Estamos en un momento álgido, de tensión, de tantos cuestionamientos sobre personajes que destilan una putrefacción a corrupción como nunca antes la habíamos visto, pero eso a ellos al parecer no les importa. El gobierno de turno, igual como sucedió con el anterior, y gracias a Leonel Fernández, blindó el sistema judicial a su favor para que ninguno de ellos se vieran en serios aprietos judiciales.

No importa que ya el artífice de tantos casos de corrupción que duermen el sueño eterno, ex Presidente Fernández ya no esté en el Partido de la Liberación Dominicana, haya montado tienda aparte. Continua siendo corrupto.  Él, actualmente, libra una batalla con su otrora amigo, ex funcionario de su primer gobierno y actual Presidente, por controlar el presupuesto nacional. Esa es la real batalla. Lo único que les importa a todos. Por lo demás, los días pasan y se apuesta al olvido en un país donde un escándalo tapa al otro del día siguiente, y como dije anteriormente, sumado a un sistema Judicial permisivo y poco actuante en la búsqueda de una verdadera justicia.

El panorama político en apariencia cambia, se mueven fichas, se hacen negocios,  acuerdos y amarres tras bastidores y de cara a la opinión pública se muestran otras cosas, pero la realidad es que los protagonistas de esta historia no están dispuestos a ceder ni a rendir cuentas de sus actuaciones a los contribuyentes. A esos contribuyentes que pagan sus lujos, vehículos, amantes, casas, educación, aviones y negocios que a raíz de estar en el gobierno han prosperado de una manera significativa.

En ese sentido, continuamos viendo la otra batalla verbal y de tinta que se cuece en los medios de comunicación y redes sociales con profesionales que antes brillaban por su imparcialidad y que desde hace unos años son estómagos agradecidos y se han hundido en las cloacas gubernamentales que pagan por sus palabras, tintas y elucubraciones para contar y agradar el oído y la vista de una inmensa mayoría de la población que no les importa nada más que quitar el hambre de hoy.

Nuestro panorama político es inquietante. Uno mira hacia a un lado y está el partido de gobierno tan podrido, tan señalado y metido en asuntos muy serios de corrupción y desfalco, inducidos por el propio Presidente Medina y su candidato "El Penco" Gonzalo Castillo,  denunciado por Odebrecht, también por regalar contratos millonarios de asfalto durante su gestión en Obras Públicas y otros casos asuntos de corrupción que se le atribuyen. Un candidato que es más bien el negocio del Presidente.  Al otro lado, el artífice de tanto desmadre político que se envuelve en un silencio nauseabundo con sus propios casos pendientes de corrupción y pide una auditoría  a la Junta Central Electoral como parte del mareo a la sociedad. En la otra esquina un partido "nuevo" que pasa cada día vociferando que es el "cambio" pero a quienes se les unen personajes de oscura trayectoria, y dan el silencio como respuesta cuando se les cuestiona. Se escudan con la manida frase de "en política se permite todo"……

Este es el panorama nada esperanzador para 2020…y al parecer,  lo merecemos!!