La tarea política central del 2022 debe ser desarrollar la movilización política y social de los trabajadores y demás sectores populares, y en ese proceso, unir las reservas patrióticas, democráticas, y de izquierda de la nación, para construir una opción política de poder, unitaria y diversa en su composición. Más allá de los grupos, movimientos y partidos constituidos; pero incluyéndolos con toda su importancia, y nunca contra estos grupos.
Este proyecto debiera proponerse de manera clara relevar al actual gobierno en el 2024, y cerrar el paso a la posibilidad de regreso al poder del peledeísmo, llámese danilismo, leonelismo, o cualquiera de sus derivaciones.
Convertir al pueblo participante, en el escenario y punto de partida para la unidad y la construcción de esa opción de poder. Unir MÁS izquierda y progresismo en este contexto, sobre la base de un programa político mínimo, que también surja de la participación popular.
La izquierda y el progresismo nos hemos unido infinidad de veces, e infinidad de veces nos hemos desunido. En infinidad de veces, de cada unidad lograda han surgido más divisiones y enconos personales que la cantidad de grupos originarios de esa unidad. Cuando se unieron tres, de las divisiones salieron cinco y hasta más nuevos grupos.
Ha habido esfuerzos de unidad de izquierda grandes y fuertes, el Frente de Izquierda Dominicana, FID; la Izquierda Unida; Unidad Socialista; la Unión Caamañista Revolucionaria, UCR; Unidad del Pueblo. Muchos. Y se han dispersado, sin que hasta el momento hayamos evaluado esas experiencias, y por el contrario se sigue reclamando la unidad como si nada; y hasta buscando adjetivos para calificar nuevas iniciativas unitarias.
Hay que tomar en cuenta esas experiencias fallidas, para aprender y volver a hacerlo con la seguridad mínima de que habrá MÁS izquierda en unidad trascendente.
Hay que insistir en la necesidad de la unidad progresista y de izquierda. Trabajar con desprendimiento y más entusiasmo para lograrla. Pero tenemos que ser inteligentes y buscar maneras nuevas.
No hay que desmayar en ese esfuerzo por más desafortunadas que hayan sido las experiencias, casi todas, las que hayamos sufrido.
Hay que tener presente la inteligencia de Alberto Einstein cuando decía que "locura es hacer una y otra vez lo mismo, y esperar resultados diferentes".
Y en ese espíritu, probar caminos y formas nuevas para la unidad; que garanticen sea fuerte y duradera, e integre a MÁS izquierda y progresismo que la de los grupos ya constituidos. Hay mucho más izquierda y progresismo en la sociedad, y deben ser determinantes en un proyecto unitario de poder.
Porque hay que presentar un proyecto creíble de poder. Sólo la irrupción con fuerza en la sociedad puede voltear las miradas de una mayoría hacia nosotros, los de MÁS izquierda y progresismo. La irrupción fuerte, creíble, puede vencer el maleficio de las tantas unidades fracasadas.
Sólo la irrupción fuerte, creíble, puede hacer grietas al clientelismo dominante en el sistema electoral dominicano, y lograr que una mayoría nos vea como opción de poder, y entonces valore que puede poner su presente y futuro de vida en nuestras manos.
No podemos salir con nada que parezca testimonio de carrera; ni como gimnasia política.
Hay que tener responsabilidad y vergüenza históricas, y atrevemos a explorar caminos y métodos nuevos; para abandonar la competencia burda, y dar paso a la emulación sana, y la complementariedad de desarrollos y cualidades.
Este 2022 nos convoca a mucha inteligencia y trabajo para la lucha cívica de masas, y construir una opción unitaria de poder hacia el 2024.