El lingüista y activista social estadounidense Noam Chomsky elaboró el decálogo de lo que él llama “Estrategias de manipulación mediática para mantener la gente entretenida”.
De todas las estrategias él afirma que el elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar”.
Si se observa lo que Chomsky establece como estrategia es la distracción en cosas sin sentido y banales para que la gente no se detenga a pensar en los problemas sociales que existen, de manera que me permito decir que no todo es distracción en relación a lo que sucede en el país y me explico:
Se ha establecido que traer a colación el tema de la niña Carla Massiel era para desviar la atención del tema de los super tucanos. No tengo que desmentir esta tesis pues puede ser cierto, sin embargo no estoy del todo de acuerdo porque si fuese cierto lo que se ha hecho aquí ha sido una cuestión sumamente grave.
El tema de la compra de los aviones delata lo que todo el mundo sabe que los senadores y diputados aceptan prebendas y se dejan sobornar para aprobar leyes o contratos que en nada sirven a la sociedad, pero sí a sus bolsillos, en cambio el caso de la niña Carla Massiel, es sumamente aterrador y preocupante pues se trata del rapto de una niña para, supuestamente, extraerle los órganos y ser vendidos a una clínica.
¿Tiene menos valor para el Estado una niña sometida a semejante desgracia que sus senadores corruptos? El caso Carla Massiel no puede caer dentro de la distracción porque es horrendo y fatal. En la distracción, por lo general, lo que se busca es chisme y cosas banales, y si este caso para el Estado es un chisme o algo banal, estamos ante una de las acciones más preocupantes.
Aparentemente lo que se usa en este como distracción son problemas reales que deberían poner en alerta a la sociedad. Por ejemplo, el aumento de salario de senadores y diputados puede que sea una estrategia de distracción, pero es real que se aumentaron el sueldo y eso la sociedad debe rechazarlo. Algunos piensan que lo expresado por la senadora de Dajabón de que a veces no tiene ni para comprar una botellita de agua en realidad es parte de esa estrategia de distracción y que a ella la mandaron a que dijera eso sabiendo que es alguien que habla como quien c… y no lo siente.
Siento entonces que todo queremos envolverlo dentro de la estrategia de distracción cuando lo que sustituye un escándalo es otro peor, por eso digo que no todo es distracción pues, para serlo, lo que se necesita es algo banal como, por ejemplo, preocuparnos de qué color es un vestido o si un gato sube o baja una escalera.
Lo de Carla, el aumento de los congresistas, los Super Tucano, es tragedia y no es distracción. Mi pregunta es ¿Hasta cuándo esta sociedad permitirá todo esto?