No le están dejando otra alternativa al pueblo dominicano, ante tantas violaciones a nuestros derechos fundamentales, abusos de poder, robo descarado al erario, secuestro de nuestras instituciones por una partida de delincuentes que han llegado al Estado Dominicano para hacerse megamillonarios, ¿qué podemos hacer?, pensar en la posibilidad de cambios vía elecciones es pecar de ingenuidad.

Tendremos que invocar al Cacique Guarocuya, a nuestros héroes de nuestra independencia, de la Restauración, a los hombres y mujeres que lucharon contra la dictadura del sátrapa Trujillo, a la raza inmortal del 14 de junio, al pueblo que se lanzó a las calles a defender la Patria del invasor en el año 1965, a los caídos en los 12 años de Balaguer, y a tantos otros que derramaron su sangre pura por la libertad y la justicia de nuestro pueblo, pero lo invocaremos para luchar con las armas en las manos, sino nos dejan otra opción, tendremos que teñir de sangre nuestras calles de nuevos mártires, pero no sin antes ligarlas a la de los traidores vende patrias que nos han conducido a este estado de cosas solo comparable con el infierno.

Están jugando con candela, no saben lo que es un grupo de hombres y mujeres decididos a darlo todo en aras de la justicia de nuestro pueblo, esta sed de justicia se hace mayor con nuestra impotencia diaria que experimentamos ante tanta indolencia de nuestra clase gobernante, estamos viviendo en una sociedad totalmente descompuesta, a partir de la misma no podemos crear algo nuevo y sano, necesario es cortar de un tajo las ramas secas, lanzar al basurero de la historia las frutas podridas que contaminan y condenan cada vez la suerte de nuestro pueblo a la oscuridad total.

La metralla corajuda es la salida humana para tanta inmundicia y perversidad, porque vivimos el reino de la doble moral, es la era de la mentira, de políticos mentirosos y rastreros, empresarios depravados, falsos revolucionarios (que sus nombres están en la nomina del presupuesto de la nación), y un pueblo abandonado a la suerte de estos chacales sin escrúpulos siempre dispuestos a comerse las carnes de sus presas.

Tengan la seguridad que por cualquier vía obtendremos la libertad, Dios permita que sea por su poder que la alcancemos, pero que a nadie le quepa ninguna duda de nuestro determinación de hacer cuanto tengamos, pues si nuestro martirio sirviera como abono para hacer florecer la justicia en nuestro pueblo, pues diré como reza en la puerta principal de acceso al parque independencia, donde se encuentra el Altar de la Patria donde reposan los restos de los Padres de la Patria:  "Dulce et decorum est pro patria mori".