Iniciamos un nuevo ciclo, que en el mundo occidental celebramos como el inicio de una nueva etapa, cada 365 días. Este nuevo año, que apenas alcanza la primera semana de edad, se presenta, como cada principio de año, cargado de proyectos y objetivos a completar.

Algunos de los objetivos globales, que como sociedad nos hemos venido planteando en los últimos tiempos, llegan a su final, mal que bien, en este 2018. Tal es el caso de un objetivo (o la parte de unos objetivos mayores), que planteaba – o aún plantea – el consumo energético cero o casi cero para los edificios de la administración pública en muchas partes de Europa. Nos referimos a la Directiva 2010/31/UE de la Unión Europea,  que plantea el cumplimiento de dicha meta al 31 de diciembre de 2018.

¿Meta aplazada?

Esta directiva, además, plantea que todos los edificios nuevos que se construyan a partir del 2020 deben ser de consumo cero o casi cero. ¿Lo conseguiremos?

Europa como siempre traza buenas pautas a nivel global en materia de sostenibilidad;  el viejo continente es punta de lanza en estos aspectos. Nos consta que muchos de los sectores implicados han estado trabajando en ello a toda máquina; instituciones públicas y privadas, investigadores y profesionales, todos a una, en pos de estos objetivos. Ciertamente no se conseguirán del todo,  lo que necesariamente nos lleva el planteamiento de nuevos objetivos de cara a los años subsiguientes.

Ejemplo para los más pequeños

Los países en vías de desarrollo podemos ver en estos países desarrollados una especie de hermanos mayores que de alguna manera pueden trazar la pauta en materia de políticas medioambientalmente sostenibles. No siempre es así, el gran hermano del norte no ha sido precisamente de los signatarios de los acuerdos favorables a la sostenibilidad medioambiental, sin embargo en Nueva York se plantea un nuevo proyecto, bastante alentador para quienes esperamos esos ejemplos de alta tecnología y amplios recursos dedicados a la eficiencia energética en las edificaciones.

El proyecto se llama  Stuy Town, y consiste en un gran conjunto de viviendas colectivas para alquiler por encima de las 11 mil unidades, en más de 50 edificios.  Planeado para el este de Manhattan, supondría una solución habitacional y de eficiencia energética que serviría a casi el 2% de la población de la isla del condado de Nueva York.

De lo que se trata es de ir dotando a los edificios, anualmente, de sistemas fotovoltaicos de generación, a razón de mil viviendas por año. Este proyecto contempla que, de cara al 2019, se alcance un nivel de generación de 3,8MW de energía eléctrica a cuenta de la fotovoltaica instalada en las cubiertas de los edificios. Esto supondría una 63 mil toneladas menos de emisiones de CO2a la atmósfera o lo que es lo mismo el equivalente a retirar de circulación a unos 12 mil vehículos.

A tomar nota

Podríamos encontrar mil complicaciones que serían disuasorias para hacer de este experimento neoyorquino un experimento adaptado a nuestro medio. La elaboración de esas “trabas” se las dejamos a quienes tienen el deber “moral” de dedicarse a ello. Desde luego existen complicaciones por docenas, pero nosotros, llegado el momento preferiríamos estar del lado de los que proyectan las soluciones a esas complicaciones. Incluso planteando ambas cosas a la vez, es decir, las complicaciones y las soluciones para solventarlo en nuestro medio dominicano.

De momento, continuaremos soñando, y si nos lo permiten…planificando de cara el nuevo ciclo.