Se ha considerado con anterioridad, pero hoy tengo que subrayarlo todavía más, las creativas inversiones de responsabilidad social de la familia León Jimenes para la creación de exitosos proyectos, que tienen en el Centro León, su más acreditada obra; se pueden entender mejor si valoramos la importancia histórica del Tabaco en la economía santiaguera y dominicana.

El Centro León como exitoso proyecto de la Familia León y de sus ramas familiares, celebró este tres de octubre 2013, una década de avances y logros esenciales para el desarrollo de la República Dominicana. Generando aportes universales auténticos que evidencian una gestión innovadora. Este proyecto se puede entender en su justa dimensión, si se le considera como resultado de la tradición democrática que analizada por P. F. Bonó, tiene en el Tabaco un producto cuya formas de cultivo, producción y comercialización permiten explicar la concurrencia de las ideas más progresistas y liberales dominicanas, y las tradiciones culturales auténticamente santiagueras y cibaeñas.

El Centro León y la familia León Jimenes, son expresión de los antecedentes más originales que concretizan la tipicidad y virtudes sociales y culturales del Tabaco. En el gran intercambio social generado en su cultivo, está el mapa genético que permite explicar muchas de las concreciones de hoy. Luego vendría la empresa “La Aurora”, su crecimiento, los estudios internacionales de sus diversos miembros, y las nuevas inversiones de negocios y proyectos. Pero ese pegamento ideológico y cultural que aporta el Tabaco, es lo que origina el embrión de esta mística de creatividad e innovación que nos asombra en cada momento de su puesta en escena. La unidad y visión de esta familia santiaguera le aporta la autenticidad necesaria para hacer que las cosas pasen y pasen bien.

Se conoce que a partir de la Independencia de la República (1844), el cultivo del tabaco continuó su desarrollo ascendente, y aunque se sembraba en varios territorios de la isla, en Santiago se producía en mayor magnitud. En los inicios del siglo XX, los grupos familiares y artesanales que tenían esta vocación productiva, hicieron una distribución de la riqueza más equitativa y participativa. Incluso Bosch afirma que los productores de tabaco y sus características de producción y comercialización crean los primeros grupos que conformarían la naciente burguesía local.

Alejandro Paulino Ramos en una conferencia de la Facultad de Humanidades del UASD, muestra cómo es notorio en los escritos de Bonó, su sobrada habilidad para analizar la gesta cultural y para descubrir la relación entre economía y prácticas culturales concretas. El tabaco era una actividad económica que provocaba actividades colectivas y culturales de las que surgirían las costumbres más solidas de la sociedad santiaguera, tal como la conocemos hoy: vanguardista e innovadora.

Bonó escribió “por dondequiera cruzan tongos, serones, y pacas de tabaco; por doquier veo los almacenes atestados de esta hoja y un enjambre de trabajadores de ambos sexos, apartando, enmanojando, pesando y enseronando. Veo las tiendas atestadas de compradores, llegan y desaparecen los surtidos, en una palabra hay una circulación de riquezas triple a la del resto del año, y esto por consiguiente es lo más importante”. Bonó favoreció la producción agrícola, especialmente el Tabaco, pero impugnó hasta la saciedad, el hato ganadero y la ganadería libre, típica del Este de la isla, cuyos dueños llevaban “en las despobladas y yermas ciudades dominicanas, una vida supersticiosa, holgazana y embrutecida”. Por el contrario, añadimos nosotros, el Tabaco es el cultivo de la creatividad y el espacio de producción “donde todo el mundo se encuentra”

Esta mística y dinámica laboral fue una contribución decisiva para el surgimiento de las más diversas tradiciones culturales santiagueras, de identidad y sentido de pertenencia del territorio. Ese es el embrión de una trayectoria donde la creación, promoción y equipamiento cultural concurren natural y armónicamente en el Centro León.  De ahí surge esta magia incesante de identidad, pertenencia e imágenes sobre la cultura y el desarrollo de República Dominicana y el mundo.

El Centro León es uno de los proyectos más emblemáticos y estructurantes de Santiago proyectado en toda la isla, en Centroamérica y El Caribe y en todo el mundo. Es un conjunto dinámico, repleto de estética, colorido y vida que sintetiza ideas innovadoras, promueve y muestra un programa cultural sustentable. El Centro León se abre además, ampliamente a la ciudadanía de todos los estratos sociales, con un movimiento, garbo y realismo mágico prodigioso. Es uno de los modelos santiagueros más exitosos de articulación pública-privada que ha tenido la visión y el resultado social de colocar la cultura como eje del desarrollo humano sustentable.

Acentúo en la visión estratégica que caracterizará este Patrimonio de Santiago, dado que su gerente de programas culturales, Luis Felipe Rodríguez, anunció las estrategias de desarrollo para la próxima década (2013-2023). Entre otras se distinguen el nuevo programa de exposiciones y editoriales, las anunciadas publicaciones sobre Cultura: Patrimonio de cotidiano, así como la producción del libro Arte Dominicano en el contexto del Caribe. El trabajo intenso anunciado en las industrias culturales y artesanía. La realización del 2do. Curso  Internacional de Etnomusicología Dominicana y Caribeña con la Universidad de Syracuse. El programa Construyendo el Gran Caribe y la continuidad de las labores del VI Congreso Música, Identidad y Cultura. El renovado portal web permite ya aproximar más el Centro León al país y al mundo, con una navegación más amigable y atractiva.

El Centro León apertura una nueva década siendo un proyecto consolidado pero que a la vez se expresa en proceso ascendente de transformación. Que apertura hoy con mucha fuerza y talento, un nuevo ciclo de gestión, promoción y equipamiento cultural sustentable. Felicidades a todas y todos.