Es ya tradición desde los Estados y los organismos internacionales dedicar cada año a un tema. Recordamos el 1975 que se dedicó a la mujer, algo extraño pues si la mujer desarrolla en su vientre a toda criatura que existe o haya existido en el mundo al tiempo de ser capaz de hacer lo que hace el hombre superándolo muchas veces, cómo entender que la noticia sea dedicarle a la mujer un año y no todos los años. Otro año, 1995, se dedicó a la tolerancia, cualidad de valor extraordinario para la convivencia familiar y social; merecería que se le dedicaran muchos años más a la tolerancia; pero hablemos ahora de la innovación y ponderemos si merece que se le dedique no un año sino muchos. Al menos en esta columna modestamente dedicamos el año 2019 o al menos su inicio a la innovación.
En sentido general innovar es hacer nuevas cosas o hacer de otra manera las cosas que se hacen. Es una actitud y más que eso una aptitud esencial de los seres humanos. Existe la tendencia de ver la innovación como producto de la llamada época moderna o postmoderna y la realidad es que todo el avance material y social de la humanidad se debe a la innovación a lo largo de toda la existencia. Por eso de entrada no hablamos de nuevas tecnología pues es simplemente también una manifestación de la innovación. Sin embargo la tecnología y particularmente las llamadas Tics, es decir Tecnologías de Información y Comunicación, son realmente un vivo ejemplo del gran poder de la innovación; pero volvamos al concepto original de innovación.
Entre las características de los Sapiens se destaca su ser cognoscente-transformador, facultad de procurar conocer su entorno y a sí mismo llegando a desarrollar el gran instrumento social que es la Investigación Científica; pero en la parte del ser transformador tenemos la facultad de la innovación.
Dediquemos en el 2019 al menos algunas de sus horas iniciales en lo personal en pensar cómo podemos innovar mejorando las actividades que realizamos o cómo hacer nuevas cosas que impacten positivamente nuestra vida y la de los demás. Más allá de lo personal y mirando hacia los distintos niveles de la educación nacional influir para que en el proceso de aprendizaje más que la mera repetición de lo que ya se sabe se reflexione y en consecuencia se actúe a partir de la innovación que tanto ha dado a la vida humana.
¡Feliz año! Que en este 2019 la innovación sea la guía de nuestro avance personal y social.