En el 2001, Jim O´Neill ‘analista de la firma financiera Goldman Sachs, produjo un informe que se ha concretado en una realidad política. El analizó a las economías de acuerdo a su dinámica, y pronosticó su ascenso al rango de superpotencias en el siglo XXI. En la cumbre de Fortaleza –incluyendo a Sudáfrica- crearon el Banco del Nuevo Desarrollo como un “fruto” de su relación política.

Diez años después, una colega de O´Neill de HSBC, Banco inglés de origen chino de Hong Kong, Karen Ward, hizo el ejercicio más amplio y aplica una simulación y establece un ranking de las economías en el año 2050, en un informe titulado “El mundo en el 2050: de la lista de los primeros 30 a la lista de los primeros 100” (disponible en internet en español: http://www.hsbc.com.mx/1/PA_esf-ca-app-content/content/inicio/empresas/internacional/pdf/world_2050_esp.pdf)

Ante todo, el informe de Ward trata de subsanar una limitación de O´Neill: el último se limitó a las economías de gran población ya que significaban mayores mercados; mientras que la segunda proyectó la dinámica de todos, grandes y pequeños, y comparándolos con los resultados ralentizados de las primeras treinta economías del mundo hoy.

No hay sorpresas. El primer lugar lo ocupará China, el segundo Estados Unidos, y el tercero… será la India. Las sorpresas serán en la segunda línea: Filipinas dará un salto de 27 puestos para alcanzar el puesto 16 y Perú, si sostiene una tasa de crecimiento del 5.5% anual, podría brincar otros 20 puestos para alcanzar el 26, emulando a Chile, el campeón latinoamericano.

En la categoría de países en crecimiento –que incluye a la República Dominicana- se extiende a 43 países, incluyendo a 11 latinoamericanos como Brasil, Argentina, Chile, El Salvador, Costa Rica y República Dominicana. África comienza a emerger de la oscuridad económica, pues tres de sus países se incluyen entre los de crecimiento: Marruecos, Túnez y Libia.

La mayor sorpresa es cuando encontramos la tercera categoría de países, los “estables”, donde encontramos a todos los actuales llamados “desarrollados”, incluidos a los Estados Unidos y a la Unión Europea.

En la Tabla General, República Dominicana ocupa la posición 61 entre los países del año 2050 (con un PIB en dólares constantes del 2000, de 37 billones en 2010 a uno de 212 en 2050). El ingreso per cápita en 2050 en dólares constantes del 2010 pasaría de 3,000 a 16,000. Una mejoría notable.

Dice la autora que su marco considera la etapa de desarrollo en la que se encuentra cada economía, y si tienen el potencial y las características necesarias para alcanzar el nivel del primer mundo. Las tasas actuales de crecimiento no juegan ningún papel en las proyecciones.

En el apartado del análisis de las causalidades del crecimiento, la autora señala a la educación y a la democracia, nuestros focos de atención en esta columna. Además, señala que la “industrialización de copiar y pegar presentar un crecimiento significativo. Interesante análisis histórico del caso chino.

Para entender el fenómeno demográfico, Ward señala el impacto de la proporción de la población económicamente activa en relación a la total, ya que si hay muchos dependientes por cada productor, incide en la productividad general, como es paradigmática la situación de Japón. La autora continúa con un análisis de los países desarrollados y por regiones geográficas del mundo.

Entre sus conclusiones tenemos: el crecimiento rápido es esperado de las economías con un punto de inicio bajo pero con fuertes bases, como Filipinas, Egipto, Perú y Ucrania. Por su parte, las economía en crecimiento tienen fuertes prospectos pero con un punto de inicio más alto como México, Turquía, Arabia Saudita y Nigeria. Y, para completar, el grupo estable conformado por los hoy desarrollados, tiene un potencial más limitado de crecimiento.

Si estamos bien situados para el 2050, queda dar la voz de alerta para que nos pongamos las pilas para que el pronóstico sea realidad: seguir el crecimiento de la economía con estabilidad y democracia.