Sigue disminuyendo la confianza de la ciudadanía en sus dirigentes del pasado. La mayoría de lo políticos tradicionales no se dan cuenta que el mundo ha cambiado menos ellos. A gran parte de la juventud le importa poco lo que dicen y hacen los políticos. Muchos se consideran apolíticos y prefieren abstenerse de participar en la actividad política.

Esta tribu política que tenemos no se adecua a las circunstancias de la actualidad, sino que generan disputas por cuestiones meramente insignificantes. En vez de asumir la autocrítica para replantear nuevas formas de ejercer la política en sus partidos, optan por crear más problemas por codicia individual o intereses de grupos.

Mentiras, engaños y discursos alejados de lo que practican es lo que les caracteriza. Dicen representar a sus electores, pero no acatan los reclamos que les hacen.

La cultura política dominicana rebozada de clientelismo, nepotismo, corrupción e impunidad, tiene asqueada a la ciudadanía. Urge una nueva cultura política que transforme por completo el sistema político.

No hay forma posible de que los partidos tradicionales cambien esa cultura política porque se sostienen de ella y la historia ha demostrado que en sus 12 gobiernos y 42 años no han tenido la voluntad política de cambiarla.

"El castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la política es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos"  Platón

Urge reivindicar la política y crear una nueva cultura política apegada al Estado de Derecho y a una democracia participativa. "La política no es una especulación; es la ciencia más pura y digna después de la filosofía de ocupar las inteligencias nobles", afirmó una vez nuestro Padre de la Patria Juan Pablo Duarte.

La política se sustenta en ideas, propuestas y acciones para obtener o mantener el poder con el fin satisfacer necesidades individuales y colectivas. Necesitamos políticos que cumplan y hagan cumplir las leyes sin distinción. Con indiferencia política no lograremos la libertad que anhelamos, sino todo lo contrario, contribuimos a que todo permanezca igual o peor, le abrimos la puerta a una nueva dictadura constitucional.