El mes de agosto, desde hace 10 años llega con la noticia de la celebración de 12 meses más de trabajo con mujeres que han denunciado violencia de pareja en el Distrito Nacional.
Mujeres que socialmente y desde fuera, son vistas como débiles por soportar la violencia, pero que frente a un equipo multidisciplinario de profesionales que día a día han escuchado sus historias, sus luchas y victorias, se develan como verdaderas heroínas. Mujeres que solo a través de la fuerza descomunal que tienen han podido soportar todo tipo de vejámenes en obediencia a una cultura machista que las obliga al sacrificio a cambio del amor.
Este equipo, durante estos 10 años lo que ha experimentado es que cuando esa mujer logra mirar lo vivido y llamarlo como se llama: violencia, aprende a redireccionar toda esa fuerza para salvar su vida, crecer, desarrollarse y ser feliz. ¿Que son débiles? imposible ¿Frágiles? jamás. Cada día de estos 10 años nos han dado lecciones de fortaleza, creatividad y voluntad para levantarse y volar por encima de la violencia y el dolor que esta provoca.
Con la escandalosa cifra de feminicidios que cada año tenemos en el país, el hecho de que ninguna de las 6,844 mujeres que ingresaron al Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia durante estos 10 años ha sido asesinada por su pareja, no solo muestra el camino a seguir para disminuir estas cifras, sino además la respuesta asertiva que saben dar las mujeres cuando son adecuadamente acompañadas, informadas y dotadas de herramientas para preservar sus vidas.
Esta tasa 0 de asesinato de las mujeres atendidas durante estos 10 años, es el principal indicador de impacto que podemos presentar.
Un promedio de 58 mujeres cada mes, en estos 10 años, han decidido dejar de ser víctimas para convertirse en sobrevivientes y luego de denunciar a su agresor, han tenido la valentía de asistir a nuestros servicios para su recuperación.
En este lugar tienen la oportunidad de recibir atención psicológica individual y evaluación psiquiátrica; terapia grupal en tres modalidades y terapia psico corporal. Además posibilidades de ser independientes económicamente a través del acceso a micro créditos a bajo interés o integrándose a comunidades de auto ahorro y préstamos, todo esto sostenido en educación financiera y de emprendedurismo, para su desarrollo. De igual modo reciben asesoría legal para el reconocimiento de sus derechos y acceso a redes de atención en salud y educación para ellas, sus hijos e hijas.
Nuestras mujeres cantan, tocan flauta y guitarra dándole la bienvenida a la vida y desarrollando competencias para sanar.
Nuestras mujeres han vuelto a reír y a mostrar el rostro, luego de recuperar la dentadura perdida, producto de la golpiza.
Nuestras mujeres han vuelto a escuchar con un audífono ya que la fuerza brutal de su agresor que rompió su tímpano, no pudo con sus ganas de vivir y tener hoy un trabajo digno.
El informe ejecutivo del Banco ADOPEM, con quien tenemos una alianza de colaboración, nos reporta que durante estos 10 años se han desembolsado $7, 605,000.00 pesos, monto que ha sido aplicado completamente a la microempresa aportando no sólo al desarrollo de las mujeres, sino también a la economía del país. Es una cartera limpia con tasa 0 de mora, lo que significa que las mujeres cumplen a tiempo con sus compromisos financieros.
Un contexto de desarrollo y de soporte emocional como este es el que necesita una mujer para poder lidiar con las complejidades del proceso penal donde ella es víctima, principal testigo y quien debe personalmente dar seguimiento a su caso con todas las dificultades conocidas, producto de nuestro frágil sistema judicial.
Diez años marcan el cierre de un ciclo, el inicio de otro y como es nuestra actitud ante la vida, solo esperamos regalos, bendiciones, más alianzas productivas, más crecimiento, oportunidades, en fin, cambios positivos para poder seguir haciendo un trabajo desde las fortalezas de las mujeres dominicanas para su derecho a tener una vida digna y libre de violencia.