Por una situación familiar he estado en estos últimos días, mucho tiempo, en una clínica de la ciudad.
Tener un padre, madre, hermana, hijo enfermo moviliza a todo el sistema familiar, pues como dice la sabiduría popular, es uno de los contextos donde se conocen los verdaderos sistemas de apoyo con que contamos.
Una de las tardes que pasé un buen rato estaba también una madre joven con su niño de aproximadamente 4 años, visitando al abuelo. Los familiares, todos en un pasillo fuera de la sala de cuidados intensivos, en una particular situación emocional, a la espera de noticias. El niño corría por todo el pasillo, se tiraba en el suelo, tomaba los teléfonos de los padres, se acostaba en los sillones, se reía. La madre hizo tres intentos de “tiempo fuera” completamente improductivos. Le pedía de favor que se mantuviera sentado; le rogaba que no corriera y que hiciera silencio; le amenazaba con castigarlo si seguía tirándose en el suelo. Todas estas acciones, con muy buena intención, no tenían ningún resultado en el cambio de conducta del niño. El sólo miraba a su madre cada vez que ella le hablaba y al minuto regresaba a lo que había dejado pendiente.
Muchas veces, por desconocimiento, tenemos expectativas irreales acerca de la conducta de los niños. Un niño en esta etapa de desarrollo necesita moverse, crear, pensar y esto es lo que hace con su conducta
Con cuidado y cariño llamé a la madre y le expliqué la razón de la conducta de su hijo. Sencillamente estaba aburrido y como niño inteligente buscaba formas, en este pobre contexto, para salir de él. Cualquier niño lo haría igual y qué bueno que en vez de quedarse tranquilo, buscaba alternativas creativas para “ser niño”.
Muchas veces, por desconocimiento, tenemos expectativas irreales acerca de la conducta de los niños. Un niño en esta etapa de desarrollo necesita moverse, crear, pensar y esto es lo que hace con su conducta. Lo natural, lo esperable era justamente lo que este niño estaba haciendo, pero su madre no lo entendía.
Una de las técnicas de conducta que recomendamos para niños de esta edad es "controlar el contexto", así se llama. Esta madre intentaba controlar la conducta, la recomendación, siempre que se pueda es: no controlar la conducta, sino el contexto en que la conducta ocurre.
¿Cómo se controla el contexto y no la conducta?
No llevándolos a clínicas, hospitales y centros de salud a menos que estén enfermos.
Poniendo fuera de su alcance detergentes, artículos de limpieza o sustancias peligrosas. Estos artículos, regularmente se guardan en un gabinete debajo. Cuando tenemos niños pequeños se deben colocar en la parte más alta, donde ellos no los alcanzan.
No llevarlos a reuniones ni lugares para adultos. En caso de que no tenga otra alternativa coordine con las personas de la casa que visitaran o lleve sus juegos para que se ocupen en otro espacio de la casa.
La cocina es uno de los lugares más atractivos para los niños por la variedad de estímulos que encuentran. Permita que jueguen, pero controle el contexto sacando de su alcance cuchillos y artículos cortantes que les puedan causar daño. así como sustancias que puedan ingerir.
Coloque la TV en un área común de la casa y no en la habitación de los niños.
Estas son sólo algunas situaciones que pueden servir de ejemplo para aprender el control del contexto y no de la conducta, cuando en las familias hay niños y niñas pequeños.
Una clínica no es un lugar adecuado para un niño de esta edad, no sólo porque hay pocos estímulos atractivos para ellos, sino por el riesgo que representa para su salud. Cuando tenemos un familiar enfermo y niños de esta edad, tenemos que coordinar con la pareja, los familiares o amigos y turnarse para no ir juntos a la clínica y así poder cuidar a los niños en la casa o en otro lugar.
Hay otras soluciones creativas para el manejo de los niños pequeños cuando tenemos un familiar ingresado: Los padres y madres pueden hacer visitas más cortas y frecuentes, en vez de visitas largas. Pueden ir a la clínica en momentos en que ellos están en el colegio, durmiendo o en actividades extra curriculares. Explíqueles a sus familiares la razón de este formato.
Si los niños quieren visitar a su familiar y no hay condiciones, también hay formas de integrarlos. Pídales que hagan un dibujo para el abuelo, por ejemplo, y esto los animará. Ahora con los teléfonos inteligentes hay miles de formas de hacer esto. Tomar fotos, hacer videos, hacer un mensaje de audio, conversar por Face Time, Skype y todos los que sus recursos les permitan. Un mensaje de voz grabado con cariño, le hace bien tanto a sus hijo como al enfermo que está en cama.
Sé que la circunstancia de cada familia es particular y que a veces no contamos con sistema de apoyo suficientes para hacer las cosas de la mejor manera, pero también sé que siempre hay soluciones, es sólo pensar que las hay, consultar con personas que nos puedan ayudar, o buscar material acerca de estos temas.
Los niños y niñas son parte de la familia y tenemos que integrarlos para desarrollar el sentido de pertenencia en ellos, pero siempre de acuerdo a su etapa de desarrollo, conociendo lo que podemos esperar de ellos y sin poner en riesgo su salud y su vida.
@solangealvara2