En esta semana, las autoridades dominicanas publicaron el texto completo (incluyendo todos los anexos) de la Carta de Intención que fue enviada al Fondo Monetario Internacional (FMI) para solicitar la aprobación de las revisiones pendientes al Acuerdo Stand-by firmado a finales del 2009.
Debemos recordar que la quinta revisión se debió haber completado a finales de marzo de 2011 y la sexta revisión debía haberse aprobado a mediados de junio.
Este documento tiene mucha importancia debido a que refleja el resultado de las negociaciones del equipo económico dominicano y los funcionarios del FMI sobre las políticas que serán implementadas en los próximos meses del 2011 y en el 2012.
Los cambios
El mayor cambio que se puede apreciar en las proyecciones de la nueva carta consiste en que se ha aumentado la estimación de precio promedio del petróleo en los mercados internacionales. Originalmente, se utilizó un precio promedio de US$80 por barril para 2011 pero, considerando el comportamiento en lo que va de año, se elevó la estimación hasta US$106 por barril.
El aumento en la proyección del precio de petróleo tiene diversas implicaciones.
En primer lugar, un incremento en el precio del petróleo implica un aumento en el subsidio al sector eléctrico. En efecto, se elevó el monto del subsidio en el 2011 desde US$350 a US$690 millones.
A pesar del aumento en el subsidio, las autoridades acordaron con el FMI que no se incrementaría la meta de déficit del sector público en el 2011. Por tanto, en la nueva carta de intención, se modifican las proyecciones de las finanzas públicas para lograr esta meta.
En este sentido, para compensar el incremento en el subsidio eléctrico, equivalente a unos RD$13 mil millones, el Gobierno redujo el presupuesto para gastos en bienes y servicios en unos RD$3,000 millones. Adicionalmente, las autoridades se han establecido la meta de reducir en RD$8,000 millones el presupuesto para gastos de capital. De cumplirse esta meta, el gasto de capital se reduciría desde RD$72,000 millones en 2010 a RD$70,700 millones en el presente año.
Los otros cambios
La disminución del gasto del gobierno es una de las razones por las cuales se modificó la proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2011. Las proyecciones originales asumían un crecimiento real de 5.5%-6% mientras que en la carta recién publicada se reduce a 5.0%-5.5%.
Pero también se debe reconocer que la reducción en la proyección de crecimiento económico obedece a la aplicación de una política monetaria más restrictiva de lo previsto con la intención justamente de frenar el crecimiento económico para mantener el déficit de cuenta corriente dentro de un rango "financiable".
¿Qué quiere decir eso? En pocas palabras, la economía dominicana estaba creciendo a una tasa más elevada de lo que se pudiera considerar sostenible sin generar presiones.
Para que se pueda apreciar mejor este concepto, solamente debemos tomar en consideración que el déficit de la cuenta corriente fue de US$4,435 millones en el 2010 con la economía creciendo a una tasa de 7.4%. A pesar de la desaceleración esperada en la economía para 2011, debido al incremento en la factura petrolera, el déficit de la cuenta corriente se estima superaría los US$4,300 millones.
Este monto de déficit en la cuenta corriente es tan significativo que no podrá ser financiado en su totalidad ni siquiera con la emisión de los US$500 millones en bonos soberanos. De hecho, las más recientes proyecciones indican que el país perderá unos US$300 millones de sus reservas internacionales en el 2011.
Un cambio esperado
Otra de las estimaciones que fue modificada en la nueva carta de intención fue la proyección de inflación para el 2011. El Banco Central tenía una meta original para el cierre de 2011 que contemplaba un rango de 5%-6% y este rango fue elevado a 6%-7% por el incremento en el costo del transporte por los aumentos en los combustibles así como por el impacto de los incrementos en la tarifa eléctrica.
Prudencia
Las estimaciones de la carta de intención apuntan a un ambiente económico altamente complejo tanto para el sector empresarial como para cada familia dominicana.
Es responsabilidad de cada uno de nosotros la adopción de medidas que nos permitan minimizar el impacto negativo de este entorno desfavorable y/o aprovechar al máximo cualquier oportunidad que podamos identificar.