Luego de que nos aman y prometen la luna, esos hombres nos maltratan, nos asedian hasta que finalmente nos matan. Nos quitan la vida sin pensar en los hijos, en su misma vida y en la familia. La enajenación mental  o ese  cavernícola principio de "posesión" o "jefatura" en esos hombres contra  la mujer, a muchos les bloquea toda capacidad de razonamiento  antes de cometer un hecho despiadado.

57 mujeres han perdido la vida en manos de sus parejas o ex-parejas solo en lo que va de año. Es muy probable que ahora cuando usted lee esta columna otra mujer haya sido asesinada.  Una cifra alarmante, como terribles son las consecuencias para el resto de los miembros de sus familias, sumado por supuesto,  a  la  falta de atención en políticas de Estado en educación y justicia con relación a este maligna epidemia que es el feminicidio.

La mayor cantidad de asesinatos de mujeres son cometidos en círculos humildes, de barrios bajos,  donde muchas jóvenes la única perspectiva de vida que tienen es la de "casarse" para "resolver" ciertas cosas. Sin educación de ningún tipo. Se exponen a una vida en pareja desarticulada, prematura y totalmente fuera de toda lógica. A parir como conejas. Estas jóvenes no usan las neuronas para pensar un poco más allá y valorar su vida.  Es un grueso poblacional, no el total. También,  aunque no tanto el asesinato en sí,  los maltratos están a la orden del día en cualquier estrato social de nuestra sociedad.  En familias cercanas, en amigos, vecinos.  Lo que sucede es que a este nivel pues se tapan, son ocultadas bajo un manto de "matrimonio perfecto"  , doble moral, o bien,  la mujer en cuestión tiene un grave problema de dependencia emocional de ese hombre que no ha hecho más que humillarla.  El maltrato no tiene distinción. El maltratador físico y emocional puede venir de un hogar donde jamás vio eso, y también donde sí lo vivió en carne propia.  Cada hombre con estas patologías es un  mundo y necesita atención profesional de manera eficaz.

¿Y la justicia?, pues es otra pata coja y vital de una mesa mal elaborada.  No hay justicia para las mujeres maltratadas o asesinadas.  Es triste pero es así.  Muchas denuncias han sido atendidas y el hombre apresado, pero luego en libertad y sin seguimiento o rehabilitación.   Algunas fiscales de este país, en su mayoría mujeres, se llenan la boca en la supuesta "defensa" a la mujer y los niños,  y  sé de casos que han cerrado por intereses o porque simplemente éstas se creen por encima de la ley.   Las autoridades en cuestión, rebosadas de tanta criminalidad, robos y delincuencia tampoco hacen mucho por apresar a los maltratadores.

En fin, esta sociedad adolece de reales políticas de Estado en el tema de los feminicidios y pregunto ¿hasta cuándo?