En meses pasados, el presidente Danilo Medina visitó el hospital Luis E. Aybar, conocido popularmente como El Morgan, y encontró varias pacientas/usuarias en una misma cama. Eso le llamó la atención al presidente; parecería que no conoce la realidad del sistema sanitario del país.

En un hecho inusual en nuestro país, el Dr. Héctor Quezada, en un acto de impotencia, renunció de la dirección del hospital docente Traumatológico Dr. Darío Contreras, cansado y agobiado por las dificultades económicas y las condiciones de trabajo en que se desenvuelve ese centro de salud.

Como confirmación de las razones que motivaron al Dr. Quezada renunciar, el presidente hace una visita y se convence de las condiciones inhumanas que imposibilitan el buen trato y seguimiento a los pacientes. Y es necesario destacar que el Hospital Dr. Darío Contreras sirve, principalmente, a los sectores empobrecidos y a pacientes casi en desahucio referencial.

Como elemento anecdótico, el Ministro de Salud Pública, se despacha informando que, existen 36 hospitales, de lo más de 150 con que cuenta el sistema, que han sido intervenidos porque están en condiciones de precariedad.

Hablando con conocimiento de causa, afirmo que, dentro de los hospitales que el Ministerio no ha decidido intervenir, los hay que tienen que enviar a realizar estudios de cierta complejidad, por el uso de tecnología de punta, a hospitales público privatizados,  construidos con dinero del Estado y que reciben subsidios especiales del Gobierno.

Por ejemplo, la mayoría de los hospitales: No disponen de un Broncoscopio, sea para adulto o infantil; un equipo de Resonancia Magnética. Equipo de rayos x para realizar Arteriografía. Un equipo de ultrasonido Doppler Carotideo. Equipo Gammacamara para realizar una Gammagrafía Ósea, Tiroidea, o para el Tromboembolismo Pulmonar/TEP, etc.,   Solo para mencionar algunos estudios que son de imposibles acceso para el 70 por ciento de la población dominicana.

Si el presidente Danilo decide visitar, sin coordinación,  los casi 160 hospital de diversos niveles con que cuenta el sistema, se va a encontrar con muchas sorpresas, no sólo en las condiciones físicas estructurales que dan pena, sino porque carecen de los instrumentos señalados y de otros de imprescindible importancia para el buen funcionamiento. Hay hospitales reestructurados en sus planteas físicas, pero que son tanques de barros por dentro.

Ahora bien, señor presidente, los hospitales no deben ser vistos como espacio físico que facilitan o dificultan el desenvolvimiento de sus labores. No. El hospital debe ser visto como un todo, el cual debe incluir, además, el personal que labora, y lo más importante, l@s usuari@s, la razón de ser de un centro de servicio de salud para una población.

Como es posible, señor presidente Danilo Medina, que un personal de hospital que de servicio, (desde el auxiliar, vigilante, conserje, cocina), pasando por el servicio de enfermería, odontología, psicología, microbiología,  hasta llegar al sector médic@, tengan que trabajar en tres lugares y algunos en cuatro (los que pueden) para poder compensar y tener posibilidades de seguir estudiando, actualizarse, casarse, llevar sus hij@s a escuelas más o menos, con cierta dignidad; comer adecuadamente, vestir, alquilar o tener la posibilidad de adquirir una vivienda; disponer de un carrito, participar en uno que otro congreso; inscribirse en una que otra revista de su área para mantenerse actualizado. Todo esto porque el salario que recibe no alcanza para cubrir las fundamentales necesidades de subsistencia, (desde 3 mil, los empleados administrativos, hasta 30  mil los médic@s, pudiendo llegar a 40 mil algunos)

Por eso, señor presidente Danilo Medina, el personal de un hospital debe dedicarse a vender ropas, zapatos, prendas de vestir, productos de cocina; much@s son prestamistas, llevar san, etc., para poder completar los recursos necesarios de sobrevivir.

Es por eso que, estoy convencido de que, quien esté interesado en resolver el problema sanitario del país y de manera especial, el servicio de los médic@s, debe partir de varias premisas.

1.- Un salario de base para el médic@ de 100 a 125 mil pesos al mes

2.- Aplicar las tandas de trabajo en los hospitales

3.- Que el médic@ trabaje en una sola tanda.

4.- Aplicar los incentivos necesarios, tanto por año de servicio, como por formación, metas.

5.- Incentivos especiales a los profesionales de la medicina que están en la línea, pueblos cercanos.

6.- Igual criterio debe aplicársele a los demás profesionales del sector salud.

7.- Trato especial debe ser para el personal dedicado a la investigación.

Obviamente que, en el fondo y dado el fracaso de las leyes 42-1 y 87-1, debe existir un convencimiento de que este sistema de salud y seguridad social hay que transformarlo, inevitablemente, por uno que no privilegie el negocio, la privatización, lo individual.

He afirmado en varias ocasiones que, el sistema de salud y seguridad social está estructurado para que solo beneficie a un 30/40 por ciento de la población. Y dentro de ésta, aun así, tienen que disponer de una buena suma de dinero para mantenerse en salud o enfrentar determinadas enfermedades que tienen un alto costo, por la naturaleza  terminar o crónica de la misma.

O sea, es un sistema de salud y seguridad social basado en un esquema mercurial, curativo, excluyente, quienes grandes beneficiarios son, los capitalistas de la medicina en sus diversas variantes: Grandes laboratorios, ARS privadas, Banca y corporaciones financieras, intermediari@s, etc.

Desde luego, esto ha sido posible, gracias al apoyo que estos sectores han recibido de los partidos tradicionales que han dirigido el país en los últimos 50 años (PRSC, PRD, PLD y sus socios) y de los que no cabe dudas, son los abanderados de este modelo de salud y seguridad social.

Por eso, no se trata de intervenir 36 hospitales, sino que HAY QUE TRANSFORMAR EL MODELO DE SALUD Y SEGURIDAD SOCIAL. DE LO CONTRARIO. TODO SEGUIRA IGUAL