Como si fuera un manual de instrucciones para reparar cosas dañadas, en 17 años se ha reformado tres veces la Constitución, y se habla de hacer una cuarta reforma en días próximos; todo para hacer arreglos de intereses políticos sectarios.
Es insólito que se reforme la Constitución en una media de una vez cada cuatro años.
Porque se supone que una reforma a la Constitución debe hacerse para adecuarla a cambios sociales y políticos sustanciales que acumulan y se hacen concretos en décadas en una sociedad.
Como otras en estos 17 años, la que se propone ahora tiene el despropósito esencial de abrir la posibilidad de que el presidente Danilo Medina pueda postularse en el 2024, lo que sería ponerle en bandeja de plata al PLD que pueda quedarse más allá del 2020.
Aquí la cuestión es tener buen juicio político para darse cuenta de que esa reforma beneficia al Danilismo, y a más nadie. Porque si se le habilita la posibilidad de regresar en el 2024, eso mantendría su gente unida, con poca o ninguna desafección; le elevaría la subjetividad en la campaña de ahora; dicho sea, tanto como se necesite; ahora, que controla todos los estamentos del Estado y del principal partido, y busca continuar en el poder a través de uno de los suyos.
En ejercicio del poder y el control de la nómina general y del presupuesto públicos; en competencia actual por mantener ese control, y con la posibilidad de volver en el 2024 ¿Quiénes y cuántos se irían del Danilismo?
Más allá de este cálculo político, la pretendida reforma debe ser vista también a partir de si se tiene o no interés por el fortalecimiento de la institucionalidad democrática; y si se tiene interés, entonces hay que considerar que es contraproducente estar reformando la Constitución a cada rato, cualquierizándola, y más, si es para mantener al país atado a los designios de quienes en algún momento han quedado encantados con la condición de presidente de la república.
Desde 1966, 53 años desde entonces, cuatro personas han gobernado en suma 47 años. Dos de estos aspiran a gobernar otra vez a partir del 2020, y Danilo Medina no ha terminado su mandato, quería seguir de corrido, no pudo, y quiere volver en el 2024.
La reforma constitucional que se dice se hará en días próximos, mantendría ese círculo vicioso, y la actitud que se asuma frente a la misma dirá mucho principalmente del PRM; y de si este estaría dispuesto en caso de ser gobierno, a mover el país hacia delante, superar el "quítate tú para ponerme yo", e impulsar unos cambios democráticos así sean mínimos.