Hipólito Mejía, como candidato del PRD, clama por una campaña limpia y sin ofensas para nadie. Es un llamado sincero que ha expresado a sus más cercanos colaboradores y  también, públicamente a todos sus seguidores.

Danilo Medina, el candidato por el PLD, hizo su acto de proclamación el domingo 28-8-11 y en algunas de sus expresiones quedó la sutil insinuación  a la mordacidad contra su oponente electoral. Aunque no mencionó el nombre de Hipólito Mejía, en el discurrir de su discurso se esparció la semilla de la confrontación ácida y despiadada. Ni en ese discurso ni en ningún momento él ha respondido la exhortación a la moderación que reiteradamente hace su oponente.

Danilo Medina ha insinuado demagogia en las promesas del candidato del PRD, pero yerra en este juicio equivocado. Ignora que los hombres como Hipólito Mejía, no pueden ser demagogos. La demagogia es propia de quienes suelen utilizar un discurso más enriquecido por los recursos gramaticales. El buen dominio de la dialéctica en los políticos inescrupulosos, facilita la manipulación de las palabras hacia los peores fines, entre ellos, el engaño asociado a la demagogia, muy común en el peledeísmo más auténtico.

Los hombres honestos, no pueden ser demagogos. Estas personas no juegan con las palabras. Su discurso fluye espontáneo, siempre son sinceros y sus palabras jamás engañan a  otros  porque son esclavos de sus principios. La verdad fluye  en ellos espontáneamente, aun cuando no se lo proponen. La demagogia es insinceridad y mentira. No se asocia al estilo popular y sincero de Hipólito Mejía. Por tanto, se puede creer en todo lo que promete.

En ese acto, Danilo Medina dijo que tenía un látigo para los corruptos,  sin embargo, se expresó así ante los más connotados acusados de corrupción en el actual gobierno peledeísta. Ellos aportarán sus esfuerzos y recursos para que gane la Presidencia de la República ¿no es demagogia decir que tiene un látigo para perseguir a quienes le ayudarían a llegar al poder y a gobernar?

Entre peledeístas es frecuente calificar como chercha el discurso popular de Hipólito Mejía, es la forma de reducir el estilo particular que tiene para llegar a las masas. Escribía en otro ocasión que entre los objetivos de la campaña electoral del PLD, estaba el descalificar la exitosa consigna llegó papá con la intención de restarle eficacia. Este fue el inútil empeño del Secretario General del PLD cuando habló al público presente. Las referencias negativas que hizo sobre este eslogan, expresan lo mucho que le preocupa su utilidad en la promoción de Hipólito Mejía.

Las redes sociales están llenas de perversidades e improperios  contra el candidato del PRD, es conocido que proceden de un grupo de "interactivos" del PLD, los mismos que llaman asiduamente a los medios de comunicación para defender la causa oficial, votar por el PLD en las encuestas que se hacen en los programas radiales y atacar a la oposición y a su candidato. Estos tipos no tienen reparos en decir barbaridades contra la honorabilidad de cualquier persona. Se les paga por tal iniquidad. Son dirigidos por un reconocido periodista peledeísta a quien se le ha encargado esa misión.

El ex presidente Mejía, reniega utilizar un lenguaje áspero y ofensivo en esta campaña electoral, sin embargo, el PRD no se puede descuidar con el tipo de campaña que ya el PLD está demostrando. Está muy bien la iniciativa de procurar el respeto mutuo en el discurso de campaña. Pero ese respeto no será reciprocado por el PLD. No es su estilo. Su gente siempre ha hecho una campaña agresiva e inescrupulosa y no parece dispuesto a corresponder con el llamado a un proceso respetuoso. Este partido apuesta al amedrentamiento, al descrédito y a la descalificación del adversario, aun con la difamación y el retorcimiento de la verdad. En la campaña del 2008 se utilizaron estas malas artes con los resultados que todos conocemos.

Con el acoso judicial detrás de muchos, pero con dinero y todos los resortes del poder en sus manos, defenderán su permanencia en el gobierno como fiera acorralada. En esa situación, se dan zarpazos y se hiere a cualquier oponente.

Durante aquel proceso (2008), el PRD, tratando de imponer "una nueva forma de hacer política", no hizo una campaña electoral tan enérgica como demandaba la agresividad que demostraba su contendor oficial. En esa ocasión, lo menos que hizo el oficialismo fue volcar desvergonzadamente los recursos del estado en clientelismo, compra de dirigentes de otros partidos y en una extraordinaria publicidad, ante una actitud pasiva y poco sentida de la candidatura del PRD.

Si este partido se cruza de brazos y no está dispuesto a responder con la misma energía los embates de la candidatura del gobierno, los resultados podrían ser distintos a los que hasta ahora están dando los pronósticos.

El posicionamiento favorable de la actualidad, no debe provocar una anticipada actitud conformista sobre un triunfo que aun no se tiene. El PLD, tiene su candidato en desventaja. Pero es un partido que ya se acostumbró al poder. Está aferrado al gobierno y no parece dispuesto perderlo fácilmente.

Ahora parece que en el PLD no existen grupos antagónicos internos. Frente a una candidatura fuerte y avasallante como la de Hipólito Mejía, han respondido uniéndose, grupos que parecían irreconciliables. Ante la debacle inminente, es natural que los hombres cierren filas  contra del adversario que amenaza el estado de cosas que le permite tantos beneficios.

Leonel Fernández y Danilo Medina, son el mismo PLD. Un gobierno del  segundo sería la continuidad del primero. No tendrá ningún "estilo propio". Es la misma gente, aglutinada en un equipo de funcionarios corruptos, despilfarradores y prepotentes.