Después, muchos años de estudios y de reflexiones sobre la planificación territorial, la planificación urbana, indicativa o estratégica, hoy se evidencia que para planificar, en un territorio o en una ciudad, no son necesarios esos planes largos, esotéricos, rebuscados, enciclopédicos, universalistas como solían ser todos esos documentos que durante años y años, se elaboraron sin aplicarlos.
Las estrategias globales se han impuestas, las adaptaciones también, no solo en el país. El plan era como una tarea obligatoria, un modelo, y después del FODA reductor, repetitivo y esquemático, se pensaba lograr un modelo idealizado de territorio: se pretendía, lograr muchos objetivos, sin presupuesto suficiente, sin autonomía real, sin catastro municipal de las propiedades y de la tierra, sin legitimidad, ni darse los recursos humanos ni jurídicos para ello. Ningún plan estratégico se ejecutó en el país y muy pocos en América Latina. El Distrito Nacional no escapo a esa realidad.
Sin embargo, hoy, el síndico de Santo Domingo, David Collado presento su plan, desconociendo esa realidad. Abstracto, general, como todos sus antecesores, abarcador de todas las concepciones ideológicas actuales: sostenibilidad, vulnerabilidad, riesgos, resiliencia, cohesión territorial, conectividad , accesibilidad, y gobernanza, .. el plan requiere ahora de otras normativas que dilataran cualquier acción de gobierno municipal y no sabemos ni cuándo, ni como, se ejecutaran. todas esas buenas intenciones .
Un plan encantador presentado como todos con la magia del power point, pero ningún anuncio de una medida operativa, pragmática. Ni Amín Abel Santos, de Planeamiento Urbano, respetado de todos, supo decirnos como iba a “desterritorializar a las empresas peligrosas” de la ciudad cuando todos esperaban esa medida, sencilla, sacar las industrias del D.N.. Su discurso cumplió otro objetivo: ni ofensa ni susto, ni preocupación, de lenguaje expresamente “light” solo agrado para opacar a una gestión municipal, (del PRM), que nunca arranco, por eso, ni provoco estridencias, ni choques de opiniones, porque a la fecha, la gestión municipal del PRM no enfrento ningún problema real de la ciudad: el “modelo de gestión” piloteado por David Collado va en rieles seguros, ni choca, ni chilla, ni se descarrila, esta rodeado de asesores provenientes del grupo Sans Souci que garantizan el respaldo del mayor grupo empresarial del país, con una gestión con “guantes de seda” pero nadie sabe, a dónde va, a quien atiende, que proyección tiene, es invisible, no hace ruido y en esos asuntos, se necesitan informaciones, publicaciones, consultas y elecciones.
Después la explosión en Villa Agrícolas, la del 12 de la Sánchez y de Los Alcarrizos, se esperaban medidas pero no vinieron: ni regulación, ni reubicación: la intervención del Estado sustituyo las del sector industrial involucrado muy ocupado, en sus negociaciones discretas que hicieron salir de los medios de comunicación, la cuestión embarazosa de esa localización desafortunada, en menos de quince días. Y se escuchó, otra explosión, en Los Alcarrizos, pero esta, a pesar de sus muertos, se esfumo de los diarios, en cuestión de horas.
David Collado debería mirar hacia Santiago de los Caballeros donde un síndico demostró que la gestión de la ciudad, no es cuestión de genialidad, ni de diplomas, es un asunto de sentido común, de autoridad y marketing publicitario. También podría estudiar el modelo de gestión urbana de Bogotá en la gestión de Gustavo Petro o de Antanas Mokus, en las cuales se destacaron no solo la voluntad de resolver el problema de las fugas de agua, el armamentismo en la ciudad, del transporte público y se logró la activa participación de los usuarios.
David Collado debía elaborar para cada barrio, (70 sin la zona colonial) con sus juntas de vecinos o en asambleas, un decálogo de sus principales problemas internos, y con esto, ya tendría una agenda de trabajo. Solo con 10 acciones resuelve los problemas de los barrios y enlaza con los problemas mayores, generales a la ciudad, con el gobierno central. Ej. De Gascue y Lugo:
- Controlar, ya, la densificación excesiva de esos barrios y recuperar lo que queda del patrimonio arquitectónico, como ocurrió con algunas casonas recuperadas por el Poder Judicial:
- Reducir la congestión del sistema vial interno de esos barrios prohibiendo a las voladoras – que para acortar sus rutas entre avenidas (Bolivar e Independencia)- lo usan,
- Multar fuertemente, la ocupación de las aceras como parqueos, en la calle Santiago, en la Bolívar y regular el parqueo en un solo lado,
- Prohibir y cerrar los negocios que disfrazan actividades con otras,
- Podar y arreglar las aceras destruidas por las raíces no mantenidas de esos arboles,
- Modernizar el tendido eléctrico obsoleto, postes de luz de madera a reemplazar,
- Reemplazar las tapas de la CAASD mal colocadas,
- Reducir lo más posible, los obstáculos, hoyos y cloacas abiertas en las aceras,
- Actuar frente a la proliferación de animales realengos (gatos, perros) y esterilización de las hembras.
- Publicar realmente los horarios de recogida de la basura e iniciar el reciclaje real con una educación ciudadana previa a los empleados del Ayuntamiento y a la ciudadania.
Señor Sindico, tiene ahí, un “cuadro de los problemas de Gascue y Lugo”. Era fácil elaborar un tal cuaderno por barrio, enlazándolos con necesidades de nivel superior (vertedero, medio ambiente, vialidad, seguridad) para proponer a la ciudadanía, su visión global sobre el territorio llamado Distrito Nacional, donde no puede faltar seguridad en los espacios públicos (como el Malecón, control de la velocidad de los vehículos) acción a favor de la niñez en soledad, educación ciudadano, solidaria y responsable en programas de educación hechos por profesionales, políticas de multas a todas los terrenos baldíos que afean la ciudad y engrosan las economías de esos especuladores, políticas de reubicación de organismos mal ubicados, desconcentración de algunas instituciones, cambios de horarios y ensayos de horarios laborales de noche par descongestionar la ciudad de dia y la colocación de cámaras en todos los edificios públicos, así como la formación de una policía municipal, moderna, ciudadana y orientadora.
En estas sencillas medidas reajustadas a cada barrio de la capital, Señor, sindico, David Collado ud, tenía un plan de Gobierno Municipal, que podía haber arrancado hace dos años.