De acuerdo con Michael Porter, quien fue el pionero en la definición teórica del concepto de competitividad, la misma consiste en “La capacidad para sostener e incrementar la participación en los mercados internacionales, con una elevación paralela del nivel de vida de la población” y “El único camino sólido para lograrlo, se basa en el aumento de la productividad.” Es decir que Porter integra al concepto de Competitividad el factor humano, el que es un componente muy importante de la productividad y por tanto de la competitividad. Agrega Porte que “: “La productividad es, a la larga, el determinante primordial del nivel de vida de un país y del ingreso nacional por habitante.

El comentario anterior lo hacemos a propósito del plan Nacional de fomento a las exportaciones periodo 2020-2030, preparado por PROINDUSTRIA, el cual pensamos está bien estructurado y contiene prácticamente todas las herramientas requeridas para augurar la obtención de los resultados proyectados, sin embargo, queremos hacer algunos comentarios relacionados con la obtención de los objetivos que se ha trazado esta institución.

De acuerdo con PROINDUSTRIA, se proyecta incrementar las exportaciones en los próximos cuatro años a unos 20,000 millones de dólares anuales, es decir prácticamente duplicar los niveles actuales de las mismas, que, por señalar, han tenido un comportamiento inestable en los últimos años y encuentran su mayor volumen en las que realizan las zonas francas (54%), dejándole a las nacionales un 21% y a los minerales un 18.2% (Banco Central de La República Dominicana, 2019).

Se observa que la composición de las exportaciones de nuestro país, no va en la misma dirección que lo indicado por Porter (1990), ya que se sabe que los salarios pagados en las zonas francas del país están por debajo de los que paga la industria nacional, es decir que de ninguna manera se puede afirmar que los trabajadores de este sector, con estos salarios eleven sus niveles de vida.

De igual manera, las exportaciones de minerales, es poco lo que aportan al bienestar de la población ya que los grandes beneficios de estos bienes se obtienen en los procesamientos finales de los minerales, los cuales no se realizan en el país.

Por tanto, si vale la expresión, “la composición de las exportaciones del país es muy pobre”, porque aportan muy poco al bienestar de la población y en cualquier plan que se programe de fomento a las exportaciones debe en primera instancia orientarse principalmente a elevar la calidad de las mismas, de tal manera que su aporte a la calidad de vida de la población vaya a la par con el incremento de estas.

Como hemos señalado en ocasiones anteriores, uno de los principales inconvenientes que contribuye al deterioro de la competitividad de los exportadores actuales, lo constituye el hecho de que aunque las leyes existentes que incentivan la actividad de exportación, requieran ser modificadas, se producen choque entre las propias instituciones del estado involucradas, como es el caso del otrora CEIRD (hoy PRODOMINICANA) y la Dirección General de Aduanas, la primera una institución que promueve e incentiva con leyes las exportaciones, mientras que la segunda, es una institución que procura el cobro de impuestos, “organismos encontrados”.

Lo difícil en la práctica, es conseguir que los actores involucrados valoren la contribución que hacen las exportaciones al desarrollo de nuestro país y estos son de los factores que tiran al suelo, todas las proyecciones y planificaciones que se realizan, porque los actores del organismo colector de impuestos, son evaluados regularmente por el monto de los impuestos directos cobrados, sin ver mas allá el hecho de que con las exportaciones que realice la empresa a quien se le otorgaron las exenciones de los impuestos, el estado dominicano percibirá al final de la cadena de valores un monto de impuestos que probablemente dupliquen los que se dejaron de cobrar en la institución colectora al inicio de la cadena de valores.

Por otro lado, queremos indicar nuevamente, que parecería importante que las autoridades correspondientes puedan reeditar lo que fue una división del departamento FIDE, del Banco Central, como una división de PRO DOMINICANA, pero en este caso, con la responsabilidad de preparar perfiles promocionales de inversión orientados a proyectos de exportación principalmente.

Este planteamiento lo hacemos en razón de que los potenciales emprendedores de proyectos PYMES, no disponen de los recursos técnicos y económicos requeridos y hay que recordar que las PYMES están llamadas a representar un importante sector que genera una gran cantidad de mano de obra y otros aportes al desarrollo económico del país.

Finalmente destacar que, la competitividad, va de las manos con la productividad, es prácticamente imposible ser competitivo sin tener una alta productividad.