A partir de la reciente constitución y de las grandes discusiones en los temas de seguridad, de militares, de policías y del deterioro de los mismos a causa del incremento de la corrupción y participación en el crimen organizado de muchos de sus miembros, esperaba que los sectores críticos y los protagonistas del manejo de la opinión pública, tomarían en serio y ayudarían a influir en romper los mitos y tabúes en torno al tema.
Pero tristemente no ha sido así, por lo que el debate sobre este tema debe seguir abierto. Para lo que invitamos a analizar lo siguiente:
Cómo es posible que en pleno siglo XXI los alto mandos militares asuman una misión de seguridad ciudadana sin ninguna capacitación para ello, del mismo modo promueven que los organismos de inteligencia militar realicen investigaciones y detenciones al margen de la ley, paradójicamente con la permisibilidad y el apoyo de los jefes del ministerio público y de las altas autoridades civiles del gobierno.
Hasta cuándo los militares entrenados con recursos del Estado: los cazadores para proteger nuestras cordilleras y montanas; los SWAT y los antiterroristas para situaciones de emergencia nacional; infanteros, pilotos e ingenieros navales dejarán de cuidar espaldas, manejar vehículos terrestres y pilotear, yates, aviones y helicópteros de empresarios; de ser watchman en empresas públicas y privadas (muchas veces de capital dudoso); dirigir el tráfico en AMET; cuidar hoteles y turistas en Politur; perseguir narcotraficantes y criminales de manera irregular; hacer redadas y chequeos ciudadanos y asumirán su rol para el cual fueron entrenados y concebidos: proteger la soberanía e integridad nacional en su espacio aéreo, marítimo y terrestre.
Cabe decir que erróneamente nuestros organismos castrenses y policiales se han mantenido serviles y sumisos al servicio de los grupos de poder, sin guardar los principios éticos y morales, traicionando su esencia. Los policías dominicanos están marcados por el militarismo, lo que mantiene el carácter represivo en sus actuaciones, dificultando la gestión preventiva de los crímenes y la conflictividad social. Tanto los militares como los policías deben trabajar de manera preventiva para beneficio de los ciudadanos, de la colectividad, para beneficio del pueblo.
Cuál es nuestro estado de derecho y a qué se dedicará la policía de seguir permitiendo que se sigan ocupando todas sus funciones por las Fuerzas Armadas, 45 mil militares vs 32 mil policías. Nos falta mucho por escalar, pero hay que empezar.
Precisamente, preocupado y asumiendo el compromiso de defender y fortalecer nuestra institucionalidad, es que he decido seguir con el tema en cuestión.
Invitamos a reflexionar sobre el caso un profesor negro de Harvard, Henry Louis Gates, vs el sargento policial James Crowley el 27/07/2009, la policía de Cambridge, Massachusetts, defendió a través de su sindicato al sargento a razón de que la actuación policial fue criticada por el Presidente Obama, quien a razón de los reclamos y el apoyo de sus compañeros decidió invitar al sargento Crowley a la Casa Blanca para resolver el conflicto. Esto es un ejemplo de democracia y civilización que debemos imitar en República Dominicana.
"A nadie se le puede obligar a hacer lo que la ley no manda ni impedírsele lo que la ley no prohíbe. La ley es igual para todos: no puede ordenar más que lo que es justo y útil para la comunidad ni puede prohibir más que lo que le perjudica."