“Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero.” – Voltaire

Los tiempos de la justicia no son predecibles. Generalmente tampoco hay seguridad en el pronóstico de su desenlace. Hasta que no se sentencia, no hay sentencia. Y aun después de la primera instancia, puede haber otras que reversen el dictamen original, pues cuando hay recursos prácticamente siempre se apela la sentencia desfavorable. A menos que se opte por negociar la pena colaborando con la fiscalía para facilitar la persecución de otros reos. Son los tiempos de la justicia.

Al Dr. Salomón Melgen, empero, “no lo salva ni el médico chino”*,  según premonición de hace dos años del observador Jhonatan Veloz. Desde su lejano observatorio en Dublín, Veloz hoy reafirma su predicción, aunque se especula que Melgen traicionará al peje gordo, su compinche, el senador Bob Menéndez, a cambio de una pena reducida.

¿El oftalmólogo hacía todo por sus pacientes o por el dinero?  Según reporta Jane Musgrave del Palm Beach Post, quien ha seguido el caso con mucha atención: “Al igual que otros que vieron el juicio, Bergen dijo que el caso es triste. Melgen se formó bajo un renombrado oftalmólogo en Harvard. Él era claramente talentoso, sin embargo, perdió el rumbo. “Es triste que un médico pueda caer tan bajo”, dijo Bergen.”** Solo su abnegada esposa y fiel hija se dejan engatusar por el teatro montado por la barra de la defensa para tapar al agresivo negociante dispuesto a sacrificar a sus inocentes víctimas y a la sociedad estadounidense en su conjunto vía el fraude a Medicare.  Convencidas del don milagroso de curación de Salvador, Flor y su hija aguantaron pacientemente durante décadas las escandalosas aventuras extramaritales de Melgen, y ahora les toca el escarnio de ver a su héroe sancionado por estafador de pacientes y de Medicare.

Sea cual fuere el desenlace final de la epopeya de Melgen, la sentencia lapidaria que escribió Francisco Alvarez, “el lego”, en un comentario a la noticia de la condena en primera instancia del oculista estadounidense de origen dominicano por 67 de las 76 imputaciones en su contra***, puede servir de epitafio a su malograda carrera profesional:

 “La verdad es que el dinero envenena el alma. He aquí a un hombre brillante, especializado en un área de la medicina muy lucrativa que pudo haber vivido como un príncipe pero él prefirió ser un faraón. Se amarró a todos los lujos y placeres en un país donde hay que respetar la ley y, por su ambición desmedida se volvió loco montando un fraude tan descomunal que era cuestión de tiempo que lo atraparan. Una verdadera lástima. Lo que pudo ser una vejez tranquila la pasará en una celda. ¿Y todo por qué? Porque aunque podía ganar muchísimo dinero legalmente eso no era suficiente.”

Ni el medico chino salva de la condena de la historia a quien cree que el dinero lo hace todo y termina haciendo todo por dinero.

*Ver la sentencia de Jhonatan Veloz de abril 2015 citada en http://acento.com.do/2015/opinion/8243878-los-tiempos-de-la-justicia-tani-bol/

** Mientras que gran parte de la atención nacional se ha centrado en el juicio de corrupción que se avecina, el caso de fraude de la salud ha sido observado de cerca en la comunidad médica, dijo el doctor Robert Bergen, un especialista en retinas retirado de Nueva Jersey que ahora vive en Boca Ratón.

 “Todo el mundo sabía de este individuo”, dijo Bergen, quien fue contratado por los fiscales para revisar las listas de 310 de los pacientes de Melgen y declaró que los métodos de Melgen eran “totalmente vergonzosos”.  

“Tenía que hacerse así”, dijo Bergen sobre el veredicto. “Es el ejemplo más flagrante de aprovecharse totalmente de los pacientes, no preocuparse por diagnosticarlos correctamente, no preocuparse por tratarlos adecuadamente. Era la antítesis de lo que debería hacer un médico decente”. http://acento.com.do/2017/actualidad/8453283-dr-melgen-culpable-uno-los-mayores-casos-fraude-al-medicare-ee-uu/

***Algunos reportes dice 67 y otros 68, en todo caso es la abrumadora mayoría de imputaciones que deben conllevar de 15 a 20 años de reclusión. El juez Marra descartó las demás imputaciones antes de someterlas al jurado.