Existe una sentencia contra la desviación de fondos de la Seguridad Social. El rol del SENASA no es financiar  déficits hospitalarios, sino incentivar su desempeño. ¿Qué pasaría si los demás hospitales solicitaran adelantos?

La semana pasada, ante la denuncia responsable del personal médico sobre las precariedades del Hospital Infantil Robert Read Cabral, el titular de SISALRIL planteó la necesidad de auxiliar a ese centro, “inyectando unos 100 millones de pesos” de un excedente de 517 millones alcanzado por el SENASA, “con cargo a futuras transferencias del SENASA”.

Esa propuesta contraviene un principio esencial de la Ley 87-01, el cual no sólo establece claramente la separación y especialización de los fondos de los tres seguros, sino además, impide traspasos entre los componentes del mismo seguro. La función del SENASA no es financiar déficits hospitalarios, sino incentivar su adecuado desempeño. ¿Qué pasaría si los demás hospitales solicitaran el mismo trato? Adelantar incentivos es desnaturalizarlos.

Existe una condena jurídica por la desviación de fondos de la Seguridad Social. Hace unos años el Colegio Médico Dominicano (CMD) interpuso un recurso de amparo, y logró una sentencia revocando una Resolución del CNSS que dispuso la devolución de 10,000 millones de pesos del Seguro de Riesgos Laborales (SRL), a los empleadores, al Estado y a las centrales sindicales.

Afortunadamente la propuesta ha sido rechazada por el Vice Ministro de Salud Pública, Nelson Rodríguez Moreno, por Altagracia Guzmán, Directora del SENASA, y por sectores de la opinión pública, por considerarla improcedente y contraria a los legítimos intereses de la población más pobre y vulnerable, subsidiada y pendiente de subsidiar.

Premiar la eficiencia del SENASA, nunca penalizarlo

5% del PIB antes del 2020. Todos sabemos que las precariedades denunciadas, comunes a la gran mayoría de los centros públicos, son el resultado del insuficiente gasto público en salud, el cual en este año apenas llega al 1.8% del PIB, cuando la OPS/OMS recomienda un 5%. Actualmente existe una creciente demanda de gremios de salud, de grupos de la sociedad civil y de Seguridad Social para todos, a favor del incremento gradual del gasto público en salud, hasta llegar al 5% del PIB, antes del 2020.

El Robert Read Cabral necesita y merece una asignación mensual más acorde con los valiosos servicios que presta a la población infantil del país. Pero con cargo al presupuesto del Ministerio de Salud Pública (MSP), y bajo ningún concepto, comprometiendo el dinero especializado para el cuidado de la salud de los afiliados más pobres y vulnerables.

Lejos de penalizar al SENASA hay que premiarlo, por su adecuado desempeño, tan inusual en el sector público. Dentro del Régimen Subsidiado existen muchas formas legítimas de emplear dicho  excedente: 1) afiliando a un mayor número de familias pobres, aún excluidas; 2) mejorando los incentivos al personal de salud, reduciendo quejas sobre el monto y su distribución; y 3) ampliando la reserva financiera para atender casos catastróficos, diferidos en el tiempo.