El artículo de Alejandro Moline, había circulado en la red privada de unos amigos, en ella respondí con algunos párrafos, pese a que no me gusta hacer por esa vía ese ejercicio de reflexión, pero se trataba de Alex, Little Alex de la Orange Mecanique, no tenía más remedio que hacerlo y hacerlo bien.

Alejandro es buen pensador, atina las reflexiones aunque le dé tandas a sus amigos que suelen leer su mejor cosecha en el género epistolar, sus cartas de viajes, escritas de modo minucioso, como si fuera un explorador de mejillas rosadas y pantaloncitos cortos rasgados, Oh Little Alex.

Pero esta vez, se interesa por el JBismo, cuyos especialistas esenciales han sido por orden de importancia, Orlando Martínez, José Israel Cuello y Wilfredo Lozano.

En cierta manera, el JBismo ha sido una logia del análisis, en muchas ocasiones se ha especulado sobre estas dos personalidades y sus simetrías o anti-simetrías.

La parte final de la reflexión de nuestro Little Alex (bien Orange Mecanique) tiene visos de acierto sin embargo no apuntala al meollo del asunto, veamos:

A)    La posibilidad de construir poder en nombre de una alianza racista, hace pensar que todo queda perdonado y que no hubo error histórico, vinculado a yugular una vez más el sentido político de una transición hacia la democracia miles de veces abortada.

Orlando MartínezEl precio del llamado frente patriótico a todos nos ha salido muy caro y muy pingue y jugoso para los Binchos, piara exquisita de mierda redoblada, cuadrilla de ladrones finos con disfraz de ideología patriótica.

Cuando esos errores se cometen, hay que hacer un imaginario de tal magnitud en su retorcimiento, que ayude a crear una "constante" de justificación, porque desde el pragmatismo del oportunismo de derechas,  la permanencia del poder todo lo justifica.

B) Así las cosas, mientras se tiene el poder del vector de la historia, lo producido por ella, como hecho cotidiano dentro del ejercicio de ese poder (que tiene simulacros y ritualidades que lo justifican), debe justificar de modo permanente el yerro histórico.

C) Finalmente, he ahí la grandeza de nuestro little Alex,  Orange Mecanique, porque describe bien nuestro muchachón,  el tema de retorcimiento histórico que implica, crear un cuerpo de teoría para que los líderes participantes en el Frente y en el pacto ante "el peligro haitiano" (que era Peña Gómez según ellos), tengan en el fondo una simetría que compruebe que el pacto no fue casual, era el destino  histórico de dos rivales que al final, viejazos al fin, terminarían abrazados por "una misma historia"…

José Israel CuelloEs como pretender demostrar que al final dos personas enfrentadas por ideas, al darse cuenta  de que son viejos y nulos, se dan la mano a tiempo para joder a un tercero, negro y joven, relativamente.

Conclusión:  Creo que  para los historiadores de este tiempo la lectura será fina o no será.

En lo que a mí respecta, el cuentazo de la historia retorcida empujada por la presencia del poder en mano, no me convence, especialmente cuando un partido de  centro izquierda, se lanza a la carrera armamentista de la ideología derechista, larvado de ultraderecha "patriótica" a su diestra para asesinar y enterrar a su siniestra, para siempre jamás.

Juan BoschToda lectura contemporánea de este fenómeno Dominicano de pura cepa, tiene ingredientes condicionantes donde siempre habrá que confrontar las ideas originales de Don Juan Bosch, su carga ideológica, su constante social basada en la autenticidad, y el despotismo intelectual de Joaquín Videla Balaguer Ricardo.

Si los del PLD por tener el poder se hacen de la vista gorda, existen otros que conocen bien el asunto, no será posible ni lógico, buscar simetrías entre Juan Bosch y Balaguer, media en el primero de los nombres  mencionados la investigación de un estado personal e individual, que sigue siendo un tabú de templo malasio (Cfe)