¿Por qué la frase presidencial dictada en la Asamblea General de las Naciones Unidas deba repetirla nuestro canciller, Roberto Álvarez, de nuevo? ¿Cuál interlocutor no escuchó e insiste «sotto voce» reclamando una solución dominicana? Todos a una, como dice Fuenteovejuna, pero no nos enteramos quien exige tal “aberración”, ya que sería un “fideicomiso” o un “protectorado” que, mediante resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se nos imponga ese mandato y que República Dominicana lo implemente “haciéndose cargo de la desastrosa «Minustah» y la Fundación Clinton. ¿Me equivoco?

Seguiré equivocándome, porque si por lo bajo se insiste es para provocarnos a declarar una intención paralela que tiene la “tergiversada” versión “haitiana” de la historia ya que sostienen que toda la isla fue una sola colonia francesa al momento de “su” “independencia” gestada por Dessalines, y la independencia dominicana no existe porque formalmente el Acta fue una separación y no una independencia. Sin embargo, separados estamos y, eso, es un “fait acompli”. Pero el momento no es de litigios histórico-legales.

Los “blandengues” del patio que insisten en los “Derechos Humanos” y en el tratamiento humanitario de los “refugiados haitianos” podrían caer en otra trampa: la declaración del Estatus de “Minoría Nacional”, que bajo la protección de las Naciones Unidas adquirirían “estatus” especial si no se aclaran las condiciones de apatridia que se mantiene con los casos de los “arrayanos” (los hijos de los haitianos “ilegales” nacidos.en territorio dominicano pero no legalmente reconocidos como tales y criados fuera de la cultura dominicana).

El Asunto tiene una historia larga, marcada con la reacción “persecutoria” y “la masacre del perejil” del régimen de Rafael Leonidas Trujillo Molina, que algunas personas la añoran en este diferendo ¡contra fantasmas!

En el período en que estuve en el Palacio Nacional, allá por los años noventa del siglo pasado, surgió una crisis con Haití y hubo una reacción solapada de hacer de República Dominicana un país de refugio aceptando campamentos en el lado dominicano de la frontera. Entonces, Joaquín Balaguer estuvo «solo contra fantasmas». Acuérdense que estos campamentos de refugiados es una solución “a medias” porque el problema sigue creciendo en vez de disminuir. ¿Olvidan el caso del Líbano con los refugiados palestinos? ¿Recuerdan los refugiados camboyanos en Tailandia durante el conflicto en Indochina? Más reciente: ¿no es «la cruz» de Afganistán y su vecino Pakistán (perdonen los musulmanes)?

Si hay que repetir la admonición a un fantasma componedor de soluciones que les quiten la responsabilidad a las “potencias de turno”   ̶ en este caso, EE.UU. (por el  siglo que lleva interviniendo Haití sin resolver), Francia (por imponer un pago a la “independencia haitiana” hasta saldarla en el siglo XX) y Canadá, este último por el peso político de la “comunidad haitiana” en Montreal ̶  ya que evidentemente, es sospechoso que la “chusma-pandillesca” política haitiana tiene una vocinglería de núcleos propios de factura dominico-hatiana y algunos insensatos dominicanos que no entienden el «rebú» (palabra nacida por un enfrentamiento entre las dos colonias de la isla en el río Rebouc, en el norte de Haití, cuando la frontera se adentraba más allá que la actual) en que estamos metidos luchando contra fantasmas.

Don Luis Abinader, la verdad relucirá, aunque los insensatos no la reconozcan. Desean disfrazar la unificación de la isla a través de los Estatutos de las Naciones Unidas. ¡Siga paʹlante! ¡Haití para los haitianos! ¡Dominicana para los dominicanos! ¡Hoy, mañana y siempre!

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Para los que necesitan conocer el rol de Naciones Unidas, les remito al texto Declaración de los derechos de las personas pertenecientes a Minorías nacionales o étnicas, religiosas y linguísticas, disponible en el enlace siguiente:

https://www.ohchr.org/SP/Issues/Minorities/Pages/Publications.aspx

Además, revisar el texto Promoción y protección de los derechos de las minorías: Guía para defensores, en el mismo enlace.