La supuesta intercomunicación de la sociedad y la información volando a ras de segundos crea la “ilusión” de que manejamos mucho conocimiento, porque todo está a “tiro de un clic”. A pesar de esto, el devenir cotidiano sigue estando marcado por comportamientos idénticos a los del siglo pasado: seguimos reproduciendo las mismas barbaridades.

Espero que recordemos que en otros países las crisis políticas tuvieron repercusiones que todavía no hemos vivido y, como todo nos llega con retraso, ¿Nos encaminamos hacia allá? Por poner un ejemplo, recordemos a Ecuador (que hoy esta sumido en otra crisis) y su “Noche de tres presidentes”: La madrugada del 6 al 7 de febrero de 1997, Abdalá BucaramRosalía Arteaga y Fabián Alarcón reclamaban la presidencia de la república, luego de que el Congreso Nacional destituyera al entonces presidente Bucaram. Esto fue la culminación a una crisis caracterizada por inestabilidad política y económica y levantamientos populares, que habían culminado con el derrocamiento de los presidentes Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez.

Esa década también fue convulsa en República Dominicana: el fraude electoral de 1990, que declaró ganador al Partido Reformista en contra del Partido de la Liberación Dominicana, virtual ganador del proceso, pues había fortalecido su voto por la crisis del Partido Revolucionario Dominicano con la división de José Francisco Peña Gómez y Jacobo Majluta que acudieron como candidatos separados. El inolvidable boletín No. 10, emitido el 17 de mayo (al otro día de las elecciones), marcó la debacle que declaró ganador a Joaquín Balaguer.

A pesar de esa manera de ganar, en el 1994 Balaguer volvió a presentarse a elecciones. Un artículo publicado en el periódico Hoy en el 2012, de Tania Hidalgo, dice lo siguiente a este respecto: “En las elecciones de 1994 el líder reformista Joaquín Balaguer puso de manifiesto nueva vez su astucia para lograr retorcer la voluntad del electorado y mantenerse en el poder, aunque en esta oportunidad, que sería la última, su mandato fue reducido a dos años”. El PRD se había recuperado y se suponía que José Francisco Peña Gómez, verdadero líder de masas, al fin lograría ser presidente. El Acuerdo de Santo Domingo parecía una apuesta segura.  En esas elecciones los resultados electorales se emitieron el 2 de agosto, o sea casi tres meses después, declararon a Balaguer como ganador, con una ventaja de 22,281 votos sobre el PRD.

Ustedes saben lo que se armó. Había un gran malestar generalizado, se creó una Comisión de Verificación, la OEA se convirtió en mediador y no se nos puede olvidar la presencia permanente de la Embajadora de los Estados Unidos en todas las “negociaciones”. Pero, a pesar de las pruebas fehacientes de un segundo fraude electoral, todo concluyó con una negociación que redujo el período presidencial a dos años. Se firmó el Pacto por la Democracia y se organizaron elecciones en 1996. Ahí surgió la candidatura de Leonel Fernández con Jaime David Fernández Mirabal a la vicepresidencia.

En ese momento yo fui parte del paroxismo reinante: mi compueblano era candidato a la vicepresidencia, a pesar del apoyo de Balaguer, yo tenía confianza en que todo sería diferente. Recuerdo que ese marzo le entregué mis mellizos a mi mamá y le dije que, hasta que ganáramos dentro de tres meses son tus hijos, yo los veré de a ratos. Y tuve una conversación con esos enanos de 5 años donde les expliqué la importancia de lo que estaba sucediendo y que necesitaba su apoyo. Parece que fui muy convincente porque a los 15 días tuve que asistir a una reunión en el colegio donde me solicitaron “despolitizar” a los niños, porque se pasaban toda la clase haciendo campaña electoral.

Este amplio preámbulo para expresar lo siguiente: ESTAMOS HASTA LA CORONILLA. ¡Qué hartazgo tan absoluto de que nos sigan sometiendo a estos dimes y diretes! Aunque en las Primarias hay situaciones que me generan dudas he preferido asumir que sucedieron por azar.   

¿Cuáles?

  • Que no presentaran desde el inicio el mapa electoral: no logramos saber las demarcaciones de las que provenían los votos hasta casi al final de los reportes.
  • Que iniciaran el primer reporte con un precandidato arriba, tendencia que rara vez se revierte, y luego nos pasáramos más de una hora recibiendo información que contradecía todas las lógicas electorales; y el otro precandidato subía subía y subía. Y que, de repente, la tendencia volviera a cambiar. Al ver el mapa electoral supimos la explicación: habían dejado para último el sur. Reconozco que eso es algo que puede generar suspicacia, fue una circularidad perfecta.

De verdad yo quisiera que como hay denuncias, pero no pruebas, todo esto se quede hasta ahí y nos tranquilicemos,  ¿Cómo puede superar la pobreza un país que gasta RD $2,416,845,800 en organizarle unas Primarias a dos partidos políticos? Sin contar todo el dinero que gastaron en la campaña electoral. Y, cuando pensábamos que descansaríamos al menos unos días del tejemaneje, nos tengan en la zozobra del fraude, del quién ganó y quién se quedará con el triunfo. No ombe, no, ya está bueno. Déjennos en paz y resuelvan su asunto entre ustedes.

Sinceramente, debería darnos vergüenza. Esta falta de prigilio debe detenerse. Estamos al borde de pensar que nos perdimos sin posibilidad de encontrarnos, ¿Cómo puede sostenerse y desarrollarse un país pasándose todo el tiempo en campaña electoral? ¿Nos parece sostenible? Los días y las noches, las fiestas y los descansos; todo permeado por la campaña, ¿Ahora vamos a estar hasta mayo en denuncias?

Me niego, y quiero creer que la sociedad entera se niega, ¿Qué deberíamos estar haciendo de aquí a mayo y más allá? Yo quiero insistir en que nos dediquemos a construir el mundo que nos merecemos. Vinculado a la construcción de ciudanía activa. Donde el DEBER SER y el SER no funcionen desde distancias infranqueables. Un mundo en donde lo cotidiano y el hacer se vincula al discurso.

Si queremos dejar de quejarnos de lo que acontece, es urgente desbancarnos de esta lucha de poder por el poder y que aprehendamos que la integridad es consustancial a la convivencia. Las dinámicas humanas e institucionales tienen la urgencia de cambiar. Por favor dejemos de actuar como si todo girara en torno a una o dos personas.

Evolucionemos, construyamos ciudadanía, corrijamos todos los errores evidenciados en las Primarias, para que nada de eso sea un riesgo en las elecciones generales y déjennos respirar, trabajar, bailar, caminar, pensar en la inmortalidad del cangrejo, VIVIR,  sin que el tema de conversación sea elecciones y campañas electorales.