le dio su pecho

a aquel hambriento niño, que acaso sentiría

más tarde un misterioso dinástico derecho:

Y es gloria de la estirpe porque ese amor profundo

con que la reina al niño le dio su seno un día.

¡Fue el mismo con que España le dio su seno a un mundo!

José Santos Chocano

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La fotografía

Calle del Comercio, Pimentel, en 1920 (Se destacan a la izquierda la casa familiar del comerciante Damián Ramis, frente a los almacenes de los Hermanos Ramis; a la derecha la Casa de Piedra construida por Gaetano Pellice, que luego se iría a Bonao con su familia, que se cayó cuando el terremoto de 1946; un vagón frente la Estación del Ferrocarril, en cuyo frente estaba la Farmacia Pimentel de Manuel Gatón Richiez, padre del poeta y periodista Freddy Gatón Arce, engendrado en dicho pueblo, aunque naciera en San Pedro de Macorís el 27de marzo de ese año; y al fondo, el tanque de la torre de agua donde “bebía el tren”).