“Más se perdió en Cuba y volvieron cantando”

Refranero español.

Desde que para finales de la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero se entendió que España había entrado en un proceso no ya de “desaceleración económica”, como se dijo en su momento, sino de crisis propiamente dicha, se comenzó a gestar en las mentes de profesionales jóvenes – y no tan jóvenes-  la idea de emigrar hacia los países con mejores perspectivas económicas.

Como hemos comentado en artículos anteriores esta situación afectó – y aún lo sigue haciendo- a muchos de los profesionales del gremio de la construcción. Todavía al día de hoy,  el mercado laboral español, se encuentra muy mal trecho por esta situación.

Economías consolidadas y economías emergentes

El éxodo profesional o fuga de cerebros que se ha producido en este último lustro – y un poco más-  se ha dado hacia los países del norte de Europa y hacia los Estados Unidos aunque en menor medida. En estos países, de los llamados del primer mundo, los españoles son bien valorados en sentido general por su nivel académico, quizás herencia de los años del bienestar social y las políticas de acceso a la educación impulsadas por los gobiernos de los últimos 30 años….ventajas de la vida en democracia.

En términos generales los españoles han sido emigrantes consumados, y aunque en los últimos años –antes de la crisis- se produjo un gran efecto llamada propiciado por la burbuja inmobiliaria, luego del pinchazo de esta el país ibérico ha vuelto a exportar mano de obra a granel.

La diferencia de la fuerza laboral de los años 50, 60 y 70 y la de los últimos tiempos radica en la preparación académica. Antes España exportaba jornaleros y ahora exporta ingenieros.

Muchos de estos ingenieros, arquitectos y profesionales de la construcción han ido a parar de nuevo a Las Américas,  como en los años de la dictadura. En aquellos años de la posguerra civil española,  muchos países de Hispanoamérica no solo recibieron jornaleros, también acogieron a intelectuales desafectos al franquismo, que enriquecieron las artes, la ciencia y la academia en sentido general de aquellos lugares de destino americano.

Hoy esa Hispanidad, pobremente explotada de parte y parte, vuelve a ser la llave de acceso a un montón de jóvenes que encuentran en Panamá, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, etc. un puesto laboral que les es negado en su país.

Lo curioso del caso, o lo normal dirían algunos, es que muchas de las empresas contratantes en Las Américas, son empresas de capital español, expatriadas, en busca de fuentes de riquezas al otro lado del charco.

Doble vía

Lo que queda claro es que la relación comercial entre Hispanoamérica y España promete seguir in crescendo y cuando uno está arriba, el otro, el de abajo, acude al reparto de riquezas. Con la burbuja inmobiliaria España se llenó de panchitos y sudacas (como les llaman despectivamente muchos españoles) e incluso de buenos profesionales también….Hoy las tornas se invierten y vuelve a ser América Latina, como en los años de la posguerra, el sueño dorado de muchos españoles.

El puente siempre ha sido de doble vía y hoy los vientos soplan hacia el nuevo mundo….Algunos volveremos y otros nos quedaremos pero siempre cantando como cuando se salió de Cuba en la guerra Hispanoamericana.

A fin de cuentas España es un poco América y América es un poco España.

Bienvenidos y “vengan todos a comer de este helado gigante” …como diría Silvio Rodríguez.